martes, 20 de julio de 2021

 

EL CLUB DE LECTURA DE 

EL ROMPIDO


2020 - 2021





El Club de Lectura 2020-2021 comenzará el miércoles 16 de septiembre a las 18:30 h. en la escuela antigua de El Rompido, situada en la plaza de las Sirenas.

Las sesiones del Club de Lectura tendrán lugar los miércoles de 18:30 a 20:00 h.

Si debido a la pandemia del Covid-19, y en atención a guardar las debidas medidas sanitarias y de seguridad, no pudieran realizarse las sesiones o reuniones en el mencionado edificio, los componentes del Club seguirán recibiendo puntualmente los libros, y la comunicación y comentarios entre ellos sobre las lecturas se adaptarán al lugar,  los medios tecnológicos  o al sistema de intercambio de opiniones a los cuales dichos componentes puedan o quieran acogerse, y de lo cual daremos cuenta en este blog.

Para información 

Biblioteca de Cartaya 
959 391 343 
biblioteca @cartaya.es


QUE ES UN CLUB DE LECTURA

El Club de Lectura es una actividad de fomento de la lectura auspiciada por el Centro Andaluz de las Letras y coordinada por la Biblioteca de Cartaya. 
Un club de lectura está compuesto por  un grupo de personas que leen al mismo tiempo un libro. Cada uno lo hace en su casa,  pero una vez a la semana en un día y a una hora fijos, se reúnen todos para comentar las páginas avanzadas desde el encuentro anterior. En las reuniones se debate sobre lo que se ha leído en casa: el estilo literario, la acción misma, los personajes... y es bastante frecuente derivar desde el libro a las experiencias personales de los miembros del club.

 En cada reunión se acuerda la cantidad a leer en los días posteriores, y es ese trozo el que hay que leer en casa y es el que  solamente el que se comenta en la siguiente sesión. Naturalmente cualquiera tiene el derecho a sobrepasar ese límite, pero no puede desvelar a sus compañeros lo que sucede después del punto marcado.

Los clubes de lectura poseen dos importantes alicientes: 
- La lectura personal e íntima
- La posibilidad de compartir la lectura con otras personas


LOS LIBROS QUE VAMOS A LEER

Como una novela                                         de Daniel Pennac
Inés y  la alegría                                           de Almudena Grandes
Dos mujeres en Praga                                  de Juan José Millas
Mortal y rosa                                                de Francisco Umbral
El retorno                                                     de Sebastián Fizek
Juan Belmonte, matador de toros                de Manuel Chaves Nogales
El infinito en la palma de la mano               de Gioconda Belli
Juegos de la edad tardía                               de Luis Landero
La carretera                                                  de Cormac Mccarthy
La adúltera                                                   de Theodor Fontane
La agonía de Francia                                   de Manuel Chaves Nogales
El señor Ibrahim y las flores del corán        de Eric-Emmanuel Schmitt
Requiem por un campesino español            de Ramón J. Sender 
Leonora                                                       de Elena Poniatowska
La malcasada                                               de Carmen Burgos
Bullet Park                                                  de John Cheever
Nada se opone a la noche                            de Delphine de VIgan
La conjura de los necios                              de John Kennedy Toole
Del color de la leche                                   de Nell Leyshon
Al morir Don Quijote                                 de Andrés Trapiello
El rumor de la montaña                              de Yasunari Kawabata


OTRAS LECTURAS AL MARGEN DEL LISTADO OFICIAL ANTERIOR

El vizconde Demediado, de Italo Calvino
El caballero inexistente, de Italo Calvino
Tiempos recios, de Mario Vargas Llosa
La hoja roja, de Miguel Delibes
Las lealtades, de Delphine de Vigan
La extraña, de Sándor Márai




RESEÑAS DE LOS LIBROS LEÍDOS:




El rumor de la montaña / Yasunari Kawabata
Editorial Emecé

Ese rumor de la montaña lo escucha Ogata Shingo en el Japón de la postguerra, un país herido profundamente entre un sentimiento de humillación y vergüenza que asimila las costumbres occidentales sin desprenderse de su propia tradición. Es también un sonido que le vaticina una muerte próxima. Tiene sesenta años. Vive entre la máscara del teatro de Noh: "la vejez" el roce con la piel flácida de su mujer Yasuco dos años mayor le produce repulsión, significa la precariedad de la vida, y la máscara del teatro jido: "la juventud", la esperanza de no morir sin gozar por última vez. "La gente debe morir cuando todavía es amada y tiene derecho a decidir sobre su vida y su muerte". Así en su delicada nuera proyecta el amor idealizado de su juventud: la bella hermana de su mujer de muerte temprana. Es la última hebra de felicidad.

No hay trama y sí hay un desenlace abierto. El hilo conductor del relato es la soledad, la incomunicación, el individualismo de cada personaje, las vacías conversaciones como una huida hacia delante; sin compartir miedos ni fracasos, una convivencia de extraños. La narración es una prosa de frases breves, obvias, cargadas de significado, "haikus explosivos". Fusaco y Shuhi suponene que los silencios y olvidos puntuales del padre son el presagio de su decrepitud. No es cierto. Shingo se siente invadido de pensamientos, sueños, y en la belleza desbordante de la naturaleza persigue huir de sus demonios y buscar un paliativo a su aflicción. Las descripciones son un placer para el sentido de la vista: lluvia, flores, floración de cerezos y girasoles, aves, insectos, árboles, paisajes. Para el oído; el trino de los pájaros, el rumor de la montaña e incluso para el olfato y el gusto; aromas y sabores. No hay acción, predomina el pensar y el sentir. Desde nuestra cultura es un revulsivo la naturalidad con la que se plantean temas como el aborto, la eutanasia, el divorcio y el suicidio en los años 50. Pero en esta tradición patriarcal y decadente supone también una contradicción el papel irrelevante de la mujer. 

"Como el jardín se extendía por el sur y por el este, los mayores ocupaban los mejores lugares. Y las mujeres estaban ubicadas donde mejor les convenía para servir".

La narración se impregna de un erotismo nostálgico y tierno.

A Shingo no le gustó enterarse de que su nuera no se había percatado de los brotes fuera de la estación pues esto sugería cierta indiferencia". "Desde ahora prestaré mucha atención a todo lo que usted haga y lo imitaré". Hubo un toque de tristeza: "en toda su vida ninguna mujer lo había amado hasta el punto de querer ver lo mismo que vieran sus ojos".

A su primogénito la guerra le había marcado con un carácter ácido, escéptico y cruel. "No soy ningún fatalista sentimental. Las balas que me dispararon silbaron cerca de mis orejas, pero no me alcanzaron... no es tan grave encontrarte con tu bastardo y no reconocerlo si tuvieras balas silbando cerca..."

Abandona a su mujer. Deja embarazada a una viuda de militar, a Kinu: la mujer más libre de la novela, que no se plantea ningún juicio moral, "que me devuelvan a mi marido muerto" y no pretende retener al nuevo padre.

Fusako vuelve a la casa paterna tras escapar de un marido drogadicto, la conducta de su hija acusa la tensión y sufrimiento familiar. Fusako es fea. Shingo esperaba en vano que fuera tan bella como la hermana de su mujer.

La infelicidad de sus hijos invade a Shingo de amargura y lo siente como un fracaso personal, un mal padre.

"Me gustaría, hijo, ver otra vez las viejas montañas. Tu madre dice que en sueños ve cómo se desmorona su antigua casa".

"El rumor de la montaña" comienza despacio, sigue despacio y termina sin final.

Es un viaje al interior de la vida, de la mente y del sentimiento.

    Yasunari Kawabata fue Premio Nobel en 1968. Se suicida a los 72 años sin explicar las razones de esta decisión. Profetizó que la literatura llegaría a sustituir a la religión.


Club de lectura de El Rompido. 29 de agosto de 2021.


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Al morir don Quijote / Andrés Trapiello.
Ediciones Destino

"Pobre don Quijote"- dijo con la voz arrugada por la emoción Sansón Carrasco, te ha llegado la muerte en mala hora, si no es que la muerte nunca suele llegar en buena hora como decía esta noche nuestro buen Sancho Panza..."

Y el cementerio estaba bucólico, entristecido y melancólico; tal era el noble caballero al que acababa de acoger.

El autor, en un estilo cervantino y en homenaje a Don Quijote, se inspira en los personajes que permanecen a la muerte del Hidalgo e imagina la deriva que llevarían tras su ocaso. Desaparece el narrador omniscente y prima el punto de vista de Sebastián Carrasco que investiga en cada uno de los personajes con el fin de averiguar la vida cotidiana de don Quijote y demuestra un progresismo impropio de la épòca. Carente de prejuicios, se niega a averiguar cuál fue el causante del embarazo de Antonia con el argumento de si la hará más feliz a ella o a él.

El Ama y la sobrina, retratos apenas perfilados por Cervantes, cobran vida y personalidad en este libro.

Tras el duelo, regocijados por el buen comer y beber, el bachiller Sansón Carrasco se atrevió a decirle al ama: "Quiteria se diría que todo lo severa que fuiste con tu amo en esta vida, lo eres ahora piadosa con su memoria".

Quiteria, la eterna enamorada, al morir don Quijote se desmorona, no quiere seguir viviendo en esa casa y trotando en su borriquita Altea emprende el viaje a su aldea. Y el diálogo con la muda Altea rebosa en un tierno lirismo al evocar la vida con su secreto amor.

"Haré lo que vuesa merced me ordene y sea de razón".

Y ahora qué haré, Altea, Alteílla"...y la llamaba así porque le recordaba el Quiterilla con que don Quijote la había llamado tantas veces.

" Asu sobrina Antonia la regaló como a hija y la educó como a hijo". No estaba dotada de una imaginación ardiente, se ufanaba de tener un gran sentido de la realidad. Era "realista" como su tío "fantasista". Cuando don Quijote hizo su tercera salida, la sobrina no pudo contenerse y le espetó con bien amargo tono: "mejor se estaría, señor tío, quedándose en este castillo nuestro arreglando todos los entuertos que vuestra salida va a ocasionarnos y a ocasionaros, y no arreglando lo ajeno".

No tenía buen carácter.

Y al morir don Quijote, Sancho, cada vez más identificado con su amo, se preguntaba: ¿no me he quedado a medio hacer?. Yo antes no era así, a mí no me preocupas estas cosas, ¿qué quedará de mí en este mundo?. atormentado porque no sabe qué hacer con su vida, le urge a Sansón que le enseñe a leer porque "quiero saber quién soy". El conocimiento a través de la lectura es el "conócete a tí mismo" del templo de Delfos. Sancho sabía que era la única vía para conseguir la libertad. Así cuando su mujer le reprocha su pasividad, que confunde con la reflexión, le replica que está "amarcelando", en alusión al discurso de la pastora Marcela: un auténtico canto a la libertad y al raciocinio, y que con tanta valentía para su tiempo, Cervantes lo pone en boca de una mujer.

Así Sancho Panza y Sansón Carrasco entonan una loa: "los libros son poco más o menos que un perro. Un libro si es bueno, te defiende, mantiene lejos al indiscreto y al intruso; y, sobre todo, un libro te da la mejor compañía en los momentos de soledad, melancolía y tedio por los que todos atravesamos, y a diferencia de los amigos un libro, como un perro, se quedará a tu lado todo el tiempo que lo precises". Los libros como el pórtico de la libertad y de la cura de la soledad.

"Y lo que debe ser morirse y dejar tras de sí una cola de luz como el cometa", porque su influencia a través de su pensamiento y acciones va a marcar la vida de Quiteria, Antonia, Sancho, Sansón. "Sin aventura no hay ventura" y bajo esta consigna todos, al igual que el maestro, se transforman en arriesgados aventureros amantes del progreso y de la modernidad. Parten como peregrinos en busca de un nuevo mundo, nuevas ideas, nuevos comienzos, nuevas historias. Son diferentes y en su divergencia tratarán de resolver entuertos y hacer justicia.

Andrés García Trapiello. Junio de 1953. Escritor, editor. Cultiva la novela y el relato.


Club de lectura de El Rompido. 14 de agosto de 2021.


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Del color de la leche / Nell Leyshon
Narrativa sexto piso.

"Éste es mi libro y estoy escribiendo con mi propia mano. En este año del señor de mil ochocientos treinta y uno he llegado a la edad de quince años y estoy sentada al lado de mi ventana... quiero contarte lo que ha pasado pero tengo que tener cuidado de no apresurarme..."

Así el Aedo hubiera podido iniciar su canto épico en la remota antigüedad.

Es una trágica historia narrada en primera persona, que tiene lugar en un medio rural de Inglaterra. Envuelta en un paisaje bucólico durante las sucesivas estaciones de primavera, verano, otoño para concluir en una nueva primavera.

Mary es su protagonista, de quince años, una pierna deforme y color de la leche su pelo. Atrapada en el seno de una familia de granjeros embrutecidos por la miseria, primitivos e instintivos. Se vive para trabajar de sol a sol en una sociedad patriarcal. ¡Malditas tantas hembras, "ninguna puede trabajar tanto como un hombre y ninguna tiene el buen juicio que tiene un hombre". Así hablaba el padre cuando aceptó como hijo al bastardo hijo de su hija Violet.

Mary es una joven vitalista, disfruta en la pobreza y en la dureza de su vida del calor de una vaca, de las charlas y de la tierna complicidad de su abuelo, de la cercanía, en el atardecer, de sus tres hermanas: Violet la preñada abandonada, Beatriz la devota, aunque analfabeta, siempre con la biblia entre las manos, y Hope de difícil carácter. También disfruta del frescor de la noche en la colina, del olor de las manzanas. Superviviente gracias a su rebeldía natural, sin dobleces ni oscuridades.

Hay un dolor diluido en toda la narrativa: en un principio es un dolor embrutecido y por tanto inconsciente, como si el ser humano no fuera trascendente, como si no existieran los afectos y sentimientos, como si el lenguaje sirviera sólo como elemento de mandato y trabajo.

Pero más tarde, cuando Mary, como objeto de compra venta es destinada al servicio del vicario, un ambiente culto, su vida cambia, también cambia su dolor, es un dolor de mujer, de indefensión, de aturdimiento, de soledad sin el cobijo de la familia y sociedad. Es el dolor por la muerte de la señora Graham. Por la crueldad y cinismo de su hijo Raphl y padre del hijo de Violet. Por el despido intencionado por la lascivia del vicario de la antigua criada Aedna que parte con los tres sudarios en el baúl. Y su dolor necesita como catarsis el aprendizaje de la escritura y lectura, la necesidad de tomar conciencia de sí misma. Su transformación real. Tiene que denunciar la injusticia, contar su historia, librarla del olvido.

Y este dolor y estas tristes experiencias se expresan en diálogos de reflejos dinámicos, escuetos, precisos, primitivos, sinceros por tozudez, dignidad o simpleza envueltos a veces con un agudo sentimiento del humor.

La casa del vicario está repleta de libros, elige uno y siente el urgente deseo de descifrar esas columnas oscuras de letras. Es el vicario entre sermón y sermón su maestro a cambio del precio cruel del abuso de su cuerpo.

"Así que vas a aprender a leer? Le pregunta sonriendo el abuelo. ¿Y para que quieres hacer eso? Aquí no hay que leer ningún libro, sólo hay que tirar de pezones y cuidar de caballos y coger huevos".

Y una noche tras el aprendizaje, el vicario comenzó a llorar. "¿Por qué llora ¿le pregunté?. Me siento culpable. Entonces no venga aquí arriba. Si se siente culpable es porque está mal, así que no lo haga. Pero me siento feliz". Le respondió.

Y cuando ya a aprendido a leer y a escribir el dolor se transforma en odio y el odio en venganza; y "me obligó a abrirme de piernas... y noté algo en el bolsillo del delantal, metí la mano y saqué el hilo de cortar el queso..."

Y la sangre recurrente de las tragedias de Esquilo, es la asunción de responsabilidad por parte del héroe.

Rojo del fuego al prender los troncos en la chimenea, la alfombra roja, el color de la púrpura.

"Y allí en las paredes blancas estaban las huellas rojas de mis manos".

"Y ahora ya he terminado y no tengo nada que contarte. Así que voy a terminar esta última frase y voy a secar mis palabras donde la tinta forma unos charcos al final de cada letra.

Y entonces ya seré libre"

La voz se silencia pero las palabras escritas quedan. Un eco para las generaciones venideras que denuncian la desigualdad de las clases, el machismo y el abuso contra la mujer y los roles de la iglesia.


Club de lectura de El Rompido. 31 de julio de 2021.



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La conjura de los necios / John Kennedy Toole
Ed. Anagrama


Obra hilarante llena de situaciones rocambolescas en la que los personajes se encuentran y desencuentran llevados por un azar aparentemente catastrófico.

En la película de Matrix, el protagonista debía escoger entre la pastilla roja (seguiría viendo el mundo igual) y la pastilla azul (vería el mundo tal y cual era). Para entender el mundo de Ignatius necesitaríamos la pastilla verde.

El libro, en una prosa dinámica y precisa, no es sólo una crítica agridulce de un mundo al revés, va más allá, hace algo más incómodo, vuelve "visible" todo aquello que nos empeñamos en ocultar bajo la alfombra. Como telón de fondo aparece Nueva Orleans en los años sesenta; sus callejuelas, sus barrios apartados.

"Fortuna hace girar su rueda hacia abajo y nunca sabemos cuál es la desagradable sorpresa que nos depara el destino". Este axioma dirige el destino de Ignatius. Centro de esta caótica comedia. Su vida transcurre entre una habitación y sesiones de cine. Como caballero medieval denuncia la falta de moral, "De consolatione" de Boecio es su escudo y su libro de cabecera. Es un compendio de antivalores. Con él llega la catástrofe consiguiendo siempre el efecto contrario a lo que piensa y quiere. Narcisista, delirante, neurótico; va ocasionando cataclismos en su intención de salvar a la humanidad degenerada y lasciva. Su socavado complejo de Edipo hace decir a Lana la artista del prostíbulo "Noche alegre": "aquel gordo loco era el beso de la muerte", ¡qué mal trataba a su pobre mamá!

Surrealistas son las relaciones entre sus esperpénticos personajes que piden a gritos la intervención de un psicoanalista. Destaca el género epistolar entre Myrna la terrorista e Ignatius, ambos atraídos por una corriente amor-odio: "esa fantasía de la detención tiene todos los rasgos paranoicos clásicos. Sabes que Freud relaciona la paranoia con las tendencias homosexuales" ¡Guarra! Gritó Ignatius! "Tienes que identificarte con algo", le aconseja su amiga". "Sólo me relaciono con mis iguales y como no tengo iguales, no me relaciono con nadie".

Ignatius denuncia la explotación de la fábrica decadente Levy incitando a los trabajadores negros a una rebelión frustrada en nombre de la justicia social. Intenta crear un partido político constituido por mariquitas histriónicos para a través de métodos estrafalarios conseguir la paz mundial y a la vez aliviar la expansión demográfica. Sus personajes tragicómicos por lo general despiertan ternura y amargura. Y los problemas que delatan en este submundo por donde bucean son muy actuales: el racismo en la figura de Burma Jones, la homofobia, el machismo o la explotación laboral.

Es sorprendente "El final feliz" que puede aplicarse a todos sus personajes. Ignatius es rescatado por su exnovia Myrna cuando su madre trata de encerrarlo en un manicomio. El policía Mancuso consigue detener a la dueña del "Día de la alegría" y vuelve a patrullar. Los dueños de Levy Pants parecen redimirse, el marido renueva la empresa y se libra de una denuncia por una carta ofensiva que ha escrito Ignatius y que astutamente se la atribuye a la anciana Trixie, finalmente jubilada. Este final feliz puede obedecer al término de "justicia poética" puesto que en este mundo infeliz, absurdo y al revés siempre hay una bondad a recompensar a partir de una mirada piadosa.

John Kennedy Toole, autor de "La conjura de los necios", nació en Nueva Orleans en 1937 y murió en 1969. La publicación póstuma del libro le ha acreditado como uno de los más extraordinarios novelistas norteamericanos.


Club lectura de El Rompido. 22 de julio de 2021



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La extraña / Sándor Márai

"La Extraña" fue publicada en 1934, al año siguiente de que Hitler llegase al poder en Alemania y comenzase una década de pesadilla de consecuencias devastadoras para toda Europa. Se vive el ambiente de una burguesía decadente a punto de desaparecer. Su prosa, poética, metafórica y minuciosa se encuadra en la literatura de centro Europa y recuerda el estilo de T. Mann, S. Zweig y Kafka.

"La extraña" cuenta la historia, con flashback de Víctor Askenasi (judío por su apellido), prestigioso profesor del Instituto de Estudios Orientales de París.

Por consejo de sus amigos y compañeros de trabajo, embutidos en una sociedad hipócrita y encorsetada, ya recelosos de su equilibrio mental, marcha de vacaciones de verano al Hotel Argentina de Duvrovnik.

A sus cuarenta y seis años inicia su "viaje a Ítaca" al interior de sí mismo como punto de partida para conocer el sentido de su vida y la de su entorno. Ha roto las normas sociales; ha abandonado a su mujer y ha vivido una aventura con una bailarina de dudosa moral. Ha transgredido las leyes de una sociedad burguesa. Está dominado por una inquietud y zozobra y un incipiente y gradual delirio que le obligan a hacerse preguntas imprecisas y obtener respuestas inconcretas. Solo fue "concisa e inequívoca" la respuesta del cuerpo de su amante Eliz. Pero no lo dejó satisfecho, se sintió fracasado y la abandonó. "La gente prefiere las cosas sencillas: amistad, amor, matrimonio, aventura, infidelidad" pensó con resentimiento. Eliz significa mucho más es "un misterioso desorden".

A la zozobra y a la inquietud se unió la absoluta soledad.

En una escala del buque en el que navegaba, llevan maniatado a un loco con camisa de fuerza, "caminaba con lentitud, miró a su alrededor. Askenasi captó y devolvió esa mirada que se elevaba desde las profundidades, desde el abismo de la miseria humana". Las miradas de ambos se cruzan con reconocimiento. "Un compañero de viaje", pensó.

La locura: amnesia, hipocondría manías y compulsiones se recrudece. Una cliente del hotel en el que albergaba le recuerda a su amante, se decide a llamar la puerta de la habitación en busca de una esperanza o de un destino fatal. Se cumplen de esta forma los tres grandes desafíos de la civilización burguesa: adulterio, divorcio, asesinato.

Y así se retiró en barca de remo a un cercano islote para despedirse de su vieja vida.

Y apoyado en una roca fue despojándose de sus innumerables y pequeños objetos.

En sus preguntas trataba de encontrar la finalidad del mundo, el sentido del sin sentido. Como filólogo pretendía que la existencia fuera una cadena de oraciones coordinadas y subordinadas. Se sentó a escuchar el mar: "un texto ajeno, una lengua monótona. Puede que incluso carezca de conjugación verbal". Era un mundo vacío privado de sentido, solo la razón es capaz de doler. Ya no oía su propia voz en griego en su segunda lengua materna.

Ante la ambigüedad del amor, la angustia de la incertidumbre y el abismo de la soledad, increpó a Dios que tampoco lo oyó.

Club de lectura de El Rompido. 8 de julio de 2021


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Las lealtades.- Delphine de Vigan
Ed. Anagrama

"Las lealtades son lazos invisibles que nos vinculan a los demás -lo mismo a los muertos que a los vivos- son promesas que hemos murmurado y cuya repercusión ignoramos, fidelidades silenciosas, son contratos pactados las más de las veces por nosotros mismos... son las leyes de la infancia que dormitan en el interior de nuestros cuerpos... son los trampolines sobre los que se despliegan nuestras fuerzas y las zanjas en las que enterramos nuestros sueños".

Es el prólogo de un libro sobrecogedor, "una crónica del desamparo" sobre la adolescencia, divorcio, alcoholismo y pactos de lealtad que nacen y conviven con los cuatro personajes solitarios, leales, heridos, marcados por demonios íntimos. Su trama está tejida con palabras sencillas, sonoras y profundas. Helene, la profesora, sabe que algo malo le está pasando a Theo, aunque sin pruebas, lo sabe, le recuerda su triste infancia, pero no sabe cómo solucionarlo. Persiste en la promesa de nunca abandonar a un niño en su sufrimiento y de ser leal consigo misma. Theo como todos los niños desde su más tierna infancia conoce la lealtad en la respuesta a esa pregunta reiterada: ¿a quién quieres más a tu madre o a tu padre? "los quiero a los dos igual". El niño no ha respondido la verdad, pero sabe que ha declarado la respuesta correcta; vive acuciado por el odio de su madre "una roca resbaladiza a los abrazos del hijo" a su padre, en sus oídos desde muy niño todavía resuena su sentencia tras el divorcio "me das asco".

Convive semanas alternas con un padre hundido en la desidia, en el abandono, en el paro y en una profunda depresión. La lealtad hacia sus padres será un pacto de silencio y disimulo para protegerlos. Es leal a un padre incapaz de ejercer como tal y que le obliga a realizar unos cuidados que no debería realizar. Es leal a una madre que ni siquiera le permite hablar del enemigo; y esta lealtad al no hallar un equilibrio con la suya propia se va transformando en un grillete en el cuello hasta llegar a un punto de no retorno, de no querer existir, de ser desleal a sí mismo; su disolución en alcohol. Pierde su caparazón protector cuando desaparecen los restos de su embriaguez y el miedo le embarga; "No pasa nada papá, tranquilo" ¡Qué miedo ser adulto! Para ese viaje no se necesitan alforjas.

Mathis, su inseparable amigo, encuentra en el mutismo y en la coraza de Theo, un refugio durante el tiempo escolar. No se siente feliz en la familia, intuye las tensiones de los padres, pero no se considera víctima.

Cecile, la madre de Mathis, melancólica y difusa, siempre ha sido sumisa y conformistas hasta que descubre la doble personalidad del marido; ¿no tienes nada que decirme? Le pregunta. Y su lealtad conyugal y social naufraga. Confiesa a su psicólogo en un acto de libertad que "la pareja es una asociación de malhechores". Descubre la inclinación al alcohol de los preadolescentes y como hija de un alcohólico se aterra.

Mathis al ver a su amigo tirado en el parque en un coma etílico, comprende que ya no puede ser le leal y acude a Helene. Helene corre a salvarlo porque es leal a sí misma.

Theo es leal a sus padres y carga con un peso desmedido que le lleva a la muerte.

Porque no todas las lealtades son buenas; algunas tienen repercusiones inesperadas.

"Unas nos sirven de alas y otras son nuestros yugos".


Club de lectura de El Rompido. 27 de junio de 2021.


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Nada se opone a la noche / Delphine de Vigan
Ed. Anagrama

Tras el suicidio de su madre, Delphine se propone investigar las razones que le han llevado a este trágico fin. ¿Por qué se suicidó mi madre? Necesita una respuesta a una pregunta compleja. Trata de realizar una autopsia de su alma y de su cuerpo. En algunos momentos necesita respirar y lo consigue hablando de la escritura como forma de comunicación. En el transcurso del viaje de la cronista al pasado de su familia y a su propia infancia irán aflorando los secretos oscuros: "Escribo de Lucile con mis ojos de niña que creció demasiado deprisa, escribo ese misterio que fue ella para mí a la vez tan presente y tan cercana, ella, que desde que cumplí diez años nunca me cogió en brazos".

Para Delphine escribir con una prosa bella y dúctil sobre su madre, sirviéndose de grabaciones, de sus diarios, de fotografías, es cerrar heridas abiertas muchos años atrás y emprender un camino de catarsis y superación del duelo, enfrentándose a sus demonios. Es algo arriesgado puesto que en el curso de esta investigación se expone y expone ante los miembros de su familia secretos terribles. "Escribo porque tengo fuerzas para detenerme sobre lo que me atraviesa, el dolor siempre me esperará en la sombra". "No puedo ignorar lo mucho que me perturba el libro que estoy escribiendo. Prueba tangible es la agitación de mi sueño".

Una crónica de la década de los cincuenta, sesenta y setenta que abarca tres generaciones. "Somos consecuencia de dónde venimos" y en este caso de una familia muy compleja.

A partir de esta complejidad va desarrollando una historia de luces y sombras. En muchos casos una bajada a los infiernos, acaso la familia y la mente humana.

El comienzo de la crónica parece un inicio inocuo; "Mis abuelos formaban parte de una burguesía bohemia". Procrearon una familia numerosa aparentemente despreocupada y feliz. Es una ciénaga tranquila pero la progresiva interpretación de la superficie nos arrastra hasta fondos turbulentos; aparecen elementos disonantes pues no solo están los padres y los hijos sino que se le añaden elementos extraños, el hijo del portero, un primo que se ha quedado solo, cuando muere Antonin adoptan a Jean Marc; ¿Se trata de una familia generosa o muy permeable?, es decir, "todo entra pero todo sale", lo que lleva a desdibujar los límites de la familia sin una identidad propia. La abuela era una matrona indolente, frívola y descuidada. Del abuelo se dice que fue redactor de un periódico colaboracionista hasta convertirse en un depredador sexual, violador de su hija Lucile, causa probable junto a los genéticos de sus brotes psicóticos, "la crónica del suicidio esperado". ¿Qué fue lo que le arrastró hasta allí? ¿Cómo pasó de ser una niña hermosa y tranquila fotografiada para anuncios y revistas a una mujer que decide acabar con su vida?

Pero la conciencia de la muerte entró en la vida de Lucile en 1954 a los ocho años con el desgraciado accidente mortal de su hermano Antonin. Es la iniciación del drama familiar.

A partir de aquí hay una concatenación de abusos, muertes, suicidios y divorcios.

La segunda parte del libro, Delphine de Vigan la centra en la convivencia que tuvieron ella y su hermana con su madre; artista, suicida y loca. Una infancia y adolescencia traumática; brotes psicóticos, traslados intermitentes a Normandía a la casa del padre, indefensión e inseguridad pero siempre con una tabla de salvación: el amor a la madre.

La supervivencia de Lucile recuerda el mito de Sísifo, que odiado por los dioses fue castigado a subir una roca a la cima de la montaña, roca que caía y tenía que volverla a subir. Así Lucile cae y se levanta en medio de un duro combate, una larga remontada hacia la luz. Hasta que al final, agotada desiste porque quiere "morir viva".

Resuena el eco de las palabras del nieto tras la lectura de un cuento de Alphonse Daudet: "No nadie puede impedir un suicidio".

Esta obra, según Almudena Grandes, señala "el amor constante de una hija por una madre defectuosa, egoísta y descuidada que se equivoca sin cesar, pero jamás deja de amarla".


Club de lectura de El Rompido, 20 de junio 2021.



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Bullet Park / John Cheever
Editorial Emecé

El autor dentro de la dudosa normalidad juega con el azar, con el ser y parecer y el tener. Con toques de humor sardónico y esperpéntico destruye el sueño americano, un teatro con un guión muy elaborado, de la década de los sesenta.

Se le llama a John Cheever, "el Chejov de los suburbios". Con maestría trata de buscar algo de luz entre el caos, el desencanto y la melancolía. Hace una crítica mordaz al falso paraíso en la que vive anclada y maravillada la clase media, inmersa en la vacuidad, insatisfacción, depresión y represión. Es la iglesia la que vertebra esta comunidad. Hay que colaborar con ella, asistir a los oficios y pertenecer a un club, ya que éste aunque vacío de actividad realza la importancia de sus miembros y provoca la envidia de los otros.

El personaje de la primera parte de la novela es Nailles. Es un hombre feliz, representante importante de un producto colutorio del sector publicitario, miembro del club de bomberos esposo y padre amantísimo. Aficionado al wisky y a la ginebra, necesita pastillas para subir al tren que le lleva al trabajo. Nellie, su esposa, eficaz ama de casa, enamorada, cariñosa y sumisa, por tres veces y con gusto puso a prueba su castidad pero el azar en una sociedad solitaria y lasciva no se lo permitió. El hijo bajo una profunda depresión trata de buscar un sentido a la vida. Tras el tratamiento en vano de dos psiquiatras, fue un gurú del templo de la luz el que le ayudó a encontrarlo.

En la segunda parte el autor cambia de registro, una historia surrealista, sembrada de viajes vertiginosos y desbrujulados, de un confín al otro de la tierra en la búsqueda incansable de la paz espiritual. El protagonista es Hammer, abandonado por sus padres, infeliz y melancólico, alcoholizado, bastardo e hijo de una madre alucinada y alucinante que le ordena cometer un asesinato ritual, un sacrificio que arranque al mundo moderno del estupor inducido por las drogas, la publicidad ...que de nuevo el caos se convierta en "cosmos" en "orden". "Me establecería en un sitio como  Bullet Park, le aconseja su madre, buscaría un hombre joven del sector publicitario y lo crucificaría en la puerta de la iglesia de Cristo.. nada menos fuerte que una crucifixión será capaz de despertar al mundo". Primero escoge como víctima a Eliot Nailles, pero cambia de idea y secuestra a Tony Nailles. Dentro de su mundo surrealista; siente la necesidad de vivir en una habitación pintada de amarillo, le obsesiona la hilacha blanca en el abrigo y en el traje de boda de su esposa. Es el más clarividente de los personajes, y es a través de la sinrazón con la que desenmascara la falsedad de una sociedad hipócrita e infeliz. En el juicio admitió el intento de asesinato, pretendía que el mundo despertara.

Después del sacrificio fallido y la vuelta de Tony al colegio y Nailles al trabajo (drogado) "Todo volvió a ser tan maravilloso, maravilloso, maravilloso, como había sido antes".


Club de lectura de El Rompido, 30 mayo 2021.




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La malcasada / Carmen de Burgos
Editorial Rescate

Esta editorial ha rescatado la memoria de Carmen de Burgos a través de su novela "La malcasada". Una obra rompedora y extraordinariamente moderna publicada en 1923.

Su autora era sufragista, defensora del divorcio y bajo el seudónimo de "Colombine" periodista y eterna viajera.

"La malcasada", tiene muchos rasgos autobiográficos, y un objetivo real: la denuncia de la mujer esclavizada por la tiranía del marido, de una sociedad amoral rebozada en hipocresía, de una iglesia siempre al servicio del más fuerte. "Dibujé, declara la autora, el escarnio social que sufre una mujer que inicia un largo proceso de separación legal y que es conducida de nuevo al infierno de la convivencia matrimonial por orden de un juez".

La prosa rebosa lirismo y romanticismo en la descripción del paisaje, de la naturaleza, en la que más que conceptos encadenados son pinturas de colores suaves: una Almería moruna con su alcazaba frente al mar, y las noches de luna serenas y plácidas, "frente a la melancolía del ambiente, Dolores sentía aliviarse su espíritu".

Pero cuando la descripción pasa al paisanaje del estilo se hace realista y naturalista, la autora es maestra en la pincelada magistral y del latigazo exacto a veces envuelto en un lúgubre sentido del humor. Hace una certera radiografía de la múltiple y variada galería de sus personajes. Severa pero no carente en algunos casos de piedad.

Es una tragedia lorquiana de amor, odio y muerte, una tragedia griega de amor, odio, venganza.

"La llamaban "la madrileña" con un tono que envolvía una secreta envidia...todos los parientes y amigos de su marido la recibieron con una secreta hostilidad...". Ella estaba encajonada en un mundo ajeno, maligno y vulgar. "¿Tendré que soportar esto toda mi vida? ¿Sin remedio? ¿Siempre así? ¡Siempre! Se había casado a los dieciséis años con un macho educado en la desigualdad que había propiciado el dominio árabe viendo tratar a sus madres peor que a las criadas vejadas, aficionado a las peleas de gallos, miembro de la banda de un cacique local, y manteniendo a una querida con el consenso de toda la sociedad. "Ella deseaba olvidar con la embriaguez de perfume y el ambiente las ideas tristes que le martirizaban y le hacían sentir un rehílo en la espalda cada vez que veía a Antonio, su marido, paseando entre el alegre grupo de amigos".

Carmen de Burgos va preparando poco a poco el ambiente que desembocará en el siniestro fatal. A Dolores no le pasó desapercibido el odio y la sangre ni en la cruel pelea de gallos ni en las cometas. Siempre agresivo el vocabulario: "Vamos a echar la cometa para pelearla..." Y en la cola había cuchillas aceradas.

Y la canción desgarrada del cantaor en la fiesta: "Permita Dios de los cielos / permita Dios de los cielos / que como me matas mueras / y que te vean mis ojitos querer y que no te quieran..."

Y la amargura, la envidia y los celos que despertaba.

Así Dolores mujer, bella, triste, rebelde y sensual se va marchitando en una sociedad de provincia anquilosada y medieval. Hasta que torturada por su dignidad humillada se desgarra en un grito de libertad: "Prefiero la muerte a tus caricias".

Las que nos precedieron nos han legado el derecho a vivir, a ser libres, a ser iguales ante la ley, a reivindicar nuestro mundo con nuestras convicciones, creencias y valores.


Club de lectura de El Rompido, 20 mayo 2021


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Leonora / Elena Poniatowska
Seix Barral. Premio biblioteca breve 2011


Es una ficción biográfica de Leonora Carrington. "Una potranca, una yegua, la novia del viento. Fue libre desde su niñez y vivió la vida como quiso, disfrutando, amando, sufriendo. Cayendo hasta las profundidades y levantándose con el poder de los sueños. Pintó y escribió la realidad tal como la vivió y sintió".

Arte y locura son los dos elementos indisolubles en su personalidad. El Bosco la entusiasmó y tuvo por compañera y maestra "Alicia en el País de las maravillas". Igual que ella se empeñó en traspasar el otro lado del espejo. Conoció el grupo surrealista de entreguerras. Mientras residía en París trató personalmente a Picasso, Miró, Dalí, Duchamp y Breton. Vivió una turbulenta historia de amor con el pintor Max Ernst y transportado a un campo de concentración nazi, Leonora llegó a enloquecer: "la angustia le impedía unir cuerpo y alma". Elena Poniatowska nos transmite fragmentos de "Memorias de abajo" en las que la pintora cuenta los sufrimientos y estertores padecidos en un manicomio de Santander y denuncia a los inhumanos psiquiatras que pretendían curarla con un tratamiento brutal: "Cardiazol". "Esta mujer es un puro incendio" argumenta uno de ellos.

Hay muchos elementos que concitan a esta locura: la necesidad de ser visible sobre todo en su familia, la época; Freud y todo lo que conlleva; sus sueños, el inconsciente, la líbido, el descubrimiento de sus traumas infantiles, el movimiento surrealista donde la exploración, la necesidad de nuevas formas de expresión es vital, donde transitan los principios contraculturales de "ni razón, ni estética, ni moral y anarquía" y el derrumbe de todo aquello que hasta entonces había sido seguro.

Escapa con sus amigos surrealistas a Nueva York huyendo del nazismo y protegidos económicamente por la galerista Peggy Guggemheim. Convulsionados todos por la guerra mundial.
Y en su último viaje arriba en México como la mayoría del grupo ya que es un país acogedor que en estos momentos turbulentos más visas reparte. "Es dramático, parece un nuevo diluvio universal, todos quieren meterse en el arca mexicana" comenta Renato Leduc marido mexicano de Leonora. "El distrito federal es una ciudad que tiene origen de quimera sacada del agua y levantada por el agua". Allí conocerá a Remedios Varo. Alertas ambas, seguirán buscando las señales de lo maravilloso e invisible. El arte visionario.

El estilo periodístico de la autora suministra pletórica información fragmentaria, anécdotas deshilvanadas. Nos expone una apocalipsis cósmica, nos introduce en el arte rompedor del surrealismo y lo centra en una figura genial en la pintura, escultura, agobiada por la continua búsqueda de su yo:

"¿Soy la que observa o soy la observada por una multitud?, la respuesta es la misma con la que responde Alicia a la oruga" - "yo no sé quién soy, pero sí sé la que era cuando me levanté esta mañana, me parece que he debido de cambiar varias veces desde entonces".

Elena Poniatowska no profundiza en el alma de la protagonista ni en la apocalipsis cósmica en la que vive. ¡Qué pena!


Club de lectura de El Rompido. 4 mayo 2021


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El vizconde Demediado / Italo Calvino.
Editorial Bruguera.

Es una fábula que nos remite al mito dual de Prometeo y Epimeteo. Prometeo: Pro-metis el previsor piensa y luego actúa y Epimeteo Epi-metis el atolondrado; actúa y luego piensa. En este caso es un ser entero y acaba siendo un ser entero cosido y en su evolución se plantea la dualidad: bueno/malo, día/noche, blanco/negro. Dualidad necesaria para entender el todo y para entender nuestros comportamientos y pensamientos. Esta fantasía forma parte de la trilogía de "nuestros antepasados". El autor la escribe en el ambiente siniestro de la guerra fría en la década de los cincuenta. Expresa el sufrimiento, pesimismo, y el impulso de salir de él. El hombre contemporáneo es un hombre demediado, mutilado y alienado.

No sólo el vizconde Medardo está demediado y satisfecho de su mutilación, también lo están el inventor y científico que construye únicamente elementos de tortura sin plantearse el objetivo de su invención, paradigma del científico creador de bombas atómicas; el médico dedicado a investigaciones absurdas como los fuegos fatuos, no a la curación de enfermos; los hugonotes rezan sin palabras y con rituales que ya no saben ni su significado; los felices leprosos aceptan su marginación.  Tres personajes se salvan de la alienación; la nodriza Sebastiana; puro amor y comprensión, Pamela exaltación de la naturaleza y la sencillez y el sobrino el narrador ingenuo y bondadoso.

"Medardo lo que era verlos ya los había visto, podía regresar a casa a Terralba a tiempo para el paso de las codornices". Pero un cañón turco lo dividió en dos.

El regreso de la parte malvada del cojo, el mando, el tuerto, el roto está precedido de signos negativos, la noche, el mar gris, la ruina del castillo familiar, la muerte del alcaudón, de su padre, plumas y pájaros de mal agüero, el decreto de muerte en la horca de Fiorfero hasta convertir a la región en un caos de terror. Medardo es fiel a sus convicciones: "si cada uno pudiera salir de su obtusa e ignorante integridad comprendería que belleza sabiduría y justicia existen sólo en todo lo que está hecho a pedazos".

Los acontecimientos están narrados en una prosa tan lírica como tierna desbordada a veces del sentido del humor. La maldad del vizconde no tiene límites y cansado de las advertencias de su nodriza decide enviarla a Pratofungo el poblado de los leprosos: "¿Qué son esas manchas en vuestra cara nodriza?, le pregunta el malvado- Un rastro de tus pecados".

Y Sebastiana se marcha a Pratofungo: "el sendero seguía la dirección del sol del ocaso, Galileo la precedía..."

Pero la llegada de la mitad buena del vizconde tampoco soluciona el problema de los habitantes de Torralba. Muestra como el bien y el mal pueden llegar a asemejarse aunque el mal es mucho más rápido y sagaz. Intenta moralizar a la leprosería y prohíbe las orgías y lujuria, usual en "el viejo cubil de prostitutas donde acudían marineros de todas religiones" antes de la llegada de los dolientes. 
Suprime la música y los instrumentos musicales. Tampoco presta buen servicio los hugonotes incitándoles a regalar el fruto de su trabajo y hasta dona un bastón a un supuesto cojo con el que golpeará con brío a su mujer. "También te digo Sancho que toda exageración es mala" le dijo don Quijote a su escudero.

"Así transcurría los días en Terralba y nuestros sentimientos se tornaban incoloros y obtusos porque nos perdíamos entre una maldad y una virtud igualmente inhumanas". El duelo en que ambos contendientes son heridos hará la magia de convertirlos otra vez en un vizconde completo con el que se casa Palmira. ¿El amor une?

"Así mi tío Medardo volvió atrás y fue un hombre entero ni bueno ni malo... quizá esperábamos que con el vizconde entero otra vez se abriese una época de felicidad maravillosa, pero está claro que no basta un vizconde completo para que se vuelva completo todo el mundo".

Club de lectura de El Rompido, 19 abril 2021.




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El caballero inexistente / Italo Calvino


¿Es una fábula? Es una deliciosa novela a caballo entre la literatura del absurdo y realismo mágico. Junto con el barón rampante y el vizconde demediado forma parte de la trilogía del autor titulada "Nuestros antepasados". Las tres transcurren en países imaginarios, con personajes inverosímiles y hechos disparatados.

"Bajo las rojas murallas de París Carlomango tenía que pasar revista a los paladines".

"Os hablo a vos, eh, paladín, insistió Carlomagno, "Yo soy" y la voz llegaba metálica desde dentro del yelmo cerrado, cómo es que no mostráis la cara a vuestro rey? Porque no existo sire". Parece que lo único noble es la armadura donde no hay caballero dentro.

Agilulfo no existe pero es. Y constituye un modelo de orden y disciplina, porque ¿quién mejor que alguien que no existe puede seguir a rajatabla las disciplinas y ordenanzas? (Bradamante su amante partirá en su busca desesperada: "la vida es un revolcarse entre camas y féretros y solo él sabía su geometría secreta: el orden, la regla para comprender su principio y su fin").

Sin embargo, su escudero Gurdulú, pura irracionalidad vital con sus múltiples nombres se va integrando e identificándose con todo lo que encuentra en el camino; asimila la esencia de lo que le rodea, su identidad consiste en no tener identidad. Sí, existe, pero no sabe que existe: antítesis entre existencia y apariencia para llegar a una ajustada armonía. Agidulfo es la norma, Gurdulú la anarquía.

Hay una cadena de personajes con diferentes valores simbólicos: Ramblado busca la razón de existir por el hacer; vengará a su padre, Turrismundo ha de comprobar que existe en la búsqueda de algo distinto de sí mismo, de lo previo a él; sus padres los caballeros del Santo Grial. Emociona la figura de Bradamante; el amor como guerra, Sofronia; el amor como paz. Mientras tanto una narradora, sor Teodora que va relatando, como penitencia impuesta, las aventuras de todos ellos al final se revela como uno de los personajes.


Constituye una anti epopeya; "Todavía era confuso el estado de las cosas del mundo, en la Edad en que esta historia se desarrolla", una sátira utópica mordaz, con cáustico sentido del humor y tierna. Arremete contra las normas, instituciones, burocracia, contra la alineación del hombre moderno. En un momento de descanso Carlomagno estudiando la conducta de sus paladines, soldados y pueblo, refunfuñando exclama: "pobre Francia"...¡Quien sabe!, ¡Tiempo de guerra! Más mentira que tierra.

Esta novela es un calidoscopio con múltiple y bellísimas reflexiones impregnadas de vitalismo o de nostalgia o de procaz realismo. Ante un campo de cadáveres Ramblado arrastra un muerto y le dice; "oh muerto no hay más días que estos días de antes de la tumba, que se me conceda no desperdiciarlos, abrazar, abrazado a la fiera Bradamante. Agidulfo arrastra un muerto y piensa: "Oh muerto tú tienes lo que yo jamás tendré; este cuerpo. Porque en momentos de melancolía se sorprendía envidiando a los muertos existentes. Gurdulfo arrastra un muerto y le increpa: "te tiras unos pedos que apestan más que los míos, cadáver".

Porque la guerra, un absurdo, se convierte en un valle de cuerpos desnudos que se desintegra. "¿Y qué es, además, sino ese pasarse de mano en mano cosas cada vez más abolladas?".

Italia Calvino ama a sus criaturas y se apiada de ellas por el mundo caótico en el que les ha tocado vivir. Por eso hace suyas las palabras de Carlomagno cuando tras levantarse del banquete se informa de todas aquellas nuevas e imprevistas partidas: "que vayan, son jóvenes, que hagan" y lo decía con el hábito propio de los hombres de acción, de pensar que el movimiento es siempre un bien pero ya con la amargura de los viejos que sufren con el perderse de las cosas de antaño más de lo que disfrutan con el advenimiento de las nuevas.

Pero el autor supera esa amargura de los tiempos y tras una serie hilarante de peripecias nos obsequia con un final digno de las comedias de enredo. Los seres de carne y hueso consiguen ser libres y felices.


Club de lectura de El Rompido, 9 abril 2021.

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El señor Ibrahim y las flores del Corán / Eric-Emmanuel Schmitt.
Ediciones Obelisco.- 2007

Una historia escrita en primera persona, sabia, tierna, sentimental y escueta, trufada por un gran sentido del humor y un profundo diálogo sincopado y entendido entre ambos protagonistas.

Una historia iniciática del despertar de la adolescencia del judío Moisés o Momó o Mohammed, porque a los trece años rompió la hucha de porcelana vidriada, color vómito con una ranura que dejaba meter monedas, pero no las dejaba salir. "Mi padre había escogido esa hucha de sentido único porque se correspondía con su visión de la vida: el dinero está para guardarlo, pero no para gastarlo". Qué lejos de la filosofía de mi Ibrahim: "Todo aquello que des, Momó, será tuyo para siempre, lo que guardes estará perdido para siempre".
Y con los doscientos francos de la hucha se fue de putas. Su vida era triste y necesitaba afecto. Justo en esa época conoció al señor Ibrahim, el tendero de la calle Azul que no era azul, mahometano sufí no árabe, aunque árabe quería decir que el colmado estaba abierto desde las ocho de la mañana hasta la medianoche, incluso los domingos. Su amistad se fue consolidando con una frase al día, "habríamos tardado un año o dos para acabar una conversación de una hora" hasta que apareció Brigitte Bardot en la tienda y todo cambió entre ellos.

Una segunda oportunidad tuvieron ambos. Para Momó, el hallazgo de alguien que le proporcionaba visibilidad, cariño, le hacía real, y a través de sus reflexiones podía entender al mundo, aprender a sonreír y a ser feliz en la sonrisa y no como truco para conseguir la aceptación, porque sonreír "no era cosa de ricos"; para Ibrahim, la desaparición de su soledad y el convertirse en el mentor de un adolescente desorientado, en el nuevo padre presente tras el suicidio del padre biológico que cargado con el peso del holocausto había puesto fin a su vida bajo las ruedas de un tren, quizá del mismo tren que se llevó a sus padres al País de irás y no volverás.

La intriga principal no es la religión sino el viaje iniciático de Momó a una nueva vida para superar sus angustias: "no se me quitaba de la cabeza que había sido abandonado dos veces, una por mi madre al nacer, otra por mi padre en la adolescencia".
El viaje aparece como una constante en el relato: se habla de zapatos, de alfombras voladoras, de camellos descritos en el Corán. Paseos por París a lo largo del Sena, por tiendas elegantes, por los jardines secretos del "Palais Royal". Viaje a Normandía. Durante el largo viaje a la "Creciente fértil", de París a Estambul, "Europa no la vi, la escuché por medio de la labia del señor Ibrahim: "¡Ahí va Momó. Estamos en zona de ricos. "Mira hay papeleras". "Cuando quieras saber si estás en un sitio de ricos o de pobres, mira las papeleras. Si no ves basura ni papeleras, es que son muy ricos. Si ves papeleras y no hay basura, es que son ricos. Si ves basura al lado de las papeleras es que no son ni ricos ni pobres; es que es turístico. Si ves basura y no hay papeleras es que son pobres. Y si la gente vive entre basura, es que son muy, muy pobres".
Significó un viaje a los orígenes de Ibrahim, "conócete a ti mismo como punto de partida para conocer a los otros". Viajes al exterior y al interior de los personajes; "el sufismo como corriente mística del Islam". Moisés aprende la danza del derviche y gira en torno a su corazón, que es el lugar de la presencia de Dios; Es la paz y la catarsis: "Soy feliz con el señor Ibrahim, ya no tengo rencor a mi padre, al fin y al cabo mi madre no tenía mucho dónde escoger, me sentía vaciado de odio". La religión de judíos, musulmanes, cristianos es un recurso para romper con tópicos y perjuicios y acercarse al lado más espiritual y humano de las creencias. Así lo entiende el señor Ibrahim.
"Momó, aquí se acaba el viaje" - "No hemos llegado al mar donde usted nació" -_ Sí, ya estoy llegando. Todos los brazos del río se lanzan al mismo mar. El mar único".
"Para complacerlo, me tragué todas las lágrimas, hice un esfuerzo y ¡Zas! Sonrisa. Y se puso contento.
En el regreso el mundo era distinto.
"Ahora soy Momó el de la tienda de comestibles. Todos me conocen como el árabe del barrio. Árabe quiere decir que "el colmado está abierto desde las ocho de la mañana hasta la medianoche, incluso los domingos".

Club de lectura de El Rompido, 25 marzo 2021.




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La agonía de Francia / Manuel Chaves Nogales
Libros del Asteroide. Sexta edición, 2012.

En noviembre de 1936, descorazonado por el rumbo de la guerra civil, Manuel Chaves abandona España y se instala con su familia en París. Busca protección en el regazo de Francia su segunda patria la paridora de la democracia en Europa.

La Agonía de Francia es el libro de un periodista decepcionado y de un testigo de los hechos. A lo largo del texto son constantes los "yo he visto", "no olvidaré nunca", "yo he hablado con...". No escribe de oídas, es una historia sobre hechos presentes y vividos.

Es un fiel documento de las causas de la prematura rendición francesa en la segunda guerra mundial. El autor va desentrañando uno por uno los motivos por los que una nación "poderosa" se negara a defenderse, y lo hace con la imparcialidad y minuciosidad de quien fue testigo estupefacto de la huída del Gobierno con toda su administración antes incluso de que se pudiera escuchar en lontananza rumores de invasión. Destaca entre otras causas: la corruptela, la impericia de los mandos militares, la desafección de una burguesía individualista, frívola y egoísta que tenía demasiado miedo al comunismo y que hastiada de luchas intestinas prefería lanzarse en los brazos de un gobierno fuerte, de "orden". "¡Antes la esclavitud que la guerra!" ¡Que lejos quedaba el "más vale morir de pie que vivir de rodillas". En el fondo era un guiño a Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich. Es la renuncia de un pueblo a sus propios valores y a la asunción del principios autoritarios y antidemocráticos. De un pueblo que cae fascinado a los pies de su verdugo, un salvador omnipotente.

La Francia democrática se somete indiferente al régimen de Petain antiparlamentario, anti semita que rechaza la modernidad, se opone a la teoría de la lucha de clases, legisla medidas contra los indeseables: masones, liberales, comunistas, homosexuales, gitanos. Y el pueblo desbrujulado y esperpéntico considera enemigos a los aliados y amigos a los invasores. Hasta rechazar de plano el pacto de sangre que Inglaterra le ofrecía. "¿Es que vamos a dejar de ser franceses para convertirnos súbditos de su Majestad Británica?"

El autor denuncia la Jano totalitaria, bestia de dos caras la comunista y fascista.

Conforme avanza la narración el tono de la composición es progresivamente siniestra y alarmante: descomposición, decadencia, impotencia, esterilidad, egoísmo, ambiente de claudicación.

Y culmina a brochazos de pintura negra con la desesperada descripción de la catástrofe: la evacuación de París ante la invasión nazi. "París, ya casi desierta había tomado un aire siniestro. Envuelto totalmente en una densa humareda artificial, tenía una luz cernida de apocalipsis, una atmósfera cargada y espesa en la que las gentes se movían como espectros. De aquella niebla negra en la que aparecían difuminadas las siluetas de los edificios y el sol en el cenit era como un pálido disco anaranjado, surgían, igual que sombras unas gentes asustadas que se preguntaban con angustia: "¿qué pasa?".

Y es que la caída de Francia contiene todos los elementos de la tragedia griega clásica. "Es la lucha de lo consciente contra lo inconsciente, del hombre contra el mito, del héroe contra la divinidad".

"En la sociedad francesa el mito fue el Estado totalitario, el monstruo al que Francia ha sido sacrificada por sus hijos".

Manuel Chaves sella su obra con este contundente axioma valedero para todas las generaciones progresistas futuras: "Francia sabe que hasta ahora no se ha descubierto ninguna forma de convivencia humana superior al diálogo, ni un sistema de gobierno más perfecto que el de una asamblea deliberante, y no hay otro régimen de selección superior que el de la libre concurrencia; es decir, la paz, la libertad, la democracia. En el mundo no hay más".

Club de lectura de El Rompido. 18 Marzo 2021

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La adúltera / Theodor Fontane
Editorial Alba. 1ª ed. mayo 2008.

El autor de la obra nació en Berlín (1819-1898). Es coetáneo de Tolstoi: "Anna Karenina", de Flaubert: "Madame Bobary", de H. Ibsen "La casa de muñecas". No se trata de compararlo con estos tres autores sino de situarlos en la problemática de la época y de la corriente realista de la literatura.
Tiene de común con ellos el tema del adulterio y de la independencia de la mujer. Y se enmarcan en la vanguardia del feminismo.
A lo largo del siglo XIX existen dos códigos de moral y de conciencia; la de la mujer y la del hombre. Y a la mujer se le juzga según el código de los hombres. Esto impide que la mujer no pueda ser auténticamente libre en una sociedad exclusivamente masculina.
"La adúltera" podría también titularse "La crónica de un adulterio esperado". Es una obra romántica, realista y psicológica. Los caracteres de sus personajes están profundamente analizados por su creador, un cirujano de almas.
Ambientada en el Berlín de la segunda mitad del siglo XIX. Hay una interesante descripción del acomodado y encorsetado ambiente burgués de Berlín. Melanie de Caproux, joven de veinte años de la nobleza suiza descendente está felizmente casada con un acaudalado consejero comercial, Van der Straaten de cincuenta años de una burguesía ascendente. Entre ellos hay un desnivel educativo y social.
El título proviene de un conocido cuadro de Tintoretto. La llegada de la copia del cuadro a la casa de Van der Straaten pre anuncia la evolución del drama.
"¡Mira!... ella ha llorado...Pero ¿por qué? Porque le han repetido hasta la saciedad lo mala que es. Y ahora lo cree o, al menos, quiere creerlo. Sin embargo su corazón se resiste y no puede aceptarlo... Y todo está como predestinado".
Hay en la obra un sentimiento de culpa y de expiación por parte de Melania y un sentimiento del humor trágico y fatalista muy de acorde con el carácter humorista de su marido.
La obra es un ataque a los convencionalismos, una crítica social a los matrimonios de la conveniencia.
Van der Straaten, salvo su inclinación artística a la pintura, es un hombre vulgar y ampuloso, dirige la batuta en todas las conversaciones que se debaten según el clima de la época sobre el tema de música y pintura en las reuniones con sus amigos. Sus bromas resultan ambiguas y molestas. El objetivo es su mujer por su claro complejo de inferioridad y por un brumoso peligro de perderla.
Pero la pierde ante la irrupción de Rubén un joven apasionado que la empuja a tomar una decisión. Es una mujer insatisfecha entre la realidad y el deseo. ¿A dónde nos lleva la corriente?. Es la corriente del corazón.
"Quédese, mi querida señora, que no se imagina a lo que el ser humano puede acostumbrarse", le suplicaba el ama ante la inminente huida. Se refería a la vida cotidiana sin amor en la mayoría de los matrimonios.
Resulta muy moderna la despedida de Melania y su marido: se entabla un sincero diálogo a la altura de una tragedia humana de una noble dignidad. Van de Strateen se engrandece en su derrota: "al conocimiento por el dolor". Pierde su elemento cómico y asume el del amante trágico: "No soy un burgués convencional" "¡Si no tomo la vida con grandeza e idealismo tampoco la tomo con mezquindad y estrechez!". "Como ves, sufro más que nunca en mi vida" y cuando pierde la esperanza asume su destino: "¡Que cosas me han sucedido!", "Es la norma de la casa y creo que lo sabía desde mi juventud...".
Y Melanie se yergue como una Antígona: "Quiero irme no por culpa sino por orgullo, y quiero irme para rehacerme a mí misma. Acepto ante el mundo mis actos, quiero volver a vivir en paz conmigo misma". Y para ajustar sus palabras a la acción anuncia a Christel que la esperaba con una lámpara en la mano: "Christel debo encontrar el camino sola".
Ana Karenina y Enma, Madame Bovary, se suicidan, Nora en la última escena da un portazo y se va. Melanie se va con su amante y ante la inminente ruina familiar empieza a trabajar para salvar la economía y conseguir una autonomía personal. Es una figura muy avanzada y progresista.

Club de lectura de El Rompido, 1 de marzo de 2021.
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El retorno.- Tahar Ben Jelloun

Es la novela del exilio, la emigración, el desarraigo, la jubilación como condena, el racismo y la xenofobia.

Mohamed, un emigrante marroquí en Francia, es un hombre comedido, paciente y anónimo, un musulmán piadoso. El Islam son sus señas de identidad, no la emigración, ni tampoco Marruecos, su tierra natal. El Corán, aunque no sabe leer, le proporciona paz y resignación. Cada retorno a la aldea era un gran acontecimiento. La cabila era su familia. Organizada de manera arcaica, gobernada por la tradición y la superstición. Mohamed tenía que resignarse, estaba inscrito en la sangre: no se puede huir de los orígenes. Es un retorno a las raíces y a la razón de ser. Viaje que despertará múltiples pensamientos: la muerte, el tiempo, la soledad.

Fue en Francia donde oyó hablar por primera vez de los derechos humanos, donde se enteró también que en su país morían hombres bajo las torturas o se encarcelaban sin juicio previo. Mohamed recordaba la escuela coránica y se extraviaba entre lejanos recuerdos. El mundo tenía las dimensiones de su aldea. El terruño siempre deja en la boca un resabio amargo. El suyo estaba yermo, sin nada, y esa nada lo había acompañado hasta tierra francesa. No tenía opción. Con paciencia y resignación “el que es pobre no tiene ningún derecho” se iba contentando con ese vacío sin hacer preguntas. Aunque sí se las hizo tras su decepcionante peregrinación a la Meca. “El fanatismo alteraba la percepción de las cosas”. “Si no nos criticamos, no avanzamos”. Hay que evitar el estancamiento.

El día que se pusieron en camino para el viaje un veterano les dijo: “Marruecos nunca os abandonará…allí no tendréis amigos, estaremos siempre juntos, porque para ellos sólo somos unos invitados, gente invitada para hacer faenas duras; ellos ya no las hacen”. Allí tendréis médicos y medicinas gratis, así es como los franceses entienden la solidaridad.

Aunque no había sido el primero de la cabila en emigrar, se angustió cuando se dio cuenta de que se había convertido en un TME, trabajador marroquí en el extranjero, con el tiempo se transformo en RME, residente marroquí en el extranjero. Sonaba más noble, pero la mirada que le dirigían no cambiaba.

Nunca se integró en el país, pero sí se adaptó. Su retorno será muy distinto del que se imaginaba. Vuelve a sentir  “Ese vacío “al jubilarse. Para los franceses la jubilación puede ser una oportunidad para viajar, desarrollar sus aficiones, no para un inmigrante que ha pasado toda su vida dedicado al trabajo, un trabajo que de alguna manera lo protegía y le daba seguridad interior. Para Mohamed “es aprender a aburrirse con dulzura”.

 Decide retornar y construir una gran mansión para recuperar a su familia. En Vano la recupera. A sus hijos el torbellino de Francia se los ha tragado. Hay un choque cultural de costumbres, religión, forma de entender la vida en las relaciones familiares. Solo su mujer invisible pero inteligente y sensata lo percibe. Mohamed “nunca miraba a otras mujeres, bajaba los ojos las pocas veces que hablaba con la suya “.  Pero la realidad teñida de sarcástico humor negro se reía a veces de la tradición como la sumisa Rahma al vengarse de su exmarido. Y cuando vuelve a Marruecos retorna la magia, los amuletos contra el mal de ojo, curanderos y brujos. Quizás sea la consecuencia de la luminosidad, de la belleza del país. Es una espera desesperanzada la de los hijos que nunca retornan. Como el teatro del absurdo de “Esperando a Godot”       

Cualidades narrativas.- Alterna el monólogo interior con la descripción en tercera persona para sumergirnos en la piel de Mohamed. Prosa sencilla e impecable.  Una bellísima traducción del francés.

Club de lectura de El Rompido 14 febrero 2021


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TIEMPOS RECIOS. MARIO VARGAS LLOSA. 

Alfaguara 2019


Es una epopeya en la que resuena el bronco eco de los primeros versos de la Iliada:

“Canta, Diosa, la cólera aciaga de Aquiles Pélida

que a los hombres de Acaya causó innumerables desgracias

y dio al Hades las almas de muchos intrépidos héroes

cuyos cuerpos sirvieron de presa a los perros y pájaros de los cielos”

Una epopeya en la que se entremezclan historias perfectamente documentadas con la ficción. Parte de un hecho histórico;: el golpe militar perpetrado por Carlos Castillo Armas en 1954. Golpe auspiciado por la cólera de EE.UU., por la cólera de la United Fruit y por la cólera de la iglesia católica. Cólera que derroca al gobierno de Jacobo Árbenz a quien se le acusa de alentar la entrada del comunismo soviético en el continente. “La inquisición anticomunista se parecía a una de esas plagas que enloquecían de pavor a las ciudades europeas en la Edad Media”.

Jacobo Árbenz fue un presidente progresista que realizó una reforma agraria, instrumento clave para transformar  la estructura económica y social de Guatemala. Entregó a los campesinos tierras ociosas e inutilizadas. Era un acto de justicia a los indios y una forma de nivelar la formidable brecha entre ricos y pobres. Sólo pretendía una democracia semejante a la de los EE.UU., el pago de impuestos de la United Fruit, respeto a los trabajadores y la creación de sindicatos.

Este golpe estuvo bien manipulado por el jefe de relaciones de United Fruit, E. Berays, judío, autor de “Propaganda”: “la consciente e inteligente manipulación de los hábitos organizados y las opiniones de las masas es un elemento importante de la sociedad democrática...” (admirado por Goebbels)

Un mago de la publicidad de Fake New. Lo más dramático es que el fin de tanto dolor fuera proteger los intereses privados de una industria privada con vocación esclavista.

Es una épica de sangre, muchos de sus personajes fueron víctimas de una maraña corrupta de esbirros y sicarios al servicio de las altas cúpulas políticas de dictaduras centroamericanas; en especial de Trujillo y de la CIA.

En esta épica hay héroes con entereza; Jacobo Árbenz que se negó a armar unas milicias populares contra el golpista Castillo Armas, para evitar derramamiento de sangre.

Los personajes reales y ficticios están perfectamente perfilados en medio de un ambiente brumoso y la narración salta del pasado al presente y viceversa con gran maestría. Diálogos cabalmente ensamblados en su simultaneidad y discontinuidad, a veces sarcásticos. Una breve escena, un flash: la muerte de Castillo Armas se desarrolla ampliamente en páginas posteriores.

Es épica de sangre, de venganza “quien a hierro mata a hierro muere”

Venganza y justicia propias de una tragedia de Esquilo; el destino inexorable se cumple. Los verdugos son almas en pena errantes bajo el tentáculo del terror por todos los confines del mundo, terrible el destino del coronel Enrique Trinidad bajo un golpe terrorista. Un accidente de automóvil, más bien un atentado, que evitó investigar EE.UU., le cuesta la vida al embajador Peurifoy tras gozar durante un tiempo del tradicional masaje tailandés.

Una gran farsa es la muerte de Abbes García a manos de “los tontons macoutes” quienes se ensañan con su maestro aplicándole las mismas torturas que les había enseñado en Haití como jefe de seguridad.

No hubo destino inexorable para Marta Borrero, Miss Guatemala que nunca fue Miss Guatemala. En su atroz remolino de sexo, política y violencia se debe más al humos que a la aversión. Gran locutora de radio Santo Domingo, acérrima defensora del anticomunismo y mimada por la CIA.

Pero también es una épica de piedad. El doctor García Ardiles, marido de Martita, fue víctima del triunfo de la revolución, no pudo ejercer la medicina. Y en sus largos y angustiosos monólogos interiores no entendía lo que estaba sucediendo en su país; la quema de libros, la condecoración al Arzobispo Roseel Arellano, el exitoso viaje oficial de Carlos Castillo a EE.UU., igual que ese medio millón de indios a los que Árbenz les dio tierras y a quienes ahora se las quitaban a balazos.

¿Era la historia esa fantástica tergiversación de la realidad? ¿la conversión en mito y ficción de los hechos reales y concretos? se preguntaba

Este epopeya se sella con la visita de Efrén García Ardiles a Arturo Borrero Lamas, agonizante ya de un cáncer de páncreas:

- ¿No me preguntas por tu nieto Arturo? No tengo ningún nieto – le repuso éste en el acto

- Vos me mataste antes de que me matara el cáncer

¿Sabes a que conclusión he llegado con todo lo que me ha pasado, Arturo con todas las cosas que le pasan a este país? A una idea muy pobre del ser humano. Pareciera que en el fondo de todos nosotros hubiera un monstruo. Que solo espera el momento propicio para salir a la luz y causas estragos. Y conforme van desgranando el uno y el otro sus desdichas se va templando el corazón y apagando el profundo rencor de su antiguo amigo. Se va conjurando la maldad.

Así también en el último canto de la Iliada, Príamo, el padre de Héctor y Aquiles el matador de su hijo conforme van desgranando el uno y el otro sus desdichas van también conjurando el rencor y la maldad….

 

Club de lectura de El Rompido, 10 de febrero de 2021



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La carretera/ Cormac McCarthy;  Traducciòn de Luís Murillo.- Barcelona: Mondadori, 2007.- 210p.

LA CARRETERA / Cormac McCarthy
Barcelona: Mondadori, 2009.- (Literatura Mondadori, 338).- 210 p.
 

“ Al despertar en el bosque en medio del frío y la oscuridad nocturnos había alargado la mano para tocar al niño que dormía a mi lado. Noche más tenebrosas que las tinieblas y cada uno de los días más gris que el anterior. Como el primer síntoma de un glaucoma frío empañando el mundo” Así comienza la novela. Protagonistas son dos anónimos: padre e hijo y una carretera serpenteante del norte al sur de EEUU en busca de un mar que nunca encuentra ante la inmensidad de un territorio quemado y ceniciento acaso por un reciente holocausto nuclear. Recuerda la tierra extinta de Pompeya tras la erupción del Vesubio. Pero aquí quedan supervivientes que caminan a lomos de esta carretera despellejada:“buenos y malos como los denominaría el chico”. La solidaridad no existe, da paso al canibalismo. Es la epopeya de la destrucción. Lenguaje hiperrealista dentro de un mundo de ciencia ficción que no puede ser realista. El autor nos lleva a pasar frío, hambre, terror y a una oscuridad autista. Diálogos escuetos entre el hombre y el hijo en medio de una relación entrañable:

    “Estoy asustado / No pasa nada /SÍ pasa / Es solo un sueño./ Ya lo sé…cuando sueñes con un mundo que nunca existió  o con un mundo que no existirá y estés contento otra vez entonces te habrás rendido. ¿Lo entiendes? Y no puedes rendirte. Yo no te lo permitiré”

 El niño plantea al padre grandes dilemas morales sobre el bien y el mal. El padre lucha por la responsabilidad de proteger al hijo. La supervivencia da pie a la antropofagia. Se plantea el tema de la eutanasia, del suicidio, de si el fin justifica los medios, de Dios. Muy estremecedor es el encuentro receloso con el viejo escéptico, predicador del absurdo y de la desesperanza: “nadie quiere estar aquí y nadie quiere marcharse, donde los hombres no pueden vivir a los dioses no les va mucho mejor. Dios no existe y nosotros somos sus profetas…¿Desaparecerán todos?  Mejor ¿para quién? Para todos”

 Es el viaje de iniciación del hijo el paso de la niñez a la adolescencia, es el portador del fuego prometeico. Fuego que lleva en el alma. No hay color en un paisaje desolado, de vez en cuando el rojo debilitado de las hogueras.

 Pero no todos desaparecen, queda el hijo, una pareja que lo acoge y una pistola. “La mujer a veces le hablaba de Dios”. Él intentó hablar con Dios pero lo mejor era hablar con su padre y eso fue lo que hizo y no se olvidó. ¿Serán los artífices de una nueva era esperanzada?

Club de Lectura de El Rompido. Enero 2021


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JUEGOS DE LA EDAD TARDÍA/ Luís Landero.- 

Barcelona. Tusquets, DL 2007.- 8ª ed.- 451 p.-

Según el autor: “Esta novela es un homenaje a la vida, a los sueños no cumplidos y por lo tanto por cumplir, al adulto gris que todos somos y al niño que vive latente en nosotros mismos”

Gregorio Olías, Augusto, Faroni, el hombre de múltiples nombres y múltiples vocaciones: poeta, pensador, filósofo y políglota sucumbió al “afán” heredado de su abuelo y de su padre. El afán: la voluntad de ser algo, el querer ser un gran hombre, dedicarse con todas sus fuerzas a ese deseo que es lo que mantiene vivo al hombre aunque también es lo que causa mas dolor, honda melancolía y desconsolado pesimismo. Y como su ancestro Alonso Quijano, Don Quijote, en su afán de ser caballero andante, Gregorio en su afán de ser poeta también transgrede la frontera de la realidad y entremezcla lo onírico y lo absurdo, con el objetivo de huir de una vida tediosa y monótona en una ciudad gris de la posguerra junto a Angelina, su mujer, lacónica, tierna y desganada y su suegra nostálgica de un pasado idealizado.

De este tedio lo liberan las regulares llamada de Gil Gil Gil (y más tarde Dacio Gil Monroy). Gregorio es el maestro y mesías, Gil el alumno aplicado, el detonante que le incita a despertar su inventiva e imaginación dormidas tras las poesías dedicadas al amor de su juventud, a iniciar su impostura hasta convertirse en Faroni,embustero compulsivo y sucumbir en un auténtico delirio. Gil ingenuo, asimismo fracasado y pesimista, dominado por la realidad y el desencanto, recuerda a su ancestro Sancho. Ambas parejas oscilarán en un equilibrio inestable de la realidad a la ensoñación como vasos comunicantes.

También Angelina, su mujer, apoderada de la realidad y de la verdad, cumple la función del alma y de la sobrina de Don Quijote que en vano tratan de encauzarlos en la norma y en la lógica

Una galería de personajes vulgares y esperpénticos convertidos en héroes de aventuras rocambolescas envuelven en un tinte surrealista y mágico, irónico y con gran sentido del humor esta novela tragicómica de llantos y risas. Y la descripción de la calles con sus encrucijadas madrileñas poseen el soplo y la inspiración galdosianas.

El hilo conductor son los diálogos que variaran según los interlocutores Gregorio-Gil. Diálogos socráticos.

El maestro y el asombrado discípulo. Gregorio y su mujer Angelina; fábula y realidad escueta rezumando ternura. Ante la aparición del marido disfrazado de su nuevo traje de Faroni y con el libro de poemas recién editado, Angelina exclama “primero esa ropa de fantoche, ahora el libro….es un despilfarro (pág 242)...”estas son las cuentas del Gran capitán”

“Angelina llevaba un abrigo de pintas muy escarmentado de inviernos y medios pensativo de una percha y unos zapatos planos aplicados que ir juntos a la escuela...” “Y en todo esto reconoció Gregorio las señales terribles de un mundo quizás perdido para siempre”· (pág 326). “ Mi vida casi toda es mentira. De chico me preguntaba mi abuelo: “Que quieres ser de mayor? Y yo le decía por decir algo: “toro, y mi madre decía No querrás ser sacerdote? Y yo les decía: sacerdote y toro..”

“Señoritos aficionados al bricolaje esos es lo que eran los dioses, y el mundo una chapuza de domingo”

Gregorio, acosado por el mundo esperpéntico y tentacular de su invención inicia su segunda fuga y la suerte lo lleva al lugar en que nación y al encuentro con su entrañable amigo Gil.

“Quieres que te lleve a ver la tierra en la que viviremos”?… y si quieres nos cambiaremos de nombre.-¡delante Dacio, bautízame ahora mismo! Lino Uruñuela… y a la tierra “Vila Faroni”.

Así como Sancho propone a Alonso Quijano en su lecho de muerte que se ponga bueno para convertirse los dos en pastores, Gil ofrece a su maestro un destino similar

 

Club de lectura de El Rompido, 12 de diciembre de 2020

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Barcelona: Seix Barral, 2008- 237 p


EL INFINITO EN LA PALMA DE LA MANO.- Gioconda Belli

Barcelona: Seix Barral, 2008.- ( Premio biblioteca breve 2008).- 240 p.

 

Es el mágico y poético relato del origen el mundo y la creación de Adán y Eva  bajo una interpretación herética de la escritora nacida en Honduras y militante revolucionaria en 1970  en el frente sandinista (FSLN)  de tendencia marxista leninista.

 Se desvincula del mito bíblico para dar paso a un relato que transgrede  la tradición. Recuerda el clan del oso cavernario: el desconcierto de los protagonistas, su asombro ante nuevos descubrimientos, incluso Matrix, el gran Mito del mundo moderno… escoges la pastilla azul y vives en un mundo bonito pero falso o la pastilla roja y conoces la verdad del mundo en que vives.

 Eva no es la incitadora al mal. No es pecadora y culpable, ni víctima de engaño al comer de la fruta prohibida, es un ser pensante ejerciendo su libertad y asumiendo la responsabilidad que esto implica, Adán se la come por amor.

“Una vez que tú la habías comido, yo no podía hacer otra cosa. Pensé que dejarías de existir. No quería quedarme solo”   

Eva sabe que su desobediencia  supone la renuncia al Paraíso y la aceptación de su mortalidad, igual que Odiseo en su renuncia a la inmortalidad ofrecida por Calipso a cambio del regreso a su Paraíso: a su Penélope y su Ítaca.

 Eva  necesita saber, interrogarse, plantearse alternativas, poder elegir, curiosidad y conocimiento como motor de vida pero también como una continua incertidumbre. “Era una lenta revelación, una sucesión de sueños e intuiciones acumulándose en un sitio anterior a las palabras, era la queda intimidad que crecía entre ella y su cuerpo“.  Logra recrear los interrogantes acerca de la condición humana. Adán es la obediencia, el sentimiento de culpa, del miedo a lo desconocido, el inventor, ante la necesidad, de los múltiples instrumentos para la subsistencia. Marcado siempre por la nostalgia del Paraíso perdido y por el deseo del Eterno Retorno. Elokin, es el creador egoísta, aburrido y olvidadizo de sus criaturas  frente a la Serpiente  que intenta entender su plan invisible. La serpiente es el puente entre el Otro y Adán y Eva. También el creador se comunica en sueños o a través de fenómenos naturales interpretados como señales.

 Eva  a través del ojo de un pez, vislumbra el vertiginoso hilo de la historia. Intuye que el Creador no quiere hacerse responsable del inicio de la Historia, Eva asume su responsabilidad. Gracias a su renuncia al Paraíso, a la vida eterna, y a su sometimiento a la muerte, al dolor, a las penurias y al trabajo inaugura la Historia y se transforma en fundadora y madre de la especie humana. Dibuja en las paredes de la cueva los códigos de su pasado. El mito ha abandonado  la interpretación religiosa para asumir un contexto histórico científico. Del mito al logos o a la ciencia. De la imagen al concepto. Del sueño a lo real.

 Así como en la primera parte predomina un tono poético descubrimiento de la sensualidad, erotismo, belleza y asombro, en la segunda predomina un sentimiento de catástrofe. El preludio del crimen. La procreación y el dar a luz ¿De qué manera continuará la cadena de vida que ellos mismos han iniciado? Las relaciones entre los personajes son las que aparecen en cualquier grupo  de seres humanos donde existe relación interpersonal: celos, amor, lujuria, miedo afecto, pasión, dudas, culpa, envidia

 “¿Qué pasará con mi hijos?, preguntó Eva a la Serpiente, conocerán  El Bien y el Mal.- ¿Sufrirán?  ”El conocimiento hace sufrir”.

Con el crimen de Caín, celoso y envidioso se manifiesta la muerte de los humanos. Es como la disolución que los primeros padres habían experimentado con la pérdida del Paraíso.

“ La pena  ante el cadáver de Abel la dejó inmóvil. Poco a poco sus ojos fijos  volvieron a mirar la cueva con las paredes cubiertas de pinturas: …cada símbolo tosco o fluido recuperó para ella lo que, de su pasado, quiso atesorar y proteger del olvido. Porque su ser eterno, tras la muerte de Abel, estaba abierto y desprotegido, Eva recapituló sin falsedad ni invención su insólita existencia. Reconoció que Adán y ella, a pesar del desgarro, guardaban más que memoria del Paraíso, éste los seguía rondando y flotaba sobre sus vidas. Nunca lo habían perdido. No lo perderían mientras su rastro indeleble siguiera dibujado en el interior de ellos mismos”

“Para ver el mundo en un grano de arena

Y el Cielo en una flor silvestre,

Abarca el infinito en la palma de la mano,

Y la eternidad en una hora”

  (William Blake)   

 

Club de Lectura de El Rompido.  20 Noviembre 2020

 

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INÉS Y LA ALEGRÍA.  Almudena Grandes.
Barcelona: Tusquets, 2010.- 736 p.

Es importante señalar para la comprensión del texto, la evocación de la autora de un poema Luis Cernuda, “díptico español” Desolación de la quimera:

“Lo real para ti no es esa España obscena y deprimente
En la que regenta hoy la canalla,
Sino esta España viva y siempre noble
Que Galdós en sus libros ha creado-
De aquella nos consuela y cura ésta”

Y la autora añade: “Inés y la alegría” es la primera entrega de un proyecto narrativo integrado por seis novelas independientes: Episodios de una guerra interminable. Si he querido llamarlas episodios ha sido para vincularlas, más allá del tiempo y de mis limitaciones, a los “Episodios nacionales” de don Benito Pérez Galdós.

La novela es la memoria histórica del pueblo español desde 1936 a 1977. La ficción alterna con la historia. Personajes reales, verídicos; Dolores Ibarruri “la Virgen María del proletariado” y Francisco Antón, Carmen de Pedro y Jesús Monzón, Carrillo; historias dramáticas de amores y desamores, de encuentros y desencuentros, intrigas. Ellos van moviendo sus fichas desde un plano superior al de los protagonistas de la ficción pero sus actos acaban afectando a aquellos. Porque “La Historia inmortal hace cosas raras cuando se cruza con el amor de los cuerpos mortales”. Y son entrañables los personajes ficticios; Galán, Lobo, Comprendes, el Bocas, Inés, Montse, Angelita, Adela, principales actores de esta trama. Y como telón de fondo; escenarios transcendentales la UNE (unificación nacional de España) y Radio Pirenaica. 
La autora va desgranando las luces y sombras  del PCE, pues gracias al absoluto convencimiento de sus militantes y a su reconstrucción en el interior y exterior jugó un muy importante papel en la lucha contra la dictadura, no se ocultan las contradicciones y el cinismo en que pudieron caer algunos de sus dirigentes: El PCE, a veces verdugo, elimina a la gente y siembra el temor a una opinión libre bajo el influjo estalinista. Con escuetas y no dialogantes órdenes envía al Ejército de la Unión Nacional Española a invadir desde Toulouse el Valle de Arán, una nueva reconquista en 1944. Invasión frustrada con el coste de muchas vidas. “Ni siquiera la fecha…hasta los pueblos donde se van a situar los puestos de mando estaban escogidos…somos los peones que Monzón mueve encima del tablero…me prometieron que nunca me dejarían solo y ya estoy solo” se quejaba el Comandante Lobo antes de la invasión…Pero también el PCE es la familia de los exiliados comunistas mientras pertenecen al regimiento popular. 
Narración coral bajo tres puntos de vista: dos narradores en primera persona Inés y Galán. Y el narrador omnisciente en tercera persona, abunda el coloquio. Prosa densa, llena de colorido y de acertadas metáforas, difícil a veces por los continuos saltos de tiempo y espacio.

Riqueza exhaustiva en la caracterización de los personajes pletóricos de ideales, fuerza e ilusión pese a los fracasos. Los reales no los llegó la autora a conocer pero están bien documentados. Quizá la narración pierde la intensidad de su comienzo por su larga extensión.

Inés, su protagonista, es el imán que atrae a todos los demás. Rebelde, reniega de todos los cánones sociales y así comienza a redefinir su universo íntimo frente a las fuerzas conservadoras franquistas, y frente a su familia burguesa. Esta rebeldía le lleva a abrazar la causa republicana, la cárcel, el miedo, la infinita tristeza. “En 1936 Virtudes y yo aprendimos lo que era la guerra, una línea frágil sutilísima que separaba la vida de la muerte”. Tras la cárcel, el confinamiento en un convento, y la reclusión y vigilancia en casa de su hermano Ricardo delegado provincial de la falange en Lérida. “No he ganado la guerra para que tú me amargues la vida, Inés”. “Tú la has matado, Inés, le dijo su hermana tras la muerte de su madre”.

Inés y su alegría lo vence todo, gracias a la radio Pirenaica se entera del paso de un regimiento en el Valle de Aran, se escapa con su caballo y sus cinco kilos  de rosquillas y como una audaz heroína y amazona incontenida hace su entrada en Bosost: “Me llamo Inés” se presenta al cuartel general.

Es fascinante la pluralidad de registros de la autora. Una de las escenas más bellas de la narración es la escena intensamente erótica e idílica de Inés y de Galán, una pareja que tras largos años de carencia, hambrienta y sedienta de amor y sexo funden sus almas en un único cuerpo. Inés y su alegría, amante, cocinera e intendente del Regimiento. Inés y su alegría, risueña y fuerte, paciente y animosa en Toulouse. El PCE es la cuna en la que se cimenta esta vasta, densa y extensa familia de padres a hijos. Unidos todos por el lazo común de la nostalgia y de la esperanza de regresar al país tras la caída de la Dictadura. Nacidos en la rebeldía, en la búsqueda de un mundo más justo, madurados en la muerte y en la vida, en  el compañerismo y amistad. Abundan los fragmentos muy emotivos que relatan la vida cotidiana de los españoles en el exilio.
    “Hemos hecho muchas cosas mal, pero también hemos hecho muchas cosas…Hemos hecho muchísimas cosas y hemos tenido que hacerla solos, sin ayuda de nadie, ¿Y sabes por qué? Porque nunca nos hemos estado quietos”.-  le decía Galán a Inés tras el regreso a Madrid.


Club de lectura de El Rompido. 10 noviembre 2020
 

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LA HOJA ROJA.- Miguel Delibes
Madrid:  Austral , 1959.

La novela es la crónica de una ciudad de provincia en la década de los cincuenta. Retrata en un estilo realista y  en una prosa de risas y de llanto, nítida, sencilla, plástica, la España atrasada y miserable de la posguerra, el inicio de una tímida industrialización y en consecuencia la migración del campo a la ciudad.

Es también, según su título  una metáfora de la muerte y de su antesala, la soledad; la hoja roja es esa llamada prudente que recuerda al fumador el próximo fin de su librillo de papel.
Miguel Delibes, alfarero de los cuerpos y cirujano de las almas de sus criaturas conseguirá que cada uno de ellos se defina por lo que dice y cómo lo dice.

 “Por tercera vez en su vida, el viejo Eloy se erigía en protagonista de algo”. El Ayuntamiento celebraba su jubilación y le recompensaba sus servicios con una medalla. “Vázquez, pensaba don Eloy, decía que el retiro es la antesala de la muerte” Pero él se fue sin guardar antesala.

Su trabajo fue su hogar, allí había encontrado un cierto calor. Sin embargo el homenaje había sido rápido, apresurado.

Don Eloy es entrañable, como  Desi su joven criada de veinte años que había venido del pueblo con su hatillo y ojos interrogantes. Los dos sufrieron una infancia sin calor afectivo, huérfanos y al cuidado de sus respectivas hermanas, él enviudó relativamente pronto, su mujer era un témpano de hielo. Goyito el hijo pequeño también murió. Hay dos lenguajes; el cultivado y reflexivo del señorito y el espontáneo y primitivo  de la Desi, de la Merce, del Picazas, de la Silvina . Dos mundos distanciados.

Uno de los rasgos del viejo Eloy más característico es el frío, metáfora de su soledad. “no se enfría, no cuando hace frío, sino cuando teme que va a enfriarse”. Antes las personas estaban alrededor del fuego, se miraban a los ojos y sentían calor. Ahora el calor se propaga a través de tubos, ya no tiene sentido.

Por eso era al calor del fogón en la cocina donde intercambiaban sus anécdotas y evocaciones el viejo y la Desi; era una forma de luchar contra la vaciedad, el aislamiento y el miedo.

“Daría dos dedos de mi mano por aprender a leer, señorito” Y aprendió a leer en los titulares del periódico: “EL CAU_DI_LLO, CON-DE-CO_RA-DO CON EL-CO-LLAR DEL ME_RI-TO E-CU-A-TO_RI_A_NO. FRAN-CO VI-SITA  UN SAL_TO DE AGU_A EN  LE_RI_DA. LOS NI_E_TOS DEL CAU_DI_LLO PA_SADOS POR EL MAN-TO DE LA VIR-GEN DEL PI_LAR
Y Desi le cuenta la pelea de don Jerónimo el cura con don Fidel el maestro, cuando escuchó cantar a los alumnos en la iglesia;”San Roque bendito que el señor te escogió para madre de Dios!” ¡menudo sacrilegio!  Y al calor del fogón leen la carta tan esperada de su hermana Silvina:”Soy en decirte que para febrero, a más tardar, el Picaza irá a esa para la mili”. Y, a su vez, el viejo va desgranando los recuerdos de cuando no era viejo; la historia del rey que nació huérfano. Que mandaba en todo menos en su destino, y sus pañales eran negros en señal de luto, historias acompañadas siempre de una obsesiva reiteración, señal de vejez y pérdida de memoria-

Y llegó a la capital el picaza para la mili y los dos hacían planes de boda, y muy contenta estaba la Desi con el novio, y con su veta buena a pesar de los augurios de su amiga Marce la envidiosa:” la coña de la veta, el picaza no hace más que comprometer”, le repetía.

Y murió Isaías el último viejo amigo de Eloy. Y durante su enfermedad de cinco días la Desi como consuelo le decía “el cuadrante es la esperanza de los viejos, ya se sabe, sí, el hoyo”. Y al despedirse de su amigo en el cementerio: “ahí os dejo a Isa atendedle, es su primera noche” imploró.

Y viajó a Madrid a visitar a su hijo notario y a su nuera Suceso. Era el hijo listo y estudioso, y le había comprado un jamón para aumentarle las vitaminas, pero cada vez que su hermano Goyito se acercaba al jamón, se volvía loco.

Volvió con el alma entristecida y encogida por la indiferencia y desprecio de la pareja y a su regreso encontró a la Desi  también  con el alma entristecida y encogida; al picaza le había salido la veta mala y había degollado a la portera tuerta del prostíbulo de la “los caprichitos”. No pudo echar fuera el pueblo.

Miguel Delibes como hijo adoptivo de Benito Pérez Galdós y tataranieto de don Miguel Cervantes se apiada de sus criaturas; del viejo Eloy, de Isaías, de la envidiosa Marce, de la Tesa, de la cruel Caya, del medio hermano infeliz inocente, incluso del asesino Picaza, por eso de la veta, de quienes no se apiada es del notario y de su esposa.

Por eso, a su regreso, cuando el bondadoso Eloy le propone a la leal Desi  cobijarse juntos  para huir del frío, ella le responde: lo que usted mande señorito”
“Tendrás estorbo por poco tiempo; me ha salido la hoja roja en el librillo del papel de fumar”                 
 Club de Lectura de El Rompido. Octubre 2020

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Como una novela.- Daniel Pennac.

 Editorial Anagrama, 1993

En esta obra insólita, una reflexión novelada sobre el placer de leer en libertad, Pennac, profesor de literatura se propone una tarea tan simple como necesaria: que el adolescente pierda el miedo a la lectura, que se embarque en un libro como en una aventura personal y libremente elegida. Tiene un toque literario, poético y requiere una lectura pausada y reflexiva. A veces el estilo, por espontáneo, resulta desordenado. Una de las razones más poderosas por las que los adolescentes no quieren leer es el miedo a no entender o considerar el libro como una amenaza de eternidad. El autor era un mal alumno, critica el sistema de la lectura padecida en su propia carne. La escuela no transmite pasión  por la lectura. El alumno rezagado y aislado que pierde el ritmo, se siente vencido y esta derrota no es una vivencia placentera. El despertar no los deseos sino las necesidades fundamentales a través de la participación y la curiosidad supone un acercamiento a la dicha de la lectura. Es un gran logro el convertir al alumno pasivo en activo. Un medio es el incentivar la imaginación y la creatividad a través del teatro, de la lectura oral, la afirmación de la personalidad individual formando parte de un todo, excluye la soledad  del alumno y la del maestro.            

El autor  pone fin a su “como una novela “ con la reivindicación  de los derechos del lector; 1º el derecho a no leer, 2º el derecho a saltarnos las páginas, 3º el derecho a no terminar un libro, 4º el derecho a releer, 5º el derecho a leer cualquier cosa, 6º el derecho al bovarismo (leer para satisfacer nuestras sensaciones) 7º derecho a leer en cualquier sitio, 8º derecho a hojear, 9º el derecho a leer en voz alta, 10º el derecho a callarnos.

En definitiva;  el derecho a leer en libertad y por placer. “El verbo leer no soporta el imperativo”

Club de lectura de El Rompido.  Septiembre 2020