Cartaya



Cartaya es una localidad y municipio español de la provincia de Huelva. En el año 2020 contaba con 20.083 habitantes. Su extensión superficial es de 226,4 km² y tiene una densidad de 81,34 hab/km².

El núcleo principal del municipio es Cartaya. A orillas del río Piedras se sitúan los núcleos menores de El Rompido y Nuevo Portil, destacando del primero las urbanizaciones Urberosa y Los Pinos. Existen otros conjuntos de edificaciones en diseminado por todo el término municipal.

Cartaya fue fundada como núcleo urbano, por el Marqués de Gibraleón, D. Pedro de Zúñiga, en el estuario del río Piedras, aunque su nombre proviene del vocablo fenicio "carteia" que significa ciudad por lo que presumiblemente su poblamiento, aunque no continuado, es más antiguo. 
Diferentes vestigios encontrados en su territorio han sido datados desde la época del Bajo Imperio Romano pues ésta se encontraba en un importante nudo de comunicaciones entre este y oeste. 
También se encuentra documentada la existencia de núcleos de población en alquerías aledañas en la Alta Edad Media que constatan que desde tiempos antiguos se habitaba esta zona.

De su término cabe destacar sus 4 km de playa (El Rompido, Playa de San Miguel, Playa de Nuevo Portil, y la parte más occidental de El Portil, una imagen urbanística atípica debido a la segregación de Punta Umbría), así como el antiguo Convento de Mercedarios Descalzos de la Santísima Trinidad, la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol, la ermita de Santa María de Consolación y el Castillo de los Zúñiga.

La economía del municipio se basa principalmente en el sector primario, aunque en los últimos años del siglo XX se fomentó el sector servicios recurriendo a sus posibilidades de ocio por encontrarse en zona costera y a sus parajes naturales. La renta per cápita es alta, considerando los municipios colindantes. Los núcleos de El Rompido y de Nuevo Portil junto con las numerosas urbanizaciones surgidas en las últimas décadas ha posibilitado, además, un importante crecimiento demográfico.

HISTORIA

PREHISTORIA

Existen pocas evidencias arqueológicas prehistóricas en la zona. En torno a la desembocadura del Piedras se ha encontrado pequeñas piezas de industria lítica del Paleolítico Inferior, como yacimientos achelesenses tempranos (cantos y algunos bifaces y picos) o del Paleolítico Medio tipo musteriense. No existe conexión alguna entre las poblaciones de las orillas del Piedras, del Odiel o del Tinto. Las primeras evidencias históricas de población en el actual núcleo urbano de Cartaya no se datan hasta época fenicia.


ROMANIZACIÓN

Si el núcleo de Cartaya y su costa cercana (donde existen numerosos hallazgos de pecios) no fueron probablemente habitados hasta la llegada fenicia no será hasta el siglo después cuando se proceda a un avance significativo. En época romana se encontraba enclavada en las regiones denominadas Beturia Céltica y Túrdula, dentro de la provincia senatorial romana de la Baetica. Cartaya se situaba cercana al trayecto de la calzada que unía las ciudades de Praesidio y Ad Rubras y por zona podría disponerse en la zona cierta industria alfarera, sobre todo ánforas, ante la demanda de los asentamientos de Punta Umbía u Onuba Aesturia.

Como es común a toda la zona de Huelva, la presencia visigoda en la comarca fue muy poco significativa.


EDAD MEDIA

Tras la conquista cristiana del norte de Huelva, en siglo XIII, después de la toma por Alfonso X el Sabio en 1262 de las ciudades de Niebla y Huelva, la actual provincia onubense cobró importancia como territorio fronterizo con Portugal, sirviendo de freno a la política expansionista de este país y denominándose Banda Gallega a gran parte de esa frontera. Será ya en 1269 cuando se configura la frontera con Lepe a través del Piedras.


EDAD MODERNA

Durante los siglos XV y XVI Cartaya pasó a formar parte de los señoríos de la Casa de Zúñiga. La zona era insegura pues era frecuentemente atacada por piratas berberiscos y normandos. Hasta que el marqués de Gibraleón, Pedro de Zúñiga y Manrique de Lara, no ganó un pleito a Alfonso de Guzmán, señor de Ayamonte y Lepe, por el cual pudo establecer un paso en barca a través del río Piedras y fundar junto a él la población para poder defender dicho paso, no hubo en la zona cierta normalidad.

Siete años después mandó iniciar las obras del castillo, situado hoy al oeste del actual casco urbano. La construcción de la fortaleza termina por consolidar el actual poblamiento. También en esa fecha se edificó la primera iglesia, de estilo mudéjar, sobre la que posteriormente se levantó la actual Parroquia de San Pedro Apóstol. Su descendiente, Álvaro de Zúñiga consolidó el poder familiar en la Baja Andalucía y su primogénito, al casar con la hija de Juan Alfonso III de Guzmán se hizo finalmente en dote de Ayamonte, la cercana Lepe y La Redondela.

Mención aparte merece el Puerto de la Ribera. Este gozó ya en 1509 de un indudable tráfico, teniendo comercio con el Puerto de Sevilla o con Flandes. Las naves cartayeras faenaban en Cabo Espartel y Cabo Bojador y existía transporte de cabotaje, comercio de vino y grano. También disponía de astilleros documentándose la fabricación de carabelas en el siglo XV.

La aún insegura población movió a los religiosos de la Merced Descalza, orden dedicada a la redención de cautivos, a establecerse en la localidad como ya lo había hecho en otras localidades cercanas. Aun así los poblamientos continúan siendo inestables desapareciendo antiguas aldeas medievales como la de San Miguel Arca de Buey y con descenso poblacional en el núcleo como consecuencia de una epidemia de peste en 1602. Esta etapa crítica contrasta con la de siglos posteriores, sobre todo cuando en el siglo XVIII se desarrolla gran parte de la actual trama urbana de Cartaya pese a los presumibles destrozos del terremoto de Lisboa de 1755.


EDAD CONTEMPORÁNEA

En el último tercio del siglo surge el poblado de El Rompido. Si bien anteriormente habían existido otros pequeños asentamientos en la desembocadura del Piedras durante esos años se comenzó a trabajar una almadraba en la otra banda del río. Como  las comunicaciones terrestres con Cartaya debían de hacerse desde la margen izquierda del río se establecieron familias en el actual núcleo. Estas familias fueron formadas generalmente por hombres de procedencia foránea, muchos de ellas procedían del vecino Portugal, con mujeres cartayeras. Apellidos portugueses como Almeida o Brito son aún comunes en la zona.


SIGLO XX Y SIGLO XXI

En 1963 se produjo la segregación del núcleo de Punta Umbría. Ante las demandas de este debido a su lejanía al núcleo y su crecimiento turístico y económico, el Ayuntamiento había puesto en marcha un expediente solicitando al Consejo de Ministros la revocación del Decreto de 15 de enero de 1959 que acordaba su segregación del núcleo matriz. Finalmente las gestiones no prosperaron y el 26 de abril de 1963 Punta Umbría se convirtió en una nueva localidad de la provincia con frontera apenas a ocho kilómetros de El Rompido. A partir de entonces se propuso El Portil como espacio para su dinamización turística. En 1968 se aprobó un plan de dinamización que resultó fallido propiciando apenas un leve desarrollo de la zona.

Con la llegada de la democracia y la promulgación de la Constitución española de 1978, Cartaya, como todo el Estado, consiguió nuevas competencias y experimentó un importante desarrollo situándose entre una de las localidades más pobladas en la actualidad en la provincia de Huelva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario