martes, 17 de octubre de 2023

CLUB DE LECTURA 2023 - 2024

 ¡Una nueva edición del Club de lectura para adultos en El Rompido da comienzo!


Si te gusta la lectura, compartir reflexiones, desconectar de la rutina diaria y sobre todo hacer nuevos amigos... ¡este es tu sitio!. No lo dudes y únete a nuestro Club. ¡Lo agradecerás!

Nos reunimos todos los miércoles a las 17.30 h en la cafetería CACHÉ (Av. Playas de Cartaya, 6-7, 21459 El Rompido-Cartaya (Huelva)

Para más información puedes ponerte en contacto con la Biblioteca Municipal de Cartaya.

C/ Nueva, 16 - 21450  Cartaya (Huelva) - Tfno: 959 391 343 - biblioteca@cartaya.es


En esta nueva edición leeremos :

1.- Frankenstein o el moderno Prometeo / Mary Shelley --------leído--------- 01-10-2023 al 15-10-2023

2.- Sabor a canela / José Carlos Carmona ---------------leído-------------------- 16-10-2023 al 30-10-2023

3.- La tía Tula / Miguel de Unamuno ------------------leído---------------------- 01-11-2023 al 15-11-2023

4.- Los atormentados / John Connolli -----------------leído----------------------- 16-11-2023 al 30-11-2023

5.- La Mennulara/ Simonetta Agnello Hornby--------leído---------------------- 01-12-2023 al 15-12-2023

6.- Amanecer en el desierto / Waris Dirie -------------leído----------------------16-12-2023 al 31-12-2023

7.- La quinta mujer / Henning Mankell ---------------leído---------------------- 01-01-2024 al 15-01-2024

8.- La magnitud de la tragedia / Quim Monzó --------leído--------------------- 16-01-2024 al 31-01-2024

9.- Después del baile / León Tolstoi --------------------leído---------------------- 01-02-2024 al 15-02-2024

10.- El arte de volar / Antonio Altarriba ----------------leído--------------------- 16-02-2024 al 29-02-2024

11.- El puerto de los aromas / John Lanchester --------leído--------------------- 01-03-2024 al 15-03-2024

12.- Anatomía de un instante / Javier Cercas -----------leído-------------------- 16-03-2024 al 31-03-2024

13.- La busca / Pío Baroja --------------------------------leído--------------------- 01-04-2024 al 15-04-2024

14.- La música del azar / Paul Auster -----------------leído----------------------- 16-04-2024 al 30-04-2024

15.- El bolígrafo de gel verde / Eloy Moreno ---------leído---------------------- 01-05-2024 al 15-05-2024

16.- Las cenizas de Ángela / Frank McCourt --------leído----------------------- 16-05-2024 al 31-05-2024

17.- El astillero / Juan Carlos Onetti ------------------leído----------------------- 01-06-2024 al 15-06-2024

18.- La ley del silencio / Budd Shubert --------------leído------------------------ 16-06-2024 al 30-06-2024

19.- Ardor guerrero / Antonio Muñoz Molina -------leído-------------------------01-07-2024 al 15-07-2024

20.- El malogrado / Thomas Bernhard --------------leído------------------------- 16-07-2024 al 31-07-2024

21.- Últimas noticias del paraíso / Clara Sánchez -------no leído-------------- 01-08-2024 al 15-08-2024

22.- La tregua / Mario Benedetti -------------------leído--------------------------- 16-08-2024 al 31-08-2024

22.- El blog del inquisidor / Lorenzo Silva ---------------------------------------- 01-09-2024 al 15-09-2024


OTRAS LECTURAS AL MARGEN DE LOS LIBROS OFICIALES

- No te veré morir / Antonio Muñoz Molina

- Los ojos cerrados / Edurne Portela

- Mujer bajando una escalera / Bernhard Schlink

- Las gratitudes / Delphine de Vigan

- El Leviatán / Joseph Roth

- La asesina / Alexandros Papadiamantis

- Tengo miedo torero / Pedro Lemebel

- Las malas / Camila Sosa Villada

- Retrato de una mujer moderna / Manuel Vicent

- La última migración / Charlotte McConaghy


RESEÑAS DE LOS LIBROS LEÍDOS




LA TREGUA / Mario Benedetti
Cátedra

“solo me faltan seis meses y veintiocho días para estar en condiciones de jubilarme”. Y fantasea con cierto temor sobre el momento en que le llegue el tiempo de ocio, la hora implacable de la edad, del paso del tiempo. “Es como si me dividiera en dos entes dispares…uno que sabe de memoria su trabajo, que está seguro siempre de dónde pisa, y otro soñador y febril, frustradamente apasionado, un tipo triste que, sin embargo, tuvo, tiene y tendrá vocación de alegría…”

A pesar de su brevedad la novela es condensa. A través de un diario personal Martín Santomé describe un viaje emocional y existencial de una manera bella y dolorosa. Es la vida de un viudo cincuentón que se enamora de una joven compañera de trabajo hasta que ella muere repentinamente.

Benedetti va hilando un tejido que refleja la complejidad de la vida. Va entrelazando en un lenguaje espontáneo y certero en el Montevideo gris y resignado de la década del cincuenta, temas y personajes diferentes; oficina, amigos, hijos, entre los que destella y destaca Laura Avellaneda. Y su prosa deja de ser la de un funcionario mediocre cuando la insufla la poética de los sueños.

“Ninguno de mis hijos se parece a mí…Esteban es el más huraño, un resentido. Jaime, aunque nunca me entendí con él, es sensible, me parece inteligente, hay una barrera entre nosotros…incomunicación. Soledad. Blanca tiene algo de común conmigo, también es una triste con vocación de alegre…¿Qué pensaría Isabel si pudiera verlos hoy? ¿Qué pensaría yo si pudiera ver hoy a Isabel? La muerte es una tediosa experiencia para los demás. De presencia constante. Y el recuerdo.

El martes 19 de febrero “me sentí de pronto insoportablemente vacío”…”Salgo como salí hoy, en una encarnizada búsqueda del aire libre…y me conformo con acomodarme en la ventana de un café y registrar el pasaje de algunas buenas piernas” Se trataba de un pardo vacío existencial.

“Cuando salí de la oficina un borracho me detuvo en la calle. ¿Sabés lo que te pasa? Que no vas a ninguna parte. Y yo estoy intranquilo como si no fuera a ninguna parte y ahora me hubiera enterado”

También coincidió en la calle con un antiguo compañero de colegio Mario Vignale “el adoquín” el imbécil que siempre se pegaba a nosotros… “¿Y cómo está Isabel? Murió”. La entrevista le avivó una obsesión; recordar a Isabel; “sé que tenía ojos verdes pero no puedo sentirme frente a su mirada” “Hacíamos el amor a oscuras, tengo una memoria táctil de esas noches”. “Toda nuestra armonía dependía de nuestra cama”

“ ¿Así que se acordaba de mamá?, feliz él, yo no me acuerdo” dijo Blanca . “Tengo la horrible sensación de que pasa el tiempo y no hago nada y nada acontece”, y se echó a llorar “Buena pieza el Vignale, bruto coimero” apuntó Jaime”. La coima o el soborno era el gusano corruptor del País.

Menos mal que la carta de Aníbal, su amigo íntimo, anunciándole el regreso, fue una especie de bálsamo, un consuelo, a su tedio. Y en ese tedio a veces le da por pensar en Dios, “si creo que existe acierto, si creo que no existe también, ¿acaso Dios tenga un rostro de croupier y yo solo sea un pobre diablo que juega a rojo cuando sale negro y viceversa? ”Y se preguntaba ¿”Qué he hecho con mi vida”? Porque lo más insólito fue la muerte de Isabel. A lo mejor esta era la causa de su frustración. “Anoche después de treinta años soñé con los encapuchados, “los policarpos” era un recurso de mi abuela para obligarme a comer. A medida que pasaban los años, el miedo se iba convirtiendo en fascinación. Con esa mirada absorta que uno suele tener por debajo de los párpados del sueño yo asistía como hipnotizado a la cíclica escena. Al final todos los policarpos se volvían y aparecían con la figura de mi abuela”

Miércoles 27 febrero; “Hoy ingresaron en la oficina siete empleados…ella tiene la frente ancha y la boca grande, dos rasgos que por lo general me impresionan bien”

Sueño descabellado. “En la vereda de una casa lujosa vi que estaba Avellaneda. Tenía puesto un vestidito liso. Me acerqué y le dije qué rico olor a campo. Mi argumento fue decisivo porque inmediatamente me dediqué a poseerla. Esta mañana apareció con un vestidito liso. Qué rico olor a campo le dije. Me miró con auténtico pánico. Una prueba más de que es posible ser más convincente en el sueño que en la realidad” Tiene algo que me atrae, ¿qué es?

Lunes 29 abril. Avellaneda estaba triste pero la tristeza le sentaba bien. “Usted es muy bueno señor Santomé” “el señor Santomé” me recordó mi cincuentena. Pero al mismo tiempo se le rejuveneció el cuerpo ante la noticia de que Laura había terminado con su novio. “No estoy reseco, no estoy reseco”. Los dos nos pusimos a trabajar como obedeciendo a un secreto acuerdo.

Y la sensación opresiva le desaparece. Necesita un encuentro casual fuera de la oficina. El milagro ocurrió en la esquina del café apareció Avellaneda. ¿Qué le gusta de Avellaneda?

Aníbal no es el mismo. Tuve la secreta impresión que iba a ser joven hasta la eternidad. Ha perdido el goce de vivir. Me preguntó si yo creía que todo estaba mejor o peor que hacía cinco años cuando él se fue. En realidad la coima siempre existió. Antes solo daba su coima el que quería conseguir algo ilícito. Ahora da la coima quien quiere conseguir algo lícito. Y esto es relajo total.

Laura Avellaneda despierta su fantasía. ¿Cómo abordarla? No se trata de una aventura. La ama. Recuerda que, unos siete o seis años atrás, una mujer le dijo: “vos hacés el amor con cara de empleado”. ¡Qué lejos se encuentra de esa rutina!

Santomé necesita un encuentro casual fuera de la oficina y es en el café de veinticinco y misiones. El milagro se hizo; una muchacha apareció, era avellaneda. Se besaron en la boca. “Nos aferramos a la vida, es al placer”. Ahora soy feliz. Pero estoy demasiado alerta como para sentirme totalmente feliz. Y es que Martín Santomé no logra sentirse feliz porque está acostumbrado a no serlo.

El tiempo se va, el tiempo corre y la vuelve a ella cada vez más apetecible, más madura, más mujer, y en cambio a mí me amenaza cada día con volverme más achacoso, más gastado, menos vital. “Qué miedo tenés al tiempo, a que te vuelvas viejo y yo mire a otra parte. No seas tan mimoso, lo que más me gusta de vos no habrá tiempo capaz de quitátelo”. Pero él pensaba en “mi cuerpo de Isabel y mi cuerpo de Avellaneda. ¡Qué tristeza! Nunca he sido un atleta. Pero aquí había músculos, aquí había fuerza. Frente a Avellaneda no me importa, ella me conoce así, pero me importa a mí como un fantasma de mi juventud”.

El apartamento será el nuevo espacio. “Abrí la puerta y me hice a un lado. Entró a pasitos cortos mirándolo todo con extrema atención…”Fue aquí un día de lluvia cuando me di cuenta de que esa rebanada de cotidianidad era el grado máximo de bienestar”. El enamoramiento es un horizonte de liberación y la felicidad es un inciso o una tregua en la lucha diaria contra el tedio. “Oh los viejos tiempos en que Avellaneda era solo un apellido” Ahora tiene cientos de significados que le llenan la vida. La mañana, la tarde, la noche.

23 septiembre ¡Dios mío, Dios mío, Dios mío! Laura Avellaneda murió

“Es evidente que Dios me concedió un destino oscuro, ni siquiera cruel, es evidente que me concedió una tregua. No era la felicidad era una tregua”. Y es que para Benedetti nada cambia, el fatalismo y pesimismo envuelven la vida del hombre trágico.

28 febrero. “Se acabó la oficina. Desde mañana hasta el día de mi muerte el tiempo estará a mis órdenes. Después de tanta espera esto es el ocio ¿qué haré con él?”


Mario Benedetti.- Nació en Uruguay 14 septiembre 1920 y muere 17 mayo 2009. Su obra “Anuncia la vida”. Tan entrañable es la comunión entre lo que escribe y la realidad que lo entorna. Su obra es Prolífica: cuento, novela, poesía, ensayo, canción teatro y crítica. Escritor comprometido apoyó la revolución cubana. Pertenece a la generación de los escritores del 45.

Club de lectura de El Rompido. 2 de octubre 2024


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LA ÚLTIMA MIGRACIÓN / Charlotte McConaghy
Salamandra


“Olvídate de la seguridad. Vive donde te de miedo vivir” Rumi.


Franny es la protagonista, irlandesa y nacida en Australia. A medida que su historia comienza a desvelarse narrada en primera persona y salteando del presente al pasado se van descubriendo los detalles de su vida: infancia. Pasión por el mar. Amor, familia ausente, crimen devastador, cárcel, dolor. Piezas que poco a poco se van ensamblando hasta obtener un puzzle completo y armonioso.

Antaño el mar estaba habitado por dioses, criaturas fabulosas aladas, sirenas, mítico desenlace de nuestra fantasía. Ahora asusta la amenaza distópica; “Los animales se están muriendo. Dentro de nada estaremos solos en el mundo…” “En nuestra autosuficiencia, en nuestro afán de buscar un sentido nos hemos olvidado de compartir el planeta que nos ha dado la vida …” explicaba en su Cátedra Niall Linch.

“Mi vida ha sido una migración sin rumbo, me pongo en camino sin motivo solo para estar en movimiento y esto me rompe el corazón una y mil veces. Es un alivio tener por fin un norte…un compromiso” Es la confesión de la protagonista angustiada y desorientada hasta el hallazgo final de la razón de su existencia o su lugar en el mundo. “De pequeña deambulaba por las calles, ¡ojo! con esta niña, Iris, tiene los pies inquietos y esto no puede acabar bien…” Su madre la abandonó. Y desde entonces perseguía su genealogía y su identidad. Y cuando conoció a Niall Lynch se dio cuenta que no era absurdo permanecer largo tiempo en un mismo lugar. Lo absurdo era su continua huida hacia delante. “Nuestro amor fue tal que quedó grabado a fuego en nuestros nombres, nuestros cuerpos…”

Franny se aferra a una última esperanza, marcada por Niall: Seguirá a los charranes casi extinguidos en la migración más larga del mundo animal; del Ártico a la Antártida. Una travesía inhóspita y mortal en un barco de pesca con ese mundo de pescadores en vía de extinción. La tripulación son unos desterrados, les encanta estar en el océano que les ofrece una forma de vida diferente. Se quieren. Ella les ha advertido que los charranes les llevarán a los peces. También Ennis Malone el capitán del barco desea con ardor la Captura de Oro, la ballena blanca. Y los pescadores sufren las manifestaciones violentas en los puertos ”Salvemos los peces, salvemos los océanos” “Solo los tontos no tienen miedo al mar” Hay dos mundos uno está hecho de agua y tierra, el otro de miedo. Y éste es peor que la muerte. ”Niall, garabateo, ¿dónde están tus pulmones cuando los necesito? ¿dónde está tu sensatez, tu calma infinita? Las lágrimas me han empañado los ojos”.

Ennis Malone, alma solitaria, decía que el punto Nemo es el lugar más remoto del mundo, un lugar tranquilo. “Pero no habrá más viajes después de éste. Ya que el morir es ir a ninguna parte a la nada, mi única pena es no volver a ver a Niall, qué injusto ha sido el breve tiempo que hemos vivido juntos”

Franny muestra fortaleza y determinación lucha con tormentas, rema, se hace una con la naturaleza violenta, nada en busca de una señal que le haga seguir viviendo y encontrar su redención. Su fuerza contradictoria y genética se le convierte en una amenaza. Necesita conocer su identidad y la de los suyos para defenderse. También ellos fueron fugitivos; su madre huyó de su lado y se suicidó, su padre fue condenado por estrangulamiento (no se sabe la causa), su abuela materna se divorció, como “ pie inquieto” se iba siempre para no volver. Ella misma sonámbula por poco asfixia a su marido la noche de boda. “Últimamente tengo menos episodios de sonambulismos y más pesadillas de ahí mi miedo a dormirme, insegura de la conducta de mi cuerpo” “No estoy hecha para la nostalgia, para añorar lo que siempre deseé abandonar por desesperanza, no es justo que uno sea capaz de amar pero incapaz de quedarse” . Franny es la hija de la Fortuna. Del destino trágico. En su interior convive una pulsión autodestructiva en un instinto salvaje de supervivencia. Pero el amor le obligaba a volver siempre. Niall la esperaba.

Cuando en Groenlandia embarca en el Saghani carga a su espalda un bagaje muy pesado de muertes y cárceles y embarca para cumplir de alguna manera el testamento de su único amor, Niall, profesor de ornitología en Irlanda. Tenía la certeza que los charranes no se extinguirían, que cumplirían su círculo completo de ida y vuelta a la Antártida.

Salen ilegalmente de un puerto del Atlántico norte. Se ha declarado la prohibición de la pesca, y en una manifestación Franny para defenderse del violador le incrustó una navaja. “Llevo la navaja desde el día que me apuñalaron en la cárcel”. Y el Saghani sigue rumbo al sur

“Había espléndidas bestias aladas que surcaban los cielos…No están desapareciendo, están siendo masacradas violentamente…”Decía doce años atrás Niall desde su cátedra.

“Bordeamos la costa del Brasil. Perdemos el rastro de los dos charranes rastreadores. ¿Dónde estáis, seguís luchando contra el viento? Rumbo sur. “Yo me pregunto si tiene sentido la muerte, la de los animales sí pero yo no soy un animal”

Las bombas de agua han dejado de funcionar, Basil, el único de la tripulación que se niega a continuar en esta peligrosa expedición avisa a la policía. Ennis y Franny logran escapar y roban el “Sterna Paradisaea” un yate viejo. La supervivencia de los dos navegantes en un yate pequeño y robado se hace difícil. “Niall afirmaba que las únicas aves capaces de sobrevivir a este viaje tan largo son los charranes. Nunca cambiarán su itinerario y no pararán hasta encontrar peces” .”Pienso que cuando uno se embarca en su última migración no solo de su vida sino de toda su especie, no se detiene antes de tiempo. No importa lo cansado, hambriento y desesperanzado que esté. Debe de llegar hasta el final”. El yate se abre paso por la costa de la Antártida. “¿Por qué me has seguido? Franny le pregunta a Ennis, no quería que lo hicieras sola”. “Sus palabras me llenan el alma”. “mi marido murió” susurro. “Lo sé”. Y tras dos horas de marcha el cielo se llena de charranes árticos, chillando, graznando, las golondrinas del mar. Ennis suelta una carcajada: una enorme aleta de ballena asoma por la superficie. ”Ojalá Niall hubiera visto esto”, pensaba Franny mientras esparcía sus cenizas.

“No estamos solos en el planeta, aún no. Todavía no se han ido todos. Todavía hay cosas que hacer”

“Busca las pistas de la vida, me decía mi madre, están por todas partes”

“La última migración” es también una metáfora de la vida humana.

Club de lectura de El Rompido. 15 de septiembre de 2024.


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RETRATO DE UNA MUJER MODERNA / Manuel Vicent

Manuel Vincent es capaz de captar los detalles mínimos de personajes y objetos, de analizar con cuidado y sutileza los sentimientos de las criaturas y pintar un retablo de una época de la historia de la posguerra y franquismo donde la realidad se entrevera con la ficción, su protagonista es Concha Piquer. “Según dijo mi madre cuando vine al mundo fue un 8 de diciembre, al campanero del Miguelet lo mató un rayo y en ese instante mi madre dio un grito enorme, y en medio de ese grito y el trueno nací yo”: la mujer que rompió todos los moldes. Venía a simbolizar el ideario de libertad e independencia del movimiento hippie y la modernidad. Su nacimiento fue anunciado por un trueno y un rayo, como se anuncia el nacimiento de un héroe en el mito griego. Así se lo contaba al propio Blasco Ibáñez, novelista de fama internacional exiliado de España por la dictadura de Primo de Rivera. De paso por Nueva York se detuvo ante el teatro Winter Garden. En el vestíbulo había una fotografía de Concha Piquer, estaba desnuda bajo un mantón de Manila. Esa noche celebraban la navidad bajo la ley seca. 1924. Era un grupo de españoles. Escucharon emocionados, el pasodoble “Suspiros de España”. Antes de volver a España triunfa en el Broadway de Nueva York mafioso, en México y Cuba. La casi analfabeta niña de la huerta regresa envuelta en glamour y dinero. En 1927 el Diario ABC la había declarado reina de la belleza de España con los pintores Romero de Torres y Benedito en el jurado. Había comenzado a hablar y escribir correctamente en castellano. “La Barraca “ de Blasco Ibáñez fue su primer Catón. Llenaba todas las noches el teatro y el pasodoble “En tierra extraña” se oía en todos los patios de luces y en todas las cocinas. Carmen Martín Gaite en un memorable artículo decía que sus coplas acunaban el miedo, convocaban el olvido, conjuraban el horror, el vacío. Y destacaba la amargura como el ingrediente excepcional que contenían las historias de mujer que ella contaba y que tuvieron entonces “una misión de revulsivo y de zapa con respecto a los cimientos de felicidad que estaban tratando de poner” Sus coplas eran la esponja que absorbía con ternura el dolor.

“La Maredeueta” arrancaba lágrimas a los valencianos y hasta el arzobispo tras haber intentado excomulgarla tatareaba la canción. García Lorca afirmaba que era puro surrealismo. Y a Concha Piquer la llamaba “un poema afiebrando el frío cuerpo del aire”. En esos años se estaba produciendo una revolución en la cultura con el pintor Gutiérrez Solana, el escritor Pérez Galdós, Buñuel, Dalí, Valle Inclán. Había ya un viento premonitor de la libertad y la voz de Concha Piquer cantaba “La Trianera”

Manolo Vázquez Montalbán decía que sus canciones son biografías de mujeres contadas en tres minutos.

Su encuentro con Rafael León fue cálido y productivo: “¿Escribirás para mí ?”Y le recitó el “Verde que te quiero verde” de su amigo Lorca.

A Conchita Piquer, a su hermana y al torero Márquez la guerra les pilló en Sevilla. “¿Qué hacía en Sevilla mientras la muerte era ama y señora de las dos Españas?” Por la radio empezó a oírse las arengas procaces y amenazadoras de Queipo de llano. Y su madre Ramona y su hermana Carmen oían su voz desde la radio clandestina de Madrid. “Eran las dos Españas cada una colgada de un pitón del morlaco que destripó a don Tancredo”.

Un día la Piquer le dijo al torero al pie de la Giralda: “Sabía las consecuencias que iba a tener el beso que te di en el parque de María Luisa. Estoy embarazada. Soltera y embarazada y cayendo bombas…” Saldremos adelante le respondió. Pero la cubana que le tenía trincado no quería soltarlo.

Miguel Molina cantaba en Valencia “Ojos verdes”. En el estriptis del cabaret Bataclán, la vedette se iba despellejando y al final se quedaba con una braga sucinta con los colores rojo, amarillo y morado de la bandera republicana.

La aviación enemiga en Madrid podía arrojar bombas sobre el Museo del Prado pero no en el barrio de Salamanca donde vivían las mamás de los aviadores nacionales.

En Sevilla Concha Piquer creó un gran espectáculo de Variedades.

Una mañana de Abril 1937 murió su madre. Se enteró de que su maestro y gran amor Manuel Penella había muerto monje trapense en México y que García Lorca había sido fusilado en Granada. Y que su amigo Rafael de León se libró de la ejecución en Monjuic porque alegó su amistad con Alberti, León Felipe y recitó un réquiem por Federico escrito por él en la cárcel: “lo mataron en Granada/una tarde de verano/Y todo el cielo gitano/recibió la puñalada”

“¿tú crees que los curas me dejaran cantar la Madereueta?” preguntó a su hermana. “Vete tu a saber” le respondió.

“La copla era la voz de los vencidos, la que se gritaba por los patios de luces. Por el Imperio hacia Dios con alpargatas y aceite de ricino… Amoríos que se enredaban por los camerinos entre el hambre y la gloria” Para Concha el final de la guerra supuso el inicio de una gran batalla para apoderarse con su voz de la España vencida y también de la que había ganado.

Antonio Márquez demostró ser un agente inmejorable. Montó una compañía y así empezó la leyenda de ese famoso “Baúl de la Piquer”

Cuando se escuchó el parte de Radio Nacional y ella estaba cantando en un teatro de San Sebastián siguió cantando “la Parrala”: “Unos decían que sí, otros decían que no, y para dar más que decir, la Parrala así cantó”. Y el ¡Viva Franco! Se solapó con su voz. La rebeldía consistía en no levantar el brazo y en quedarse sentado. A Miguel Molina en medio de una actuación lo prendieron los falangistas por comunista y maricón.

La canción de “Ojos verdes” sufrió la censura del régimen; la frase “apoyá en el quicio de la mancebía se cambió por apoyá en el quicio de tu casa un día. No admitió la censura y cada vez que cantaba la original pagaba una multa.

“Pocos oyentes sabían que el desgarro de algunas coplas de la Piquer obedecía a las heridas profundas de su propia alma que era a su vez un alma colectiva. Mi madre amasaba el pan llorando mientras cantaba la Piquer”

Encontró una carta al llegar a su casa: “Querida Concha estas líneas no pueden causar más dolor que las que me causan a mí al escribirlas. Mis hijos están en una edad que me necesitan y yo no puedo hacerme el sordo. Siempre te he amado y te amaré siempre” Antonio

La letra de la canción “Cría cuervos” se la escribió Ochaíta.

“Pena ay/cría cuervos a tu antojo, pa que te saquen los ojos/ y ciega y ciega…”

El tiempo en la posguerra se desenvolvía entre el hambre y el miedo. Y en el plano internacional; la guerra de Corea, el plan Marshall.

En las emisoras reinaba Concha Piquer: de lo que me está pasando/ yo no me quiero enterar/prefiero vivir soñando/ a conocer la verdad.

No se quería enterar de que el niño de la vecina había cogido la tisis, de que un jornalero había sido fusilado, de que a la niña del cuarto le había dejado embarazada un señorito.

En la sección de discos dedicados de Radio Andorra sonaba: “El vino en un barco, de nombre extranjero/ lo encontré en el puerto un anochecer…/ ¿Se trataba del exilio?

La radio era la sopa de los españoles racionados. En el 1958 la Radio anunciaba la inauguración del “Valle de los Caídos”. Eisenhower mandaba leche en polvo para los depauperados niños españoles, ¿estarían entre ellos unos niños que se llamaban Juanito Serrat, Antoñito López, Pilar Miró, Juan Marsé y Manolo Vázquez Montalbán, Gutiérrez Aragón?

Desde 1958 La Piquer sufría una ligera afonía. “Has cantado con el trémulo como si imitaras a Juanita Reina” le avisó su hija de 12 años.

“Esta noche canta por última vez Concha Piquer”.

Vicent cierra su Retrato con el silencio y el retiro a su Valencia natal.

“Así es el éxito. Es imposible cantar tan bien si no se ha sufrido mucho, y al mismo tiempo si no has sentido la embriaguez del placer y de la gloria”

Club de lectura de El Rompido. 23 de agosto de 2024


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LAS MALAS / Camila Sosa Villada

“Nuestro cuerpo es nuestra patria”.

Es una devastadora crónica de la vida de unas travestis en la ciudad de Córdoba (Argentina) entre las que se encuentra la propia autora. Con esta novela autobiográfica trata de reconciliarse con una parte de su vida: ”para morir hay que preparar la casa, recibir al niño que supimos ser, pedirle perdón por tanta traición cometida” Su padre pasó del orgullo a la furia y le ofreció ahí mismo un panorama instantáneo de lo que le esperaba durante el resto de su vida: vergüenza, intolerancia, desprecio, incomprensión si no se doblegaba al mandato paterno. “Un día van a venir a golpear esa puerta para avisarme que te encontraron muerta, tirada en una zanja “. Camila no se doblegó. De niño mendigaba a la gente para vendera helados y aprendía las astucias del comercio que luego le servirían para vender su cuerpo.

Armoniza la crueldad del relato con la poesía. Estremece y enternece su sinceridad. Logra dotar al relato de una difícil belleza. Envuelto en un realismo mágico o surrealismo como es el caso de la edad la tía Encarna, de María la pájara y la aparición de hombres sin cabeza, crípticos, que procedentes de África prefirieron las travestis de la región.

Los personajes son entrañables. Camila, la tía Encarna, esa madre travesti se erige como cuidadora omnipotente de todas, salvaguarda de todas las miserias, oráculo, guardiana de secretos, dispensadora de apoyo, comida y refugio cuando alguna lo necesita. En su casa no podía faltar una imagen de la Virgen del Valle que era morena y rebelde tan poderosa que torcía destinos. “Somos como un atardecer sin gafas de sol. Nuestro fulgor ciega, ofusca a los que nos miran” nos decía. “Todas las travestis éramos Yerma”. Excepto Laura que había nacido con una flor carnívora y el embarazo la había salvado. “Si alguien quisiera hacer una lectura de nuestra patria por la que hemos jurado morir en cada himno cantado en el patio de la escuela, esa patria que se ha llevado vidas de jóvenes en sus guerras, esa patria que ha enterrado gente en campos de concentración, si alguien quisiera hacer un registro de esa mierda, entonces, debería ver el cuerpo de la tía Encarna, eso somos como país también, el daño sin tregua al cuerpo de las travestis, la huella dejada en determinados cuerpos de manera injusta, azarosa y evitable. Esa huella del odio”. Estaban radicalmente indefensas frente a una sociedad incapaz de abandonar la pulsión de destrozar al diferente, comportamiento propio de los animales grupales, una sociedad inculta, ajena a la tolerancia.

El Parque Sarmiento donde acudían en su vida nocturna era “como un vientre de gozo, un recipiente de gozo sin vergüenza”. La vida de Camila se disociaba. “Mi mundo durante el día son los varones y mujeres que conozco en la universidad, y los clientes por la noche”. Así aprendió a mentir, a ocultar su secreto. “Puedo ser como ustedes y como yo quiero al mismo tiempo”. Los clientes estaban dispuestos a pagar por una mujer con pene. Nada les desquiciaba más. “Me vuelvo loco por verte dormir con ese cuchillo entre las piernas” Así de hipócritas son. Nadie puede sustraerse al hechizo de un hombre vestido de mujer. Esos maricones degenerados que atrapan las miradas. “Es que somos necesarias en el deseo prohibido de los habitantes de la tierra, y en mí no solo actúa la necesidad de dinero, sino la curiosidad y el vértigo”. ¿Cómo puede una ocultar eso que se da a conocer desde el corazón de la piedra, eso que estuvo oculto toda la vida dentro de esa piedra, esa forma para ser vivida, no solo manifestada?

Había una actitud inquebrantable, revolucionaria, ejemplar, en esa hermandad de travestis mal miradas, mal tratadas, mal queridas, mal juzgadas, mal pagadas. La sororidad es el arma que les ayuda a sobrevivir. Un año de vida de una travesti equivale a siete de una normal.

“El envejecimiento prematuro se me empezó a manifestar en forma de extenuación y tenía que estar muy hundida en la miseria para acostarme con un cliente que no me gustara, era una travesti menuda y pueblerina. Mis amigas envidiaban mi voz”

Angie era una fiesta por hermosa y feliz, era la reina en esta tierra de desahuciadas, tenía novio. Murió de sida. Vivíamos drogadas con whisky y clonazepám. Murió Sandra. Murió Lourdes, la silicona inyectable le había pasado a la corriente sanguínea. Una noche nos encontramos a una compañera metida en una bolsa y tirada en una zanja. Machi la travesti paraguaya cumplía con los ritos fúnebres, y las demás se derretían de dolor. El Hospital Rawson especializado en infecciones se convierte en el segundo hogar. Un médico de guardia nos aconsejó “portense bien”. “Pero no sabemos portarnos bien o mal, vamos por el mundo con toda nuestra vida encima que cabe en una carterita.” “Éramos vulnerables, impotentes, peleábamos con los clientes y con nosotras mismas con la ferocidad propia de la fiera entrampada, el tumor del resentimiento lo teníamos inoculado, un proceso de desensibilización para no morir”. “Cada golpe se sumaba a lo que nos habían propinado los padres para revertirnos”. “Me pregunto; ¿qué habría pasado si en vez de mandar la rabia a lo más hondo de nuestra alma travesti, nos hubiéramos organizado? ¿Qué pasó en cambio? ¿Adónde nos llevó tragarnos el veneno? A morirnos jóvenes”. La temporada de caza ha comenzado. El acoso se acentúa. La tía Encarna con “el brillo de sus ojos, su hijo adoptado por ella y por todas las travestis y despreciado por sus compañeros de escuela, se encierra en su casa. Siente por primera vez en su vida centenaria miedo, se le eriza la piel. Aparecen los dos asfixiados en la cama por un golpe de gas, un suicidio. Acudimos todas a su entierro. Es la Machi la maestra de ceremonias. Nuestra vida cambió.

El Parque Sarmiento dejó de ser una fiesta. El parque se ilumina. Los diarios decían que con la nueva iluminación se acababa la delincuencia y la prostitución. Y comienza el éxodo de las travestis, salir de los lugares eso es ser travesti. Y vuelven a la vida blanca del camaleón, adecuándose al mundo como es. “Al perder el Parque perdimos esa red de protección, el estar juntas para defendernos”

“En el callejón sin salida adonde desemboca la vida de todas las travestis siempre estamos dando batalla a la intemperie tratando de trocar un cuerpo muerto por uno vivo que respire, que sobreviva a las mil muertes que nos pone la parca en el camino”


Camila Sosa Villada (La Falda, 28 enero 1982) es una escritora, actriz y dramaturga transgénero argentina. “Nuestro cuerpo es nuestra patria”. El cuerpo de Camila Sosa son muchos, concretos, apaleados, llenos de moretones. Es el cuerpo que se tiene y es el que hay que proteger. “El mundo del deseo no es todo lo luminoso que se cree”.

Club de lectura de El Rompido. 16 de agosto de 2024

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TENGO MIEDO TORERO / Pedro Lemebel
Ed. Planeta


Esta novela es una historia de amor entre un militante resistente a la dictadura de Pinochet y un homosexual apodado “La loca del frente”. Hay un hecho histórico: el atentado fallido al dictador de 1986 en el que el frente Manuel Rodríguez interceptó a la comitiva en el regreso de Pinochet tras un fin de semana, y hay ficción.

La Loca del frente personaje central es “de mediana edad, homosexual, mariposelo, de cejas fruncidas, alegre, soñadora y romántica; le gusta sintonizar programas de radio, su canción preferida es la de “Tengo miedo torero” de Conchita Piquer, borda manteles para vivir. Le había enseñado a bordar la reina Rana después de regentar la mejor casa de putas de Antofagasta. Huérfano de madre la violó su padre”. “Asustada siempre al grito paterno, al correazo en sus nalgas marcadas por el cinturón reformador “para que me hiciera hombre”. Ajena a la realidad que vive hasta que conoce a Carlos estudiante activista contra el régimen de Pinochet. Hay una progresiva simbiosis en la pareja. Mientras la Loca, inmersa en una peligrosa trama, se va politizando ante la realidad cruel de los chilenos que le muestra Carlos, éste va descubriendo la ternura del amor que ella le ofrece. Y puso su altillo de tres pisos desde donde se veía la ciudad de Santiago a disposición de los estudiantes terroristas compañeros de Carlos para sus conspiraciones y escondite de ignotas cajas.

Cuando Carlos agobiado examinaba el terreno donde se iba a realizar el atentado en el recorrido de Pinochet, la Loca del frente inició “un zapateo descalza sobre la tierra mojá, sobre el musgo verde de verde limón, de verde albahaca de verde que te quiero como el yuyo verde, de tanta espera verde y negra soledá”, sintió de repente que nunca una mujer le había provocado tanto cataclismo en su cabeza. “Para por favor”. Ese casete presagiaba desgracia, ese disco de burdel antiguo parecía ensangrentar la tarde.

Dentro de una continua línea narrativa, a veces, de barroco recargado discurren los monólogos interiores y exteriores de los personajes, de prosa culta y popular. Y las largas tiradas de la pareja Pinochet malvados personajes esperpénticos, de parodia y guiñol.

Lucy era la esposa frívola, admiradora de la moda parisina y de Gonza su consejero un Rasputín homosexual. “Y tú mandándole armas, apoyándolo con tus ideas para doblegar a los negros revoltosos…me siento como esos marxistas rotosos que tu exilaste después del once, dando vueltas y vueltas a la tierra sin que nadie nos ofrezca asilo…”con su verborrea hostigosa le recrimina a su marido tras el frustrado viaje a la Ciudad del Cabo.

Y un Pinochet lidiando con sus fantasmas, traumatizado, castrado y opresor del homosexual indefenso: “ ¡por si no bastaran los comunistas, ahora, los homosexuales!” El dictador soñaba su propio funeral, una terrible pesadilla que le obligaba a caminar pisando las flores muertas de sus exequias.

Y a veces cuando la Loca del frente sintonizaba la radio le salía un Comunicado de la Dirección Nacional de Información que “Declaraba que se ha desbaratado un plan subversivo y se habían tomado medidas necesarias para prevenir …Tales comunicados le indignaban.

Otras veces escuchaba: “Cooperativa, la radio de la mayoría convoca una velatón para exigir justicia a los atropellos cometidos en los derechos humanos…” este comunicado le gustaba e incluso acudía. ”Somos un sueño imposible que busca la noche” decía la canción, pero Carlos corrigió: “tiene razón, pero lo que nosotros buscamos no es la noche, es el día, el amanecer de la larga oscuridad que vive este País”. Era su maestro.

Y un día en medio de una sublevación callejera de: “Pinochet, CNI, asesinos del País”, expuso su vida al entregar a un rebelde una caja peligrosa.

Y en algún altercado ella se quejaba “ me cansé de preguntarte, después te explico, me contestabas” “¿Y cuál era tu nombre de travesti?” “¿Y por qué te lo voy a decir si tú no me dices el tuyo?”

La loca del frente cogió la micro y se fue hasta el Barrio Alto a entregar a la señora Catita mujer de un general el mantel que había bordado de pájaros y flores. Adornaría la mesa para el festín de los generales el día 11 de septiembre aniversario de la victoria. Se celebraría la muerte de tanto marxista y el mantel se contaminaría con la sangre del odio. Pensó en Carlos, un niño en aquel fúnebre suceso, furiosa lo dobló y lo metió en el bolso, no lo entregó. Fue un arranque de dignidad. Como dice Carlos; “todos los seres humanos somos iguales y merecemos respeto”

En la micro una mujer sentada a su lado protestaba porque Santiago se iba despertando al caceloreo y a los relámpagos del apagón y la loca del Frente le respondió: “mire señora yo creo que alguien tiene que decir algo en este país, no todo está bien como dice el Gobierno, en todas partes hay militares” Y estas palabras fueron aplaudidas por el público de la micro. “Y es que desde la ventanilla la ciudad era una cobra grisácea ondulando en rostros también descoloridos por el susto cotidiano de la dictadura”

Aquella noche de septiembre del 86 fue espesa, el ejército tomó Santiago y hubo numerosos allanamientos en los barrios populares. Pinochet no murió. “En el asiento trasero del coche el dictador temblaba como una hoja, no podía hablar, más bien no podía moverse sentado en la tibia pasta de su mierda que lentamente corría por su pierna, dejando correr el hedor putrefacto del miedo…” “La Virgen del Carmen salvó al presidente” testificó a la prensa la primera Dama “Hay que edificar una iglesia en el lugar”

“Infructuosos son los esfuerzos de los servicios de seguridad para dar con el paradero del grupo terrorista”.

Fueron a buscarla para ponerla a salvo. La loca abandonó su casa y las lágrimas de las locas siempre parecerán fingidas. “Es hora de partir” se recitó a sí mismo “tirándole un beso al ayer que evaporaba su adiós en el herido remanso del amor viejo”

El coche la condujo hasta la playa de Valparaíso. Y a su espalda sonó una voz:”¿tienes miedo torero? ¿Te vienes a Cuba conmigo? La voz de Carlos pareció retumbar, y ella giró la cabeza y lo miró desgarrada por la pregunta. “Toda la vida te voy a agradecer esa pregunta; es como si me estuvieras pidiendo la mano, tu silencio ya me dice adiós como la canción. ¿Te fijas cariño que a mí también me falló el atentado?

Pero no pudo llorar, por más que trató de recordar canciones tristes y arpegios sentimentales, no podía desaguar el océano atormentado de su vida”



El escritor Pedro Lemebel nació en Santiago de Chile en 1956 y falleció en 2015. En la novela expone una constante de su obra: la necesidad de apostar a la ternura como arma transformadora capaz de mover los cimientos de una sociedad adormecida.



Club de lectura de El Rompido. 4 de agosto 2024.

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LA ASESINA / Alexandros Papadiamantis
Ed. Periférica

En esta novela de A. Papadiamantis se aúnan la tragedia, lírica y épica de la literatura griega. La acción discurre a finales del siglo XIX en la isla de Skiazos una isla de las espóradas del norte de belleza salvaje azotada por bandoleros, piratas, turcos y vientos de los cuatro puntos cardinales. El primer escenario del drama es una angosta y pobre habitación iluminada por un candil titilante, Deljaró una parturienta recién dormida sobre un jergón a ras del suelo, en la cuna su hija recién nacida enferma que no deja de toser, y la abuela Yanú Frányisa que no duerme. De casi sesenta años era “una mujer bien hecha, de rasgos hombrunos, de energía masculina y con un asomo de bigote sobre los labios” comadrona y curandera. “En la penumbra sus reflexiones y recuerdos, oscuras imágenes del pasado, rompían como olas en su cabeza, ante los ojos de su alma”. Padre ahorrador, madre curandera y arpía. Dote miserable, marido inútil. Dos hijos habían emigrado a América, habían bebido del Leteo y ya no se supo nada de ellos, el tercero penaba en una cárcel por homicidio. Y cuatro hijas. Siempre ella al servicio de sus padres, de su marido, de sus hijos y de sus nietos. En las familias del vecindario abundaban las muchachas: “¡cómo crecen Dios mío!” Y a todas había que casarlas y darles dote.

Jadula la llamada Francoyanú sabe lo que vale una niña. Hasta las niñas de buena familia mueren más que las incontables hembras de la pobreza que tienen siete vidas y se multiplican para castigar a sus padres. “perdóname Dios mío” pero que bien vendrían las plantas de la esterilidad. “ La guadaña o el precipicio” había comentado en una ocasión a su vecina. Ah he aquí que…nada es lo que parece sino algo contrario. La muerte es vida y resurrección. Las plagas aparentemente tan crueles que siegan la vida de las criaturas inocentes, la difteria, la viruela…¿no son las caricias de las alas de los angelitos que se alegran al recibir el alma e los niños? Así la tía Jadula iba desgranando sus pensamientos.

La Vieja cerró los ojos tras el tercer canto del gallo. ¿Cómo está la niña? Le preguntó su hija Amersa al llegar. ¿No se habrá muerto? Soñé que moría la niña y que tenía usted una marca negra en las manos.

Y cuando se fue Amersa la niña empezó a toser y a lloriquear. La Francoyanú empezó a perder la cabeza. Se inclinó sobre la cuna, introdujo los largos y duros dedos en la garganta para hacerla callar. Había perdido la cabeza y los sueños de Amersa se cumplían siempre porque tenía el don de la adivinación.

Un silencio absoluto reinó en el oscuro cuarto tras la última tos y el llanto de la niña tan bruscamente interrumpido.

Y a partir de ahora cambia el escenario de la novela porque la Tía Jadula intranquila y atormentada de remordimientos, emprende su peregrinación por los valles y montañas rocosas de la isla. “Hazme una señal si hice bien” le dice en su ermita a “san Juan el escondido”, a quien acudían los que tenían un secreto pecado. Cuando llegó al Huerto de Yanis el hortelano, su mujer yacía enferma en la cabaña, encontró a sus dos hijas jugando en borde de la cisterna y las tiró al agua. “Ya está…San Juan me ha dado la señal”.

La vieja Jadula una vez pasada la línea roja sigue su camino destructor, quiere liberar a las familias de la desgracia y de la pobreza. Huye de sus propios demonios. Es un crimen piadoso. Los hombres se van, son libres, se quedan las mujeres indefensas. La niña estorba. El trabajo del campo es duro, las mujeres no es una moneda de valor. Pero Papadiamantis perfila con aguda y moderna psicología el carácter de la mujer y difumina el del hombre que pasa a un segundo lugar.

Terminada la pascua, la tía Jarula estuvo lavando dentro del amplio patio de Alexandros Romais uno de los notables. Niños y niñas correteaban y molestaban. La maestra no les enseñaba muchas letras pero proclamaba siempre de que ya era hora de que las niñas se emanciparan. Xenula una párvula rebelde y desobediente se había subido al brocal podrido del pozo. “Ay Dios mío si te cayeras dentro qué libertad le darías a tu madre” dijo con una extraña sonrisa Francoyanú. La niña se agachó apoyó todo el peso de su cuerpo en una viga. Se escuchó un grito ahogado y un chapoteo. Instintivamente, hizo amago de gritar y pedir ayuda. Había expresado en broma un deseo y se había hecho realidad. Dios había escuchado su deseo. No se decidió a gritar. Y qué mala suerte, ¡cómo le torturaban los pecados!

La justicia había empezado a sospechar. Había ya muchas coincidencias. Dos guardias rurales iniciaron la persecución.

Y Francoyanú pasó de peregrina a fugitiva. “La persigue el pecado, madre” dijo temerosa Deljaró. Cogió su cesta, una navaja, una vara, pan, queso y agua, y huyó a la montaña. Mientras jadeante subía la rocosa colina decía “ayúdame Virgencita mía aunque sea una pecadora, no lo hice con maldad. “En sueños escuchaba en su corazón el siniestro llanto de su nieta y pensaba escapar del peligro y desgracia, y la desgracia y el dolor los llevaba dentro y creía huir de la cárcel y la celda, y la cárcel y el infierno anidaban en su interior…”

Y un infierno sobrecogedor de pesadillas insomnes y alucinaciones atenazará su conciencia, descoyuntada por una realidad miserable, en la huida desesperada a través de un paisaje salvaje y bello.

“La vieja Jadula encontró la muerte en el paso de San Salvador, en la lengua de arena que une la roca con la tierra firme, a mitad del camino entre la justicia divina y la humana”

Oprimida, transida por la angustia de existir por la imposibilidad de ninguna justicia divina o humana.


Alexandros Papadiamantis nació en Skiazos isla griega en 1851 y murió en 1911.

La obra de este Dostoievski griego, como muchos la han llamado, ha alcanzado durante los últimos años un reconocimiento tan entusiasta como merecido.

“Nadie había escrito así sobre la culpabilidad y la ira antes de Faukner, tan solo Shakespeare” The Washington Post.


Club de lectura de El Rompido. 27 julio 2024
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EL MALOGRADO / Thomas Bernhard

Alfaguara

“Un suicidio largamente calculado, pensé, no un acto de desesperación espontánea”

Su prosa, desprovista de adornos se despliega en frases interminables, laberínticas, reiterativas y encadenadas. Se detiene en el detalle con minuciosidad obsesiva. Avanza un paso y retrocede para volver sobre lo mismo. Abomina de los puntos aparte. El lector con placer y expectación se va introduciendo en la narración como el guarda bosques en la arboleda en amaneceres o crepúsculos brumosos entre la realidad y el sueño; se va sumergiendo en una profunda reflexión sobre el genio y los que viven a su sombra, sobre el ser humano y sus limitaciones. La existencia, lo absurdo de la existencia, el nihilismo, la maldad, la frustración y la muerte.

“ También Glenn Gould, nuestro amigo y el más importante virtuoso del piano de este siglo llegó solo a los cincuenta y un años, pensé al entrar en el mesón. Sólo que él no se mató como Wertheimer, sino como suele ocurrir murió de muerte natural” Murió en el momento ideal para él, de una apoplejía justo cuando estaba interpretando las variaciones de Goldberg. Murió de éxito. Obsesionado con la idea de ser un mero vehículo entre Bach y el piano. “Despertar un día y ser Steinway y Glenn en uno, decía, pensé, Glenn y Steinway, solo para Bach. Su don le tortura tanto como a sus dos compañeros de estudios.

No fue el caso de Wertheimer. No se mató en el momento más favorable para él.

Así comienza un interminable monólogo del narrador tras su llegada al mesón de Traich en Austria, a la vuelta del entierro de su amigo.

Veintiocho años atrás los tres amigos habían sido alumnos de Horowitz, excelente músico. Pero dos años después de haber estudiado con él, Glenn tocó en los Festivales de Salzburgo las Variaciones de Goldberg. Su interpretación significó un pasmo mundial. Pese a ser pianistas notables la comparación con el genio de Gould arruina sus carreras y desde entonces cada uno de una manera diferente viven a la sombra del virtuosismo de Gould. Y a partir de ese momento dice el protagonista narrador: “regalé un día mi Steinway a una niña de nueve años…había llegado a tiempo al convencimiento de que no tenía cualidades para hacer una carrera de virtuoso” y por “atrofia se dedicó a la filosofía. “Me convertí en un artista de la cosmovisión”. Por eso no llega a la aniquilación delirante del amigo. Wertheimer fue más lento en darse cuenta de su limitación como virtuoso. Pero no tardó en subastar el piano y se dedicó a las “ciencias del espíritu”. Y Glenn le llamó el Malogrado y a mí el filósofo cuando acudimos a visitarlo en Nueva York. “Nuestro malogrado es un fanático, dijo una vez Glenn, se muere casi ininterrumpidamente de lástima de sí mismo. Y ese adjetivo que le atribuyó fue el inicio de su catástrofe, porque una palabra puede aniquilar a la persona. Lo que Wertheimer sabía desde siempre fue expresado de súbito. “el Mortificado” lo calificaba yo, y a Glenn “el Inaceptante…”Cuanto más miramos a un hombre tanto más mutilado nos parece” decía Glenn. Y la muerte de Glenn fue ya el comienzo de su fin. “Wertheimer, Glenn, yo, todos mutilados”. Ahora sólo vivía el narrador innominado que intentaba averiguar los hechos que condujeron al suicidio de su amigo. Y le parecía que siempre había un límite para la existencia. Cuando se sobrepasa los cincuenta el viviente se envilece. Durante veinte años el Malogrado había controlado y dominado a su hermana con un peculiar sadismo hasta que ésta huyó de él y se casó con un rico de la industria química en Chur esa espantosa comarca católica suiza. Se quedó desconsolado y se aisló en Traich en Austria en su inhóspita jaula, y hasta culpaba a la hermana de su frustración musical. Malogrado, frustrado e insatisfecho. Odiaba a su padre, a su madre, a su hermana, todos tenían la culpa de su infelicidad. Les reprochaba que le hubieran lanzado a la horrible máquina de la existencia. ¡Sin talento musical, sin talento para vivir! ¿Era el abandono de su hermana la causa de su suicidio? ¿Era su innata infelicidad?

A veces la trama es lo menos importante. Lo importante son las reflexiones del narrador y la cadena de digresiones que confluyen en el absurdo, en un agobiante y desesperado escepticismo del pesimista Wertheimer:

“Cuando me preguntaron cuál era mi profesión respondí que era aforístico. Pero la gente no comprendió lo que quería decir… Para decirlo más exactamente, nacemos sólo en medio de malentendidos, nada más que malentendidos… Y mientras existimos no salimos ya de esos malentendidos” Y leía literatura mortal.

“Las Variaciones de Goldberg fueron compuestas con el fin de hacer soportable el insomnio de alguien, pensé. A Wertheimer lo mataron”. ¿Fue la muerte de Glenn la verdadera causa del suicidio? siempre lo envidió. Al poco tiempo se ahorcó.

Los tres amigos eran de familias adinerada estudiaron música contra la voluntad de ellas. No tuvieron nunca problemas económicos. No necesitaban el arte para vivir bien. Los tres misántropos, los tres fanáticos del parapeto. Ninguno podía soportar a la humanidad entera. El narrador consideraba a Austria sucia y decadente por eso se fue a vivir a España. Wertheimer sobre todo odiaba a Suiza adonde se había ido a refugiar la hermana. El burdel de Europa con hedor a catolicismo. Glenn americano canadiense vivía en Nueva York. En su jaula.

Quien colocó la última tesela en este mosaico confuso y tortuoso fue Franz el trabajador forestal de Traich. Le contó al narrador, tras el regreso del entierro del ahorcado, que Wertheimer había invitado al pabellón de caza a antiguos amigos músicos durante dos semanas. Se había hecho traer de Salzburgo un piano “muy desafinado”. Sin pausa había tocado a Bach y Hendel hasta volverlos locos. Y los retenía mediante un soborno. Y los largó tras una cena principesca. Antes de partir provocaron intencionadamente múltiples destrozos. Y el propio anfitrión dos días antes había quemado montones de papeles. Todos sus escritos que su amigo el narrador pretendía conseguir.

Wertheimer envidiaba a Glenn con su muerte pretendía emularlo y al mismo tiempo vengarse de su hermana, pagárselo con creces al ahorcarse en Zizers a solo cien pasos de la casa.

El entierro tuvo lugar a las cinco de la mañana. No hubo flores porque la hermana opinó que no resultaban apropiadas.

Thomas Bernhard nació en Heerlen Holanda en 1931 y murió en Gmunden Austria en 1989.

Fue crítico implacable de la sociedad en que le tocó vivir. No podía soportar la estupidez, la ignorancia, la maldad que percibía a su alrededor.



Club de lectura de El Rompido. 18 de julio 2024

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ARDOR GUERRERO / Antonio Muñoz Molina
Alfaguara


La primera estrofa del himno de infantería es, sin duda, el más adecuado título para este libro por cuanto encierra un mordaz sarcasmo que deja al descubierto la ficción de un ejército de cartón piedra que, lejos de ser operativo, es un ejército de ocupación de su propio país, con valores, lenguaje y postureo del ejercito africanista que seguía siendo con una absoluta desconexión de la sociedad española de finales del siglo XX.

Escrito en primera persona, es un libro autobiográfico como deja claro su subtitulo: «Una memoria militar» y la cita de Montaigne «Así pues, lector, yo mismo soy la materia de mi libro».

Un relato verídico y atroz sobre la sistemática metodología para quebrar la personalidad y la anular cualquier vestigio de individualidad de los reclutas que se incorporaban a filas y que terminaba en una sumisión absoluta por el terror inoculado por unos mandos que «tenían algo de dioses inescrutables e iracundos que en cualquier momento podían fulminarnos». Una labor de urgente demolición de la persona que producía sus efectos desde el mismo instante que los reclutas bajaban del tren en un apeadero aledaño al cuartel y, acosados por la policía militar, torpemente, intentaban alinearse en su primera formación.

«La cara que yo vi esa noche al lavarme los dientes en el espejo del lavabo tenía en los ojos la expresión de quien mira a un desconocido: no era yo mismo descubriendo lo que habían hecho de mí durante un solo día en el ejército, era otro mirándome, era un recluta rapado y asustado, mirando con extrañeza y recelo a quien había sido antes de llegar allí, veinticuatro horas antes, en otro mundo, en el pasado inmediato y lejano». (página 78)

Así empezaba la mili para el recluta J54, un larguísimo tiempo de cautiverio y exilio para él, de suspensión de la vida para los afortunados que ya tenían su propio camino esbozado y de algunas posibilidades de prosperar y viajar para quienes provenían de las zonas y estamentos más desamparados de la sociedad.

Mientras J54 es recluta y conejo, la autobiografía es una recopilación de anécdotas, hechos y situaciones que se salvan del peyorativo «historias de la mili» por la maestría del autor para contarnos las mismas ideas y emociones de distinto modo y con un uso espléndido de los sinónimos. ¿Cuántas veces nos va a contar que Vitoria es una ciudad burguesa y provinciana, o que los sargentos son sádicos o crueles, o que el brigada Peláez es un cero a la izquierda? Por no hablar de la corruptela militar que subyace en todo el libro, o los olores del cuartel y del propio carácter apocado del protagonista.

En la segunda mitad del libro al tiempo que supera los estadios de padre, de abuelo y enfilando el definitivo y superior de bisabuelo, el protagonista parece centrarse más en su entorno y en sus incertidumbres personales. El San Sebastián de 1980, con sus cielos grises, las nieblas que brotan del Urumea, sus lluvias perpetuas, y sus recurrentes episodios de violentas protestas callejeras, se situaría en las antípodas de la Úbeda natal de Muñoz Molina que, en comparación, resulta aparentemente idílica. Cobrando sentido la anécdota de que cuando el autor cuenta a sus paisanos el destino militar que le ha tocado en suerte, a aquellos se les cambiaba la cara: «había como un impulso de darme el pésame, de pasarme la mano por el hombro y decirme, venga ya, que no será tan grave». Y no era para menos. Precisamente en el momento en que Muñoz Molina presto su servicio militar se dio el pico más alto de atentados mortales por parte de ETA y organizaciones afines, con unas 80 muertes en 1979 y otras 96 en 1980. El militar era, además, uno de los colectivos más señalados por su condición de «agente invasor»

En la novela se refleja la sensación de asedio en que vivía el estamento castrense, el cuartel, el Regimiento de Cazadores de Montaña Sicilia 67 de San Sebastián se convierte en un bastión, en un baluarte, un injerto artificial en una tierra extraña y que obliga a sus ocupantes a una toma de conciencia de su propia ajenidad. El cuartel es un elemento extraño a la sociedad civil vasca, extraño y ajeno a los propios soldados que, en consonancia con los nuevos tiempos políticos, se empiezan a alinearse de acuerdo a su diversa procedencia regional y cultural -español será el que no puede ser otra cosa-.

El terrorismo etarra se integra en la novela como un elemento secundario y se convierte en objeto de reflexión moral indirecta. No se enjuicia el terrorismo directamente, sino que se le atribuyen juicios en términos de comparación con la violencia fascista y con la violencia común.

En esta segunda parte los relatos de infancia y juventud se enlazan con las preocupaciones del protagonista por el advenimiento de su supuesta madurez:

«la mili era una ruda antropología pueblerina, un ritual de paso hacia una vida plena de varones adultos»

«la mili formaba parte de las mitologías inciertas de la vida adulta».

Si en el tiempo del servicio militar los reclutados se situaban al borde de la vida imaginando su posible futuro, su ansiada licencia coloca al protagonista en «el umbral menos deseado que temido de la vida adulta» al que se asoma aún desde el tiempo detenido del servicio militar.

The Shadow Line, (La línea de la sombra de Joseph Conrad) es una de las lecturas preferidas del bisabuelo Muñoz Molina:

«One goes on. And the time, too, goeson till one perceives ahead a shadow-line warning one that the region of early youth, too, must be left behind»

«Y sigue. Y el tiempo, también, pasa hasta que uno percibe adelante una línea de sombra que advierte que la región de la primera juventud, también hay que dejar atrás»

Y esa sombra amenazante del futuro incierto vuelve pasados los años y se materializa con el encuentro casual con el invisible Martínez, el último de los últimos de la compañía: «el abrigo que vestía le estaba tan grande como los tres cuartos militares de entonces, y seguía teniendo un pesaroso aire de lentitud e infortunio»

Ese inesperado encuentro le aboca a examinar su propia fortuna:

«Lo que era pudo no ser, o haber sido de otro modo, llevándome quién sabe a qué otras vidas o a otras ciudades: sentía en el abrigo y la seguridad de mi casa, que mi destino, como el de cualquiera, estaba hecho de cosas tan improbables o ínfimas como mi descubrimiento de aquella sombra que bajaba por la Gran Vía de espaldas a mí. Un minuto antes o después y no nos habríamos visto, y no habría vuelto a revivir con inesperada intensidad las tardes invernales de San Sebastián y el otro invierno de soledad y de lluvia que había pasado en Virginia».

El libro acaba con un profundo sentimiento de impotencia del protagonista, al recordar la trágica desaparición de Pepe Rifón, el más querido compañero de los años del servicio militar:

«Esa noche de enero en que vi a Martínez, en el extraño porvenir que Pepe Rifón no pudo conocer, el dolor de entonces revivió, y también el remordimiento de haberme enterado tan tarde, al ansia fracasada por recordar qué estaba haciendo yo en el momento justo en que moría mi amigo, qué pensó o sintió él en los segundos o fracciones de segundo que tardó en ser borrado por la muerte, entre un desastre de vidrios rotos y metales machacados. La ventaja de la ficción es que no tolera finales tan innobles».



El Rompido 11-7-2024

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LA LEY DEL SILENCIO / Budd Schulberg. 
Acantilado


En una fabulosa introducción Budd Schuiberg nos explica cómo surgieron tanto esta novela como el guion de la película homónima- dirigida por Elian Kazan y protagonizada por Marlon Brando- a partir de la información recopilada a lo largo de años de investigación en la ribera portuaria de Nueva York.

“Tal vez intento decir que si una película debe actuar, un libro tiene tiempo para pensar y hacerse preguntas. En eso estriba la diferencia esencial. Es posible que el cine sea el lenguaje de las generaciones nuevas; y por cierto que es un lenguaje rico y gratificante. Pero ojalá esta novela sirva para recordar los especiales valores de la narrativa: textura, introspección, complejidad”. Brookside 1987

El Exboxeador Terry Malloy un chico raro, un antipasma nato pero no un gorila de oficio y su hermano Charley, un abogado sin escrúpulos, forman parte del duro sindicato de estibadores de New York, conectado con la mafia y dirigido por Johnny Friendly. Él y sus matones controlan los muelles con mano de hierro; para seguir vivo hay que hacer las cosas a su manera y volverse sordo y mudo. Terry, de pocas luces lleva a cabo cualquier trabajo que le pidan.

“En la fila trasera de los edificios, al menos veinte personas se habían reunido en torno al amasijo de huesos, carne inerte y ropa arrugada que había sido Joey Doyle. Inclinaban la cabeza en el antiguo gesto de pena en este caso pena genuina porque ya antes de llegar a ser una figura respetada Joey había sido un chico querido. Un rencor grupal ardía como un rescoldo silencioso e invisible… alguien había tenido la piedad de cubrir el cadáver con hojas de periódico. Si uno miraba con cuidado, veía los oscuros titulares voceando los desfalcos, atracos y asesinatos del día; así los harapos de la violencia tapaban los restos de la violencia en el patio trasero de esta ciudad”

Joe Reagan el policía de turno en vano hacía preguntas, la ley del silencio dominaba a los vecinos. Solo la sra Collin se atrevió a decir: “es lo mismo que le hicieron a mi marido Andy hace cinco años”. Furiosa siguió: “Joey Doyle era el único que tenía agallas para defender sus derechos”

La llegada de Katie, la hermana de Doyle, figura alta, rosada y remota, impuso silencio. Vigilante y remota iba a tientas hacia la conciencia de lo que había pasado. Por primera vez en su vida tenía ante ella la realidad de la miseria humana. “¿Quién Lo hizo?” preguntó “¿Quién lo hizo?” repitió. Silencio y terror. ¿Quién quería hacerle daño a Joey?

Era una jungla, la tierra de nadie. Se acercó al padre Barry y le dijo: “Padre a Joey lo empujaron”. Siempre que me necesites me encontrarás en la Iglesia. Balbuceó el cura. ¿Hubo algún santo que se escondiera en la iglesia? Le preguntó Katie.

Cuando Katie salía de la casa escuchó con rencor un canto por la independencia de Irlanda, era un himno de las causas perdidas. Le indignaba la aceptación de la injusticia. La violencia con la que habían aprendido a vivir se respiraba en el aire del barrio. En la rivera había habido muchos accidentes como los de Joey. Demasiadas costillas aplastadas y caras deformadas-

Las palabras de Katie hicieron tambalear la conducta y creencias de Padre Barry. Era cura de una parroquia de un barrio obrero. ¿Podía hacer otra cosa que consolar a los desventurados por la pobreza e injusticia? No había algo más que una serie de fatalidades individuales? ¿No había una pauta de inseguridad, ilegalidad, de destrucción cainita? Los ojos furiosos de Katie Doyle lo miraban a la mente y le acusaban de fracaso. En su largo monólogo mientras caminaba por las calles, se preguntaba; “¿Había sido el destino de Joey caer a un patio mugriento entre la ropa de los tendederos como una lata vacía? Se negaba a ser un rociador de incienso. ¿Tendría agallas para navegar mar adentro?

La reunión de una docena de estibadores con un cura agitador era un guijarro tirado al río, pero hasta un guijarro puede originar un círculo de ondas cada vez más ancho. Se trataba de urgir a los muchachos a colaborar con la Comisión contra el Delito como única manera de reventar el sindicato corrupto y despejar el camino para una organización nueva. “Los pecados de los muelles contra la humanidad eran reacciones en cadena, infamia al por mayor a escala de la comunidad, de todo el puerto e incluso de la nación” pensaba el padre Barry mientras administraba la confesión. Runty, el bajito irlandés sarcástico que vivía un tiempo añadido, se cansó de trabajar como oso solitario, fue el alentador de esta Comisión. Y en la próxima estaba dispuesto a enarbolar un manuscrito de 34 páginas sobre la actuación del “Triunvirato malsano”; navieras, funcionarios municipales y mafia sindical.

Unos días después aprovechando su intensa borrachera en la bodega de un barco, los matones lo echaron en una carretilla y Runty se hundió en las negras profundidades de rio. Había cumplido su tiempo añadido.

“Ahora Runty Nolan está muerto. Hay quienes piensan que la única Crucifixión fue en el Calvario. Crucifixión fue la de Joey Doyle. Y Crucifixión es aplicarle a Nolan Runty la cura del río porque se disponía el lunes próximo vomitar ante la Comisión ante el delito…”

Terry vio salir a la terraza a Katie. Desde la improvisada despedida a Runty del día anterior la había evitado. Las cosas se habían puesto difíciles. “No la veas más” había ordenado Johnny el gran jefe mafioso. En toda su vida había sentido ternura por nadie hasta que la conoció. Vivía en el País de los sueños, era el bien, la verdad. La vida se le había cambiado. “Le debes la verdad a Katie” había insistido el padre Barry. Bastaba verla para quererla, para confiar en ella, para cuidarla. Por otro lado, Katie pensaba que tal vez conociendo mejor a Terry podría penetrar en las horrorosas tinieblas de la ribera.

Y le contó su intervención en la muerte de Joey. Aunque nunca pensó que fueran a matarlo. El amor le despertó su conciencia adormilada. Y nunca se sintió mas fuerte y más solo que cuando decidió derrocar la tiranía.

Y así como en el terrado los alcones iban devorando a sus palomas, así las piezas del puzzle se iban ajustando según una trágica deriva. La desobediencia a la ley del silencio Terry la pagó con su vida y la alta jerarquía eclesiástica por poco transfiere al padre Barry a una parroquia lejana para quedar oculto en la iglesia. A paso lento se alejó del viejo North River aún socio mudo del gran mafioso Johnny Friendly.


Club de lectura de El Rompido. 27 de junio 2024



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EL ASTILLERO / Juan Carlos Onetti
Seix Barral


“Las narraciones de Onetti parecen ajustarse a lo que Antonio Machado pedía a los poemas: “confusa la historia y clara la pena”.

Del prólogo del “Astillero”. Antonio Muñoz Molina.

La novela está narrada en una prosa barroca y difícil: Larsen vuelve a una ciudad de la que le expulsaron cinco años antes, al astillero desértico, al espacio fantasmal de desolación, de depredación, deterioro y hastío, alegoría de la condición humana y su regreso es como el descenso de Odiseo a las sombras del Hades, de realidad ficticia, sospechosa que toma sus datos de la vida real y los transforma en imágenes de almas inanes sumergidas en un recuerdo confuso. Hay un continuo paso de la realidad real a la mítica. Y así como Odiseo va en busca del adivino Tiresias para informarse de la dirección de regreso a Ítaca, Larsen va en busca del doctor Diaz Grey para informarse sobre el futuro de la empresa: “¿usted cree que Petrus la sacará a flote?”. “Petrus es un farsante al ofrecerle la Gerencia General y usted otro cuando la acepta, todos sabemos que nuestra manera de vivir es una farsa… Todo lo que nos sorprende es justamente aquello que confirma el sentido de la vida…Y la prueba de la impotencia de los hombres para aceptar su sentido está en que la más increíble de todas las posibilidades, la de nuestra propia muerte, es para ella cosa tan de rutina; un suceso, en todo momento ya cumplido…”

En su intento de dar sentido a su vida inicia su trabajo en un astillero que se resiste a ser declarado en quiebra. Corteja a la hija de su fundador, una mujer solitaria y demente. “La vejez o el exceso de confianza le hicieron creer que la experiencia puede llegar a ser, por extensión y riqueza, infalible…”Pero en sus momentos de más lucidez sabía que Petrus el presidente de la Sociedad Anónima, sus dos extraños ayudantes; Gálvez y Kunz que se burlaban de él y conspiraban para su fracaso, y él mismo como gerente eran los principales actores de un drama. “Están locos como yo” Y “Pudo verse, por segundos, en un lugar único del tiempo; a una edad, en un sitio, con un pasado, era como si acabara de morir, como si el resto no pudiera ser más que memoria, experiencia, astucia, pálida curiosidad…” “estamos escorados y a la deriva pero todavía no es naufragio” El astillero recuerda el “Castillo” de Kafka al que inútilmente quiere llegar un agrimensor dividido entre la obstinación y desfallecimiento acompañado por dos extraños ayudantes.

Una mañana no había acudido al trabajo Gálvez, el gerente administrativo. Y por una funesta sospecha de traición: la presentación en el juzgado de un documento falso se presentó en su casa. “Estamos en la víspera: estoy autorizado para decírselo. Unos días más y nos pondremos nuevamente en marcha. No sólo tendremos el permiso legal sino también el dinero necesario…”Larsen sintió el espanto de la lucidez que le hacía papable la inutilidad de la vida, la incertidumbre y la relatividad. “Fuera de la farsa que había aceptado literalmente como un empleo, no había más que el invierno, la vejez, el no tener dónde ir, la misma posibilidad de la muerte…”

“Esta es la desgracia pensó, no la mala suerte que llega, insiste, infiel y se va. Esta vez está, no sé desde cuándo; anduve dando vueltas para no enterarme, la ayudé a engordar con el sueño de la Gerencia General, de los treinta millones, lo único que queda por hacer es precisamente eso, hacer un cosa detrás de otra sin interés, sin sentido como si otro le pagara a uno por hacerlas … sin que importen que salgan bien o mal sin que no importen qué quieren decir. Siempre fue así; es mejor que tocar madera o hacerse bendecir; cuando la desgracia se entera de que es inútil empieza a secarse, se desprende y cae”.

En su huida en una lancha por el río, pudo imaginar en detalle la destrucción del edificio del astillero, escuchar el siseo de la ruina y del abatimiento. La herrumbre siniestra del desengaño y fracaso.

Se dice que murió de pulmonía en el Rosario.

Onetti nació el 1 de julio de 1909 y murió el 30 de mayo de 1994. Fue uno de los pocos existencialistas en la literatura de América latina.

Club de lectura de El Rompido.-16 de junio de 2024


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EL BOLÍGRAFO DE GEL VERDE / Eloy Moreno
Espasa

Es un libro de lectura fácil narrado en primera persona. Todos los personajes salvo el protagonista tienen nombre porque lo realmente importante es la historia, no el sujeto de la historia. Cualquier lector que viva en una mediana o gran ciudad puede identificarse con ese patrón de vida. Este libro es muy real: sus situaciones, sus personajes, sus reacciones y sentimientos, los pensamientos del protagonista. No son vidas lejanas y extrañas sino cercanas y tangibles.

El drama de esta novela surge a causa de la falta de tiempo y espacio. “Nos ha faltado siempre tiempo. Nos ha faltado tiempo porque hemos tenido que trabajar demasiado. Hemos tenido que trabajar tanto porque hoy en día para todo se necesita dinero. Dinero para mantener a un niño al que apenas veíamos; dinero para contratar a una persona que nos limpiara la casa en la que apenas estábamos; dinero para vivir una vida que no hemos disfrutado. Todo tan circular, todo tan ridículo”. La vida diaria del protagonista se reduce a una superficie 445 metros cuadrados. ¿ Puede alguien vivir en 445 metros cuadrados durante el resto de su vida (la suma de metros cuadrados de la superficie de casa, ascensor, garaje, sala de empresa, restaurante, cafetería, casa de los padres de Rebe, casa de mis padres. “Personas que se desplazan por una celda, que se levantan cada día sabiendo que todo va a ser igual que ayer, igual que mañana; personas que a pesar de estar vivas se sienten muertas”.

“He vivido en una multinacional de la informática. Nueve horas y media de trabajo, una hora para comer, una hora y media para volver a casa. Una rutina más dentro de nuestras vidas o una vida más dentro de la rutina. Llegaron días en que me vi incapaz de distinguir la frontera entre casa y hogar, entre vida y existencia, entre amor y amistad y esto para mí fue lo más doloroso. Mañana fue igual que ayer, ayer igual que mañana…”

La falta de espacio, de tiempo, la monotonía del trabajo y la rutina son factores que van carcomiendo el amor, la vitalidad, la imaginación de la pareja. Y la prosa a veces deviene cansinamente reiterativa, gris, obsesiva.

Al final un forzado beso de Rebe bastaba para justificar dos vidas bajo un mismo techo. Poco a poco “la esperanza se iba quedando en la puerta” “Hemos ido perdiendo todo lo que nos atrajo”.

El mundo de Rebe se reduce, también a un puñado de metros cuadrados: es la encargada de una tienda de ropa franquiciada. ¿Qué clase de sociedad permite que un padre vea a su hijo veinticinco minutos por la mañana y otros tantos por la noche?

“¿Te gustaría cambiar de vida?” le preguntó a Rebe su mujer un día aciago. “No te entiendo…”

Se siente exiliado del mundo y de sí mismo. Y emprende el viaje al Pirineo, el paisaje feliz de su infancia y adolescencia. “No había conseguido cambiar de vida, en realidad había huido de ella”. Su catarsis consistía en recorrer los senderos ya vividos, hasta redescubrir el lago de su infancia. Seguía igual de arrebatador, impasible, encarcelado en todas aquellas montañas, como él encerrado en todos los recuerdos. “Aprendí tantas cosas en este regreso: aprendí que la mente es capaz de crear historias solo creíbles para uno mismo; que los celos son capaces de empañar cualquier verdad; que en los malos momentos raramente se acude a la razón, al diálogo mutuo, a la franqueza…” y en este regreso se reencontró con Tony su amigo íntima de la infancia, con Rebe y consigo mismo.

Pero no es una novela pesimista, hay una sensación de esperanza, se pueden cambiar las cosas, dar un giro a nuestras vidas. “Cuando las cosas no van como esperamos nos empecinamos en cambiar los personajes cuando lo único que hay que hacer es cambiar la historia” Y el tiempo es ya un reloj sin manillas: tiempo para hablar, para perderlo porque se tiene, para disfrutar de la soledad, para estar en compañía. Y el espacio es todo lo que abarca la mirada. Una nueva vida es un nuevo escenario: un pequeño pueblo pirenaico. Un nuevo negocio: una pequeña cafetería cerca del único colegio del pueblo…

“Esta es la historia de un hombre que fue capaz de hacer realidad lo que cada noche imaginaba bajo las sábanas: empezarlo todo de nuevo”.

Club de lectura de El Rompido 8 de junio de 2024


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LAS CENIZAS DE ÁNGELA /Frank Mc Court 
Ed. Embolsillo      


Es una novela autobiográfica del autor. ”Cuando recuerdo mi infancia me pregunto cómo pude sobrevivir, fue una infancia desgraciada. La infancia desgraciada irlandesa es peor que la infancia desgraciada corriente, y la infancia desgraciada irlandesa católica es peor todavía”. Después de la frustrada experiencia de Nueva York donde el padre de Frank por culpa de su desmedida afición a la bebida no consiguió permanecer en ningún trabajo, el matrimonio se ve obligado a regresar a Limerick, Irlanda. Escribe sus recuerdos a través del niño que fue y que va creciendo a lo largo de los hechos, y la ingenuidad envuelve la narración. El niño lucha sin rencores por crecer entre la miseria, la desigualdad y el fanatismo tanto patriótico como religioso. El padre, antiguo militante del IRA, se bebe el escuálido jornal o las ayudas de la beneficencia. Y siempre que regresa borracho hace a sus hijos cantar a Kevin Barry que “entregó su vida joven por la causa de la libertad”.

Ante este ambiente desesperado los ojos del niño-adolescente observan una realidad diferente con un talante especial. No falta el sentido del humor y lo trágico se convierte a veces en cómico entre lágrimas y risas. Se engendran hijos que mueren a corta edad.

“Dios mío gime Ángela en la desesperanza, ¿eso es lo que quieres? Quieres a mi hijo Eugene. Te llevaste a su hermano Oliver. Te llevaste a su hermana Margaret. Podrías tener misericordia por fin…”

Le gustaría a Ángela preparar una buena comida de Navidad. Su marido está sin empleo. Los capataces cuando le oyen el acento de Irlanda del norte prefieren contratar a un obrero de Limerick. “Mi madre va a la “Conferencia de San Vicente de Paul” y le dan un vale para recoger una cabeza de cerdo que hierve con agua y a todos nos contenta…”

Las clases de religión estaban cargadas de emoción. El maestro, el viejo señor Benson, obligaba a estudiar a sus alumnos el catecismo por derecho, de revés y de lado. Decía que el irlandés está bien para los patriotas, el inglés para los traidores y el latín era el que franqueaba la entrada al mismísimo cielo. Y que la primera comunión era el momento más excelso de la vida. Y que los mártires irlandeses han presentado siempre el cuello al hacha protestante.

Los miembros de las familias que viven en los callejones de Limerick no se hablan; unos porque sus padres militaron en bandos opuestos en la Guerra Civil de 1922. Hay familias avergonzadas porque sus antepasados abjuraron de la religión por un cuenco de sopa de los protestantes en la época del hambre y aquellas familias recibieron el execrable nombre de “sopistas”. En una ocasión mi abuela me dijo: "lárgate a tu casa y di a tu padre que mueva el culo norteño y se busque un trabajo como hacen los hombres honrados de Limerick…”

Y mi madre le recita a su amiga Bridey: “Era del norte por eso hablaba poco / pero tenía voz dulce y corazón recto…” Y luego añadía riéndose (no sé por qué) “…Y que no hay hogar más alegre en Limerick  que el mío con mi hombre del norte…”

Le confiesa a su amiga mientras da caladas al pitillo que su marido es un puñetero imbécil total, que invita a pintas a otros mientras que sus hijos están en casa con la tripa pegada al espinazo. Piensa que Dios no está en ningún callejón de Limerick. “Angela puedes ir al infierno por decir algo así” le regaña Bridey . Y le responde: “¿acaso no estoy ya en él?” Y se ríen y se beben su té y se fuman sus Woodbines y se dicen que el pitillo es el único consuelo que tienen. Y lo es.

“El maestro dice que morir por la fe es una cosa gloriosa, papá dice que morir por Irlanda es una cosa gloriosa, yo me pregunto si hay en el mundo alguien que quiera que vivamos…”  Y los domingos las chicas guapas protestantes van a la iglesia ¡Qué pena! No saben que están condenadas al infierno.

Podemos morir de hambre pero también de la peste del retrete que tenemos ante la puerta. Pero de noche alrededor del fuego de carbón nuestro padre nos cuenta cuentos o nos habla de la enemistad secular con los ingleses o de Hitler, Mussolini y Franco tras leer la prensa de la mañana. Últimamente los alemanes avanzan, y hay fuerte demanda de mano de obra irlandesa para las fábricas inglesas. Se produce una desbandada de trabajadores a Inglaterra. Gracias a Hitler se eleva algo el nivel de vida. También se va el señor Mc Court para enviar cheques a la familia, cheques que nunca se reciben. “Yo pienso que mi padre es como la santísima Trinidad que tiene tres personas diferentes: la de la mañana con el periódico, el de la noche con los cuentos y oraciones y el que hace la cosa mala y llegue a casa oliendo a whiskey y quiere que muramos por Irlanda”

Lo giros no llegan. “Mamá revuelve las cenizas muertas del fuego, y aspira el último resto de la colilla de Woodbine. Cuentan que enloquecido por el alcohol insulta a la familia real y duerme en el parque. Y la beneficencia es peor que cobrar el paro, es peor que ir a la conferencia de San Vicente. Pero nada peor que la mendicidad: “Frankie hijo de mendiga, legañoso, bailarín, llorica y japonés” como le llaman en el callejón, roba hogazas de pan y gaseosas que le pide su madre en la fiebre delirante.

Internan a la madre en el dispensario y se van a casa de la abuela. Frankie disfruta con su tío Pat y está decidido cuando sea mayor en escaparse de casa, casarse con una zorra inglesa y llenar su casa de fotos de la Familia Real. Pues le importa menos que el pedo de un violinista.

Revolviendo el baúl encuentra el “Certificado de matrimonio” del 28 de Marzo de 1930, pero Frankie nació en Agosto. Su amigo Billy, experto en el cuerpo de las chicas le dijo que tenía que pasar nueve meses hasta su nacimiento. “Es que eres un bastardo”. ”Lo que tienes entre las piernas es la excitación, la polla, tu padre y tu madre tuvieron la excitación sin estar casados, por eso tú no estás en gracia de Dios”.

Así transcurría la ingrata vida de los Mc Court; saturada por el hambre, enfermedades, prostitución forzada y trabajos precarios. A los dieciocho años Frankie ha ahorrado para un pasaje a Nueva York.

El transatlántico había arribado. “Yo me quedo en cubierta con el oficial de radio, contemplando el centelleo de las luces de América. ¡Dios mío! me dice, ha sido una noche encantadora, Frank ¿Verdad que éste es un gran País?”

“-Lo es”. Contestó Frank.

“-Lo es”, habían afirmado años atrás, su madre Ángela y su amiga Bridey. Se referían al té y a los pitillos como el único consuelo que tenían en la infernal vida en la que vivían.


Frank Mc Court (1930-2009) Hijo de inmigrantes nació en Nueva York pero pronto volvió con su familia a su país natal. “Las cenizas de Ángela“ le valió el premio Pulitzer en 1997.

Club de lectura de El Rompido 25 de mayo de 2024


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EL LEVIATÁN / Joseph Roth

Es un cuento escrito en los últimos años de su vida y es el canto de cisne de uno de los grandes narradores centroeuropeos. El autor se identifica con Nissen el protagonista. El alcohol lo lleva a la melancolía y tristeza. Añoraba conocer el mar de donde provenían sus mercancías los corales y donde reposaba como guardián el Leviatán.

“Hay muchas clases de corales: pulidos, sin pulir, de bordes rectos, redondeados, blanquirrojos, del color del borde de los pétalos de las rosas de té, rosado amarillentos, rojos ladrillo, rojos remolacha, de color cinabrio, los que semejan gotas de sangre. Son las plantas más nobles del submundo oceánico; rosas para las caprichosas diosas de los mares…”

Nissen Piczenik el comerciante de corales era un judío pelirrojo, su perilla de color cobre recordaba una especie de alga rojiza, parecía un dios marino. Sus corales desprendían magia: relucían cuando colgaban del cuello de una hermosa y sana campesina como si se alimentasen de la sangre de las mujeres. Sus corales llegaban de Odesa, Hamburgo, Trieste. Olían a mar y él sentía profunda nostalgia del mar. Eran animales marinos. Dios había confiado a Leviatán la administración de los animales y plantas del océano hasta la llegada del Mesías. En Progrody su ciudad no había agua sólo pantanos. De ahí su profunda nostalgia de mar.

Y un buen día llegó a Progrody el marinero Komrover. “Dime qué aspecto tiene el mar?” le preguntó. “Está lleno de agua”. Bebieron hidromiel y aguardiente y al salir de la taberna le pareció que la calle era un río; las olas subían y bajaban.

Conocía bien a sus clientes compraban collares de corales para sus esposas, y collarcitos diminutos para los niños contra el mal de ojo de vecinos envidiosos. Pero aquel fin de verano Nissen estaba distraído. La calma le abandonó y sintió más aversión hacia su esposa estéril. Y le anunció el viaje a Odesa. El puerto estaba radiante de agua azul. Nissen se sentía oceánico. Se olvida hasta de los mandamientos de su religión; se quita el casquete negro. Deja de ir a la Sinagoga y se queda tres meses en Odesa.

Sin embargo, cuando un comerciante de corales falsos se instala en la ciudad vecina, Nissen cae en la tentación de comprar algunos y mezclarlos con los suyos. Mezclaba lo auténtico con lo falso. Un día vendió a un rico cultivador de lúpulo un collar para su nieta. Su nietecita murió una semana después, por haberse colgado del cuello los falsos collares, una horrible muerte por asfixia, de difteria. Y se extendió el rumor que “los corales de Nissen Piczenik traían mala suerte”. Los campesinos, que en el verano lo besaban, ahora lo desconocían.

Una helada lisa cubría las calles, cayó la esposa de Nissen y murió de una conmoción cerebral. Estaba solo con sus corales y le dolía haberlos traicionado con sus falsos hermanos. Se fundieron los carámbanos y no llegaban clientes. Los habitantes de Progrody le consideraban estrafalario y al pasar decían; “ahí va Nissen, fue un gran comerciante de corales…” El Leviatán esperaba.

En el dudoso bar sentía la misma lujuria que cuando jugaba con sus corales.”Y con sus dedos fuertes y cubiertos de vello rojo, palpaba con menos habilidad e incluso con ridícula torpeza, los pezones de las muchachas tan rojos como algunos corales…”Y le invadía la nostalgia, su patria era el océano.

Y se dirigió a la agencia de Benjamin Broczyner, representante de una compañera naviera de Hamburgo. “Quiero ir a Canadá”. Antes de salir de viaje quemó los falsos corales de celuloide.

El barco se hundió. Nissen Piczenit antes de que estuvieran llenos los botes salvavidas, se tiró al agua por la borda para reunirse con sus corales auténticos, su única patria era el océano y Leviatán esperaba.

Es un relato que posee la sencillez de los cuentos orales y la ejemplaridad de la parábola.



Joseph Roth. Nació septiembre 1894 en Ucrania, murió en Paris mayo 1939. Novelista y periodista austro húngaro de origen judío. Escribió con técnica narrativas tradicionales varias novelas de calidad como “Fuga sin fin” “La leyenda del santo bebedor”. Su obra más conocida es “La marcha Radetzky” que describe el ocaso del imperio austrohúngaro. Formó parte de la literatura del exilio provocado por el nazismo.

Club de lectura del Rompido mayo 2024

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LA MÚSICA DEL AZAR / Paul Auster
Anagrama


La música del azar es una epopeya en una prosa fluida no carente del sentido del humor. Es el azar el protagonista de esta obra y los personajes sus marionetas. También el azar se expresa en la sintaxis de las primeras oraciones de condicionales de pasado. “Todo se reducía a una cuestión de secuencia, de orden de los sucesos. Si el abogado no hubiese tardado seis meses en encontrarle, él no habría estado en la carretera el día que conoció a Jack Pozzi, y por lo tanto ninguna de las cosas que siguieron a ese encuentro habría ocurrido nunca”. ¿Qué hubiera pasado si…? Esta pregunta delata los quebradizos límites de la identidad e incertidumbre. La suma abundante de la herencia de su padre fue el inicio de su ruina. ¿Para qué huir?

La primera parte de la novela discurre según el género frecuente en la literatura norteamericana “la aventura en la carretera”. Viajeros obligados o voluntarios, gente con problemas que huyen de algo concreto o del desamparo íntimo o intentan en su desorientación interna la búsqueda de sí mismos. Personajes fracasados, frustrados, solitarios pero que inspiran al lector piedad. Nashe es el hombre moderno, desbrujulado, da un corte abrupto a su vida y en zigzag recorre EEUU de este a oeste y de oeste a este. “¿Emprende acaso como Odiseo azotado por los vientos en el mediterráneo la búsqueda de sí mismo?” “Después de la segunda noche (de conducir) comprendió Nashe que ya no era dueño de sí, que había caído en las garras de una fuerza desconcertante y arrolladora”. “El coche se convirtió en un santuario de invulnerabilidad…tal vez la música tenía algo que ver con eso, las interminables cintas de Bach, Mozart, Verdi…”Cada tarde se despertaba con el mismo deseo, la misma irresistible urgencia de volver a meterse en el coche…”

El encuentro con Pozzi es el resultado del azar que cristalizará en una paternofilial amistad. Nashe es el protector, Pozzi el protegido, un gran jugador de poker. Una sola sesión podría hacerles ricos. Pero no sucede así. En la última pierde hasta el Saab 900 rojo, el instrumento de su libertad. Ellos representan el bien frente al mal encarnado en la pareja Flower y Stone. Relaciones de dominación y de poder. Todos ellos están envueltos en una radical soledad.

Y al punto esta narración de carretera se convierte en una novela del absurdo a caballo entre el drama existencialista de Becket; “Esperando a Godot” o de Kafka “ El Castillo”. Obligados a pagar una deuda de juego, son condenados a construir un muro con enormes piedras traídas de un castillo irlandés, como Sísifo condenado por los dioses a subir una y otra vez una roca a la cima de la montaña, que inexorablemente caía. En la construcción de ese muro Nashe como Sísifo encontró un sentido al absurdo de su empresa. Una oportunidad de redimirse, un modo de expiar su imprudencia y autocompasión”. “En lugar de reconstruir el castillo vamos a convertirlo en una obra de arte, en mi opinión no hay nada más bello y misterioso que un muro. Ya lo estoy viendo: levantándose como una enorme barrera contra el tiempo”. Les había ordenado Flower al inicio de la jornada. Y Luego ambos, sus amos y verdugos desaparecen del escenario, como el dueño del “Castillo” de Kafka. Son los dioses invisibles y vengativos. Y a Nashe le viene a la memoria la maqueta realizada por Stone “La ciudad del mundo”, un mundo totalitario integrado por el Palacio de la Justicia, la Biblioteca, el Banco y la prisión. Los presos trabajan con alegría pero en una esquina del patio un preso con los ojos vendados estaba a punto de ser ejecutado por un pelotón de fusilamiento. ¿Qué crimen había cometido para tal castigo? Ellos trabajaban rodeados por una cerca coronada de espinos en un ambiente envuelto en desconfianza y sospecha bajo la atenta vigilancia de Murks. Una amenaza de castigo parecía flotar en el aire, se esperaba la llegada de un Dios asesino y vengador. Había que levantar un muro de 700 metros de largo por 2 50 de ancho. Flower y Stone no eran dos individuos estrafalarios sino malvados. Había en Stone “una especie de retorcida lógica de vudú”. Flower, un lunático. Había que observarlos.

Pozzi, supersticioso se desesperaba “una vez que tu suerte empieza a rodar no hay nada que pueda pararla, pero estoy de acuerdo contigo en cada paso del camino, en cada jodido paso del camino hasta el final". Y así quedó sellada para siempre su fe y su amistad en el amigo. El trabajo tendría que alargarse, era necesario finalizar con algún dinero ahorrado. Y Murks redactó un aditamento del contrato. Y luego otro; se les adeudó los gastos de la fiesta para celebrar el inminente término del trabajo y saldo de la deuda. La historia se asemejaba al trabajo de la túnica de Penélope tejiendo y destejiendo. Pozzi trataba de convencer en vano a Nashe para la escapada. “Me prometí a mi mismo que llegaría hasta el final” le respondía. Al día siguiente, delante del remolque estaba Pozzi el fugitivo envuelto en ropa ensangrentada. ¿Muerto? ¿Vivo muriente? Murks se lo llevó según dijo al hospital. El hoyo que habían excavado para la escapada se había rellenado de tierra. Nashe seguiría trabajando y ya libre denunciaría a Murks a la policía. Y embargado por la pena y la soledad escuchaba el Requiem de Mozart y de Verdi.

Y cierto día Murks agitando el sombrero le anunció: “lo conseguiste ya eres un hombre libre” Nashe ya no sentía por Murks el odio de antaño porque le parecía tan insustancial como una sombra. Fueron a celebrarlo con su yerno Floidy, vulgar y banal en el Saab rojo anterior propiedad de Nashe.

“Déjame que lo conduzca yo de vuelta a casa” pidió Nashe. Y “en el momento en que el coche cogía los ciento treinta, Murks se inclinó hacia adelante y apagó la radio”. La música del azar el cuarteto de Mozart o de Haydn cesó. Nashe aceleró aún más. Sin música el automóvil dejó de ser un santuario de invulnerabilidad, el conductor y sus ocupantes hallaron su destino.

Novela en anillo, termina donde había empezado.

Club de lectura de El Rompido. 26 Abril 2024



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LA LUCHA POR LA VIDA. I LA BUSCA / Pío Baroja. 
Editorial Caro Raggio. Ilustrada por R. Baroja

En una galería de retratos propios de la pintura negra, expresionista de Goya, en una prosa realista de variedad idiomática: términos gitanos “los churumbeles” y la jerga de la canalla:”pintar un chirlo”, Manuel, el antihéroe, emprende el descenso a los infiernos, a los suburbios de Madrid. Sus personajes se mueven en un mundo sórdido, marginados por la miseria. Se pasa del realismo al surrealismo con facilidad. Abundan retratos picasianos: “tenía un perfil con dos ojos de frente”. La descripción de la corrala,”gente de mal vivir” es un mosaico de la diversidad de las familias que en ella viven. La trilogía a la que pertenece esta novela se tituló “la lucha por la vida” o por la sobrevivencia. En este amplio panorama no faltan pinceladas cargadas de ironía y humor negro que traslucen nítidamente el escepticismo político y social del autor como el capítulo dedicado a “la regeneración del calzado”: “Al historiógrafo del porvenir…no le asombrará que esa idea, que empezó por querer reformar y regenerar la Constitución y la raza española, concluyera en la muestra de una tienda de un rincón de los barrios bajos, en donde lo único que se hacía era reformar y regenerar el calzado”. O que esta regeneración social no tenía posibilidad de triunfo ante el León amarillo que trata de descoser la bota. Estas pinturas negras de los personajes alternan y confluyen con descripciones del paisaje urbano y del campestre torvo y frío de los alrededores de Madrid en una estrecha empatía con sus habitantes. La trayectoria de la vida de Manuel, un pícaro bueno de la más auténtica cepa picaresca, iniciada en el Lazarillo de Tormes, desde su despedida del pueblo y su estancia en Madrid marca una degradación de trabajos cada vez más míseros hasta llegar a la frontera de la delincuencia. De ésta le libera el trapero el señor Custodio su maestro de la esperanza. También él creía en la regeneración de los materiales usados o reciclaje de los residuos. Tenía acerca del honor y la virtud las ideas de un señor noble de la Edad Media. “Le atraía a Manuel aquella negra hondonada donde vivían con sus escombreras, sus casuchas, su cómico y destartalado Tío Vivo…Aquella vida tosca y humilde sustentada con los detritus del vivir refinado y vicioso; aquella existencia casi salvaje en el suburbio de una capital. Le parecía a Manuel que todo lo arrojado allí de la urbe con desprecio, escombros, barreños rotos…todo lo desechado y menospreciado por la ciudad, se dignificaba y purificaba al contacto con la tierra”. Del oscuro túnel de su vida y de las enseñanzas de su maestro surge una luz lejana de esperanza y fe en la posible mejora de la naturaleza humana.

En una noche interminable Manuel observaba el desfile de los noctámbulos. “Todo el Madrid parásito, holgazán alegre, abandonaba las tabernas, los garitos, las casas de juego…El Madrid trabajador y honrado se preparaba para su ruda faena diaria…”

“Aquella transición del bullicio febril de la noche a la actividad serena y tranquila de la mañana hizo pensar a Manuel largamente. Comprendía que eran las de los noctámbulos y las de los trabajadores vidas paralelas que no llegaban ni un momento a encontrarse. Para los unos, el placer el vicio, y la noche; para los otros, el trabajo, la fatiga, el sol. Y pensaba también que él debía de ser de éstos, de los que trabajan al sol, no de los que buscan placer en la sombra”.


Pío Baroja desde finales del siglo XIX estaba familiarizado con la vida de la gente pobre de Madrid a través de una panadería heredada de su tía instalada en la calle Misericordia. Por otra parte su interés general por “Los bajos fondos” arrancaba de grandes novelistas como Dickens.

Club de lectura de El Rompido. Abril de 2024

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ANATOMÍA DE UN INSTANTE / Javier Cercas
Literatura de Mondadori


“Hay razones para entender el golpe del 23 de febrero como una neurosis colectiva o de una paranoia colectiva : el golpe del 23 febrero existió”. Afirma el autor en un estado dubitativo y autoconsciente.

Nace en una prosa plástica en la imagen y expresiva en el concepto el libro de un instante congelado en el tiempo: ése en que tras los gritos de Tejero y los disparos del Hemiciclo Adolfo Suárez aparentemente impasible vuelve a sentarse en su escaño mientras que los demás diputados se protegen bajo los suyos. Fueron seis los protagonistas: Adolfo Suárez, Santiago Carrillo y el general Gutiérrez Mellado por una parte y por otra; Tejero, Armada y Milans Boch. “Esa es la imagen; ese es el gesto; un gesto diáfano que contiene muchos gestos”

¿Cómo llegaron a la situación a la que llegaron el 23 de febrero de 1981?

¿Es una investigación periodística, una reflexión histórica? Es una interpretación en la que la realidad se funde con la ficción en un instante en que los personajes viven situaciones límites, es un psicodrama.

Los golpistas muestran sus peores instintos. Los diputados se dejan llevar por el miedo y se esconden en sus escaños. Adolfo Suárez, Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo anteponen su dignidad personal e institucional al instinto de conservación en una reacción espontánea.

Pero ninguno de los tres eran heroicos. Suárez era un arribista, simpático elegante e inculto. Su pasión y meta era el poder y escala hasta convertirse en el líder del “Movimiento”. Es leal al débil poder del Rey con el objetivo de conseguir la designación a dedo de jefe de gobierno y alcanzar tras la primera elección el timón de la transición para finalmente renunciar en favor de otro miembro de su partido: Calvo Sotelo. Gutiérrez Mellado es el joven que traiciona a la República y apoya el levantamiento del 18 de julio de 1936 y que evoluciona lentamente hasta volverse casi un humanista democrático y aliado de Suárez. Lo que le valió el desprecio de sus compañeros de armas.

Y Santiago Carrillo de oscuro pasado en la guerra por sus crímenes de Paracuellos. Rígido en la dirección del partido hasta renunciar a su ideario para formar parte de la vida democrática española. Se gana la desconfianza de los suyos.

Hay tres serios peligros que pueden malograr la transición: la Restauración de la Generalitat con el regreso del exilio del presidente Tarradellas en 1977. La legalización del partido comunista el 9 de abril 1977. Aprobación de la constitución de 1978 que devolvía la soberanía al pueblo español. Pluralidad de partidos, garantía de libertades individuales y cimentaba las bases del futuro Estado autonómico de 1978. Todo esto en un ambiente de desencanto promovido por la crisis económica, el desempleo y el ruido de los sables en los cuarteles. La transición no convence ni a los de derechas ni a los de izquierdas. Se intuyen como placenta del golpe, extrañas maniobras militares y políticas para derribar el gobierno de Suárez de las que no era ajeno el rey Juan Carlos.

La prensa franquista desarrolla un papel importante. “Solución Armada”. El “Heraldo español” publicó un dibujo de un caballo encabritado (el de Pavía): “¿Quién montará este caballo? Se busca jinete”; “que venga ese hombre de las fuerzas Ar…ma…das” El servicio de inteligencia poseía en noviembre de 1980 información solvente sobre la trama golpista para predecir el Golpe.

“El 18 de febrero de 1981 la editorial del País es demoledora: “Adiós Suárez adiós” contenía una enmienda global de su gestión al frente del gobierno; el único mérito que parecía reconocerle consistía en haberse investido de la dignidad de un presidente democrático para frenar durante años a los restos del franquismo, “como un general De la Rovere convencido y transmutado en su papel de defensor de la democracia” (El general De la Rovere colaboracionista italiano del nazismo convertido en héroe de la resistencia)

Hay tres golpes simultáneos. El golpe del teniente coronel Antonio Tejero del cuerpo de la guardia civil nostálgico del franquismo acérrimo enemigo de los comunistas de los vascos y catalanes. El teniente general Jaime Milans del Bosch. Líder de los militares recalcitrantes. El general Armada, antiguo preceptor del Rey. Valiéndose de su cercanía con el monarca utiliza la confusión, desconcierto y descontento a fin de buscar el aval de la clase política que le permitiera encabezar un gobierno de unidad nacional.

“El golpe de estado fracasó por completo y fue su completo fracaso lo que convirtió el sistema democrático bajo la forma de la monarquía parlamentaria en el único sistema de gobierno verosímil en España. El 23 de febrero no solo puso fin a la transición y a la posguerra franquista: el 23 de febrero puso fin a la guerra”

¿Tiene razón Borges y es verdad que cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo instante, el instante en que un hombre sabe para siempre quién es? Vuelvo a mirar la imagen de Adolfo Suárez en la tarde del 23 de febrero…vuelve a parecerme una imagen hipnótica y radiante, real e irreal al mismo tiempo, minuciosamente cargada de sentido; los guardias civiles disparando sobre el hemiciclo, el general Gutiérrez Mellado de pie junto a él , la mesa del congreso despoblada, los parlamentarios tumbados en el suelo y Suárez recostado contra el cuero azul de su escaño de presidente mientras las bombas zumban a su alrededor, solo, estatuario y espectral en un desierto de escaños vacíos”

“El gesto de un hombre acabado que concibe la política como aventura y que intenta agónicamente legitimarse y que por un momento parece encarnar la democracia con plenitud”


Margarita Ramírez-Montesinos. 
Club de lectura de El Rompido. 20 marzo de 2024



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EL PUERTO DE LOS AROMAS / John Lanchester

Anagrama

“El dinero además de no mentir, es la gente la que miente sobre él, es el único tema en el mundo que hay que tomarse completamente en serio”.

Novela narrada en primera persona entre épocas distintas y distintos personajes. La protagonista es la isla de Hong Kong. Llamada por eufemismo “el Puerto de los aromas” Prosa fluida, amena, irónica y buen humor. Depara sorpresas, giros inesperados, reencuentros imprevistos. Va y vuelve de Londres a Hong Kong a lo largo del periodo que corre desde los años treinta hasta finales del siglo XX cuando la colonia británica, por sucesivas privatizaciones fue restituida al Gobierno chino. John Lanchester lo hace de la mano del personaje principal, Tom Stewart, que con veinte años parte de las orillas de rio Támesis buscando un horizonte más abierto y llega al Puerto meridional de China donde transcurrirá el resto de su vida. Enriquece la trama con los puntos de vista de Dawn Stone una periodista cínica, ambiciosa y de gran sentido del humor que se instala en Hong Kong a mediados de los 80, y de Matew Ho un joven empresario chino que asienta a su familia en Australia en previsión de que el dominio británico de Hong Kong acabe con la prosperidad del Puerto de los aromas.

Dawn Stone afirmaba que Hong Kong es un lugar de difícil adaptación. Sentía una mezcla casi continua de optimismo, pánico, choque cultural, enajenación y a veces se sentía como en su casa. Lo único que importaba era el dinero. “El dinero es un tifón”. Se llevó la sorpresa de lo poco que se usaba el idioma inglés si se tenía en cuenta que los ingleses llevaban 150 años gobernando la colonia.

La vida de los gwailos (blancos) de Hong Kong era como vivir en una burbuja en el centro inmóvil y protegido del tifón del dinero. Había cuarenta o cincuenta mil filipinas, mujeres educadas y eficientes al servicio de ellos. Y la actividad que mejor resumía la vida en la burbuja era el “junqueo”; salir en una gran embarcación para pasar el rato bebiendo, fardando, cotilleando y luciéndose con otros gwailos y unos cuantos lugareños escogidos. “Supe que estaba triunfando cuando me invitaron a ir de junqueo en el Tai Pan, el barco de un peso pesado de la ciudad llamado Philipp Oss, el único blanco cercano al propio Wo millonario dueño de la prensa y de todas las redes de comunicación. El primer par de millones siempre es dinero sucio, luego se blanquea.

El señor Wo, un hombre con mucha influencia le propuso a Dawn un trabajo de una categoría, interés y poder sin precedentes. “Y entonces mencionó el sueldo…Es todo como demasiado, me gustaba ser periodista. Una parte de mí tiene dudas sobre…,bueno, sobre si pasarme al otro lado”.

El vapor Darjeeling zarpó en Septiembre de 1935 de los muelles de Tirbury con destino a Hong Kong. Quedaron vacantes dos asientos en la mesa de los comensales de clase turística. Serían ocupados en Marsella por María una joven china y por Benedictina de más edad francesa: hermanas religiosas de una comunidad católica. María en la larga singladura enseñó a Tom Stwart los elementos necesarios para el aprendizaje del cantonés. Fue en el Empire Hotel bajo la dirección de Masterson donde comenzó Tom su primer trabajo como encargado del bar. El edificio anteriormente había sido un burdel chino que cerraron los europeos en 1932. También entró a trabajar en un importante banco. Hong Kong de colonia exótica pasó a lo largo del siglo XX a ser un emporio moderno, una ciudad de expatriados y un frenético laboratorio del capitalismo moderno

El comienzo de la segunda guerra fue un shock. Las primeras bombas coincidieron con el ataque de Pearl Harbour. Estrépitos y ruido de los motores de aviones. Pero los japoneses siempre precavidos tenían que proteger a funcionarios para la administración de la colonia. ”La idea de incluirme en una lista de personal imprescindible para la banca me pareció buena”. A las mujeres y niños se les había evacuado de la colonia en 1940. Tom en la desesperación de la guerra se fue a la misión de María en una búsqueda frustrada. “María y yo quedamos atrapados por las líneas enemigas”. Murieron alrededor de diez mil soldados. No hay una cifra aproximada de chinos muertos. El doctor Li Shu Fan reconocía haber tratado personalmente diez mil víctimas de violación. “Dar tu vida es una cosa, darla por un gesto, otra; pero darla por un gesto que no significa nada es una triste broma del destino”

Luego aparecieron las triadas de los matones y las revueltas de los comunistas de Mao. Fraude y corrupción. Había un flujo y reflujo de dinero que cada vez invertía más en la construcción. La guerra fría consiguió hacer de Hong Kong el centro de operaciones de cualquier occidental que tuviera intereses en China.

“La pena es la emoción más difícil de describir, cuando María desapareció, también desapareció una parte de mí, la pena no es un sentimiento nada original”. Pero María había dejado un hijo de los dos. El hijo murió joven represaliado por la Revolución cultural. El nieto de Tom tras una huida peligrosa con su madre llegaron a Hong Kong. Y Hubo un encuentro entre nieto y abuelo.

El nieto nacido en 1966 se convirtió en un alto ejecutivo y empresario de la China de la globalización en este proceso de integración de las diferentes sociedades del mundo. Padecía “el síndrome del astronauta” por sus continuos vuelos mundiales.

Dawn Stone publicó un artículo muy oportuno “Los astronautas”:

“Los ves por los aviones por toda Asia…esa gente que se queda hablando por el móvil hasta el último momento. Esa gente que se pasa tanto tiempo en el cielo que ahora los chinos los llaman los astronautas.

Matthew Ho, un joven ejecutivo que planea pegar un auténtico pelotazo en maquinaria industrial es uno de esos…”

Y el abuelo Tom Stewart piensa en su primer viaje a Hong Kong con veinte años, sus aventuras y experiencias, sus mañanas de verano, sus peligros y el recuerdo indeleble de María. Y en un arranque de profunda nostalgia le pregunta a su nieto; “tu hija Mein Lin ¿aún no ha dado señales de hacerse metodista?

“Larga ha sido su jornada pero ha llegado a su Ítaca sabio y experimentado” como alude Cavafis en su poema “Itaca. Y teme el futuro de su nieto. Aunque el futuro parece que es más importante que el pasado.

Club de lectura de El Rompido. Marzo de 2024


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EL ARTE DE VOLAR / Antonio Altarriba - Kim
Ediciones de Ponent

Se rinde homenaje a Antonio Altarriba que el 4 de Mayo del 2001 se arrojó al vacío desde la cuarta planta de su residencia de Lardero. Dio el salto para volar en libertad, para escapar de toda una vida y de sus remordimientos.

Una novela gráfica emocionante y sensible, un grito de rebeldía, de sueños truncados y proyectos de vida frustrados de los perdedores de la guerra civil, la evocación de las heridas que aquello provocó y que aún hoy sigue sin superarse. Es un guion desgarrador. Kim se encarga de ponerlo en imágenes realistas, expresionistas, impresionistas, surrealistas según el momento. Los padecimientos y atrocidades no impiden que la codicia, el amor y el humor ocupen un lugar importante en la historia de España.

Antonio nació en Peña Flor y a los ocho años abandonó la escuela para trabajar en el campo. Pronto se dio cuenta que “la tierra es para quien la pelea” Pronto aparecieron en el campo los muros que limitaban las lindes vecinales, barreras de ambición. “Crecí lo suficiente para encaramarme en ellas”. “A partir de ahora ya no podéis cruzar por aquí… es propiedad privada…vamos que el campo es mío y por aquí no pasa ni Dios…” Con su amigo Basilio era feliz. La imaginación les daba alas para ser libres. Basilio murió en el intento de conducir el coche del cacique.

Se fue a Zaragoza y los discursos de la CNT le sedujeron. “Compañeros desconfiad de una república burguesa. Hay que hacer la revolución, suprimir la propiedad y abolir el dinero” “¡Abajo los muros!” “Era como si de pronto se derrumbaran todas las barreras y el mundo se abriera ante mí”. “La política se apoderaba de todo y la vida se nos hacía historia…y la historia hace más difícil la vida…”

El 18 de julio estalló el movimiento nacional. Los curas predicaban: “Apiadémonos de nuestros enemigos, recemos por el alma de estas ovejas descarriladas que acaban de morir…”Increíble Matan los cuerpos y se apiadan de sus almas. Le movilizaron los rebeldes y logró escapar al frente de la CNT y se integró en el grupo de los renacidos; los cuatro mosqueteros del anarquismo. Los cuatro anillos forjados con el plomo de las balas y las alpargatas de Durruti ya muerto les servían de amuleto. Les militarizaron y Antonio se convirtió en chofer de servicio de correos adscrito a la brigada 116. Vicente muere y Antonio hereda las alpargatas. El ejército republicano en retirada. La repetición de la muerte acaba haciéndola anodina. Llegaron a la frontera francesa. A un campo de trabajo. Muchos murieron de hambre y de exceso de sufrimiento. Antonio escapó a Burdeos con su amigo periodista Martínez que le contaba historias de Kafka. Y a partir de entonces deambulaba fugitivo por donde le dirigía la inexorable rueda de la noria fatal. Le enviaron a trabajar a una granja. Con Madeleine vivió entonces en gozosa coincidencia con el mundo: “El campo y sus tareas nunca terminaron por gustarme, pero profundizando en la tierra alcancé el cielo”. El lector se emociona ante las escenas eróticas tan sensuales como bellas de las viñetas.

Sufrió la cruel agonía del tercer reich y colaboró con la resistencia francesa aunque esa no era su lucha. Al fin en Marsella encuentra al renacido compañero Pablo. El trabajo que le proporciona es mafioso. “Pero es que estamos robando a los pobres y sobornando a los poderosos. …¿Qué ha sido de la anarquía y de nuestra alianza…”

El lector contempla con admiración las pesadillas de su sueño expresadas en viñetas surrealistas.

“Releí la última carta de mi prima Elvira” mi madre había muerto. “Mi marido goza de buena posición y tiene influencia con las autoridades” “Quizá lo mejor era asumir la derrota, someterme a la ley del vencedor y volver a España”

“Nada de tonterías con la política, aquí ya se ha acabado eso de la revolución, aquí manda Franco” le advirtió el marido de su prima. ”Sí señor”. Era una sociedad despiadada y descompuesta que le obligaba a moverse en una única dirección

Y de nuevo por manejos del corrupto empresario marido de su prima, conocido como propietario de la más importante fábrica de galletas; “había pasado del mercado negro marsellés al estraperlo español sin abandonar la explotación del miserable.

Las juergas de Doroteo eran conocidas en toda Zaragoza. ¡Muerte a los rojos! ¡Que no quede ni uno! ¡Cara al soool con la camisa nueva! Yen la confusión bailaban cabareteras y damas de revista.

“En la pensión los huéspedes no eran ya los mismos del pasado. Lucio mi iniciador en el anarquismo se había convertido en el defensor del franquismo. Detrás de esos cambios había una tragedia personal…no se trataba de traición sino de suicidio ideológico. Para afrontar el presente, debían de acabar con el pasado. Morir para seguir vivos”

Antonio era víctima de sueños surrealistas desesperados entre Flechas y el aguilucho fascista dispuesto a arrancarle el hígado como el águila del dictador Zeus a Prometeo por haber entregado a los humanos el fuego de la libertad. ¡Impresionantes ¡viñetas!

En la España de Franco hasta el amor era pecado. En los bailes se puso de moda la canción: “que felices seremos los dos, que bonitos los besos serán viviendo en nuestra casita de papel” “La boda fue también entierro, como muchos españoles aprendí a vivir sobre mi propio cadáver”.

“Había llegado el momento de tener con mi hijo una alianza de carne”

“La galleta, la puta galleta, la galleta de oro …y además sabe amarga” dominaba también sus desesperadas pesadillas. El administrador de la fábrica los engañó a todos. Quebró la empresa y todos se fueron a la más profunda miseria. “Virgen del Pilar bendita nunca pensé que volvería a la sopa de ajo” gruñía Petra su mujer. “Dejamos de hablarnos, el odio como siempre en las relaciones conyugales se hizo recíproco.

“Tendrás que acatar normas porque España es ya una democracia” le dijo como saludo la directora de la Residencia. Se pasó una temporada en el psiquiátrico y le suplicaba al hijo la muerte. Volvió a la residencia.

En sus últimos sueños parece que revivió “El proceso” que le había explicado su amigo Martínez: “Que pase el reo” ¡Antonio, adelante! Le animaban sus amigos ya muertos: Basilio, Vicente, Mariano…Petra. Te puedes morir cuando quieras…Este tribunal ha acordado por unanimidad liberarte de la vida tras noventa años de condena a existencia forzada ya eres libre” Sabía lo que debía hacer, no tenía por qué retrasarlo. “Ha llegado la hora de echar a volar” Era un grito de libertad. 

Club de lectura de El Rompido. 1 de marzo 2024



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LAS GRATITUDES /  Delphine de Vigan 
Anagrama

Una novela tan bella como amarga. De prosa ágil, tierna y sencilla. Sobre la gratitud. ¿Cuántas veces se nos ha olvidado dar las gracias? ¿O las hemos dado a destiempo? Hay dos narradores y tres personajes. María piensa “hoy se ha muerto una anciana a la que yo quería. ¡La debo tanto! Sin ella no estaría aquí. He perdido algo que no se ve, se me escapa. Su voz se entrecruza con la de Jerôme “soy logopeda. Trabajo con las personas y con el silencio. Trabajo con la vergüenza, con los secretos, con los remordimientos…trabajo con el dolor de ayer y con el de hoy".

Michka sentía la necesidad de morir plácidamente, sin cuentas pendientes. Ochenta años atrás la había recogido un bondadoso matrimonio anónimo que la salvó de un campo de concentración arriesgando la propia vida. Era judía. Y una vez saldada la deuda, suspiraba por morir en libertad. Almacenaba pastillas para el insomnio y escondía una botella de Whisky.

Michka ingresa en una residencia geriátrica. Ha perdido su independencia, como también en un proceso de afasia va perdiendo las palabras, las confunde, las olvida, ¡ella que fue una gran correctora en una revista importante!

Drama que deriva en un delirio: deja el bastón sobre la cama y mira debajo del somier. Así es el primer encuentro de Jerôme el logopeda con ella. “¿Es posible que estés buscando las palabras debajo de la cama? ”Yo te ayudaré a hallarlas”.

Como logopeda trata de establecer un nexo de unión entre la anciana que tiene delante con la de la niña que fue. El cuerpo liviano, arrogante de la juventud y el cuerpo mermado, deforme del geriátrico. “Me gustan esas voces que tantean, que tiemblan y titubean…”

“Michka me mira fijamente a los ojos y me dice: ¿no se arreglará...? Todo esto. Lo que se va, lo que se esfuga a toda velocidad”. La verdad sea dicha”. “Trataremos de ralentizarlo, pero no podemos detenerlo…”

“¿Estás muy cansada Michka?” Le pregunta Marie cuando va a visitarla. “No, qué va, esto no es el dilema sino las palabras, que se me escupen…que se me escarpan…¿Lo ves?” las palabras el vinculo entre su alma y su comunicación con el otro, el fin de la mente si se pierden. Pero bien sabía que envejecer es aprender a perder. A veces en la desesperación baila, el baile sustituye a las palabras. Y la voz de la niña vuelve como en un sueño: “¿Hoy dormiré en tu casa?” y por afinidades le pide a Marie que repita el anuncio que puso en el periódico para encontrar a aquel matrimonio que le había salvado la vida cuyos apellidos ignora. Antes de morir necesita darles las gracias.

Marie le cuenta a Michka que está embarazada, tiene miedo, a veces piensa abortar. Lucas, el padre, trabaja en la ONG de “Nuevas fronteras, se irá a la India. ¡Así es la vida ¡qué le vamos a hacer! Michk…

Jerôme ¿te he contado que María esta embarazadosa? Embarazada, sí me lo dijiste la semana pasada. ¿Te preocupa? Ni tanto pero un poco sí la verdad".

Y Michka, Marie y Jerôme se convierten en vasos comunicantes en el amor en el reciproco aprendizaje en la solidaridad, soledad, paciencia, complicidad y en el miedo. Y Vamos conociendo su pasado y su presente.

Y Michka está cada vez más frágil, los trastornos del habla son cada vez más acusados. “Cuando sueño no tengo dificultad”

Michka ha tirado la toalla. Me siento a su lado en silencio. Y cuando me voy me llama por mi nombre y me dice gracias, gracias de merdaz.

“Veo como si estuviera allí, esas extensiones vacías, áridas, esos caminos devastados que surgen en mitad de sus frases cuando intenta hablar. Paisajes desolados sin su luz. Nada a lo que aferrarse. Imágenes del fin del mundo”.

Y Jerôme por fin encuentra la dirección del matrimonio que salvó a Michka en Ferte sous Jouanarre . Vive la mujer en un geriátrico y le pregunta la razón de su generosidad al acoger a Michka: “empiezas diciéndole no al mal y luego ya no tienes elección “ le responde la superviviente a Jerôme. Y Michka llega a tiempo, le manda una carta y por arte de magia, recupera por un instante la palabra y el sentido del humor. El drama deriva en comedia. Y hasta la directora malvada se torna bondadosa y sensata.

Michka ha muerto mientras dormía. "Yo quería darte las gracias, Jerôme, las gracias de merdaz por todo lo que le hiciste". Le agradece Marie en la jerga de Michka.

“¿A dónde van las palabras, que resisten, que desisten, que razonan y emponzoñan?

A dónde van las palabras que nos salvan cuando todos nos abandonan?”

Club de lectura de El Rompido. 16 de febrero 2024



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LA MAGNITUD DE LA TRAGEDIA / Quim Monzó
Anagrama

La magnitud de la tragedia es una historia escrita en clave cómica, tal como se anuncian en las citas previas de la Lisístrata de Aristófanes y la desafiante Carmina Priapea 9 de los tiempos de Augusto, y que por la acción de unos personajes simples y grotescos se va deslizando hacia el absurdo para terminar con una sutilísima moraleja.

Con cinismo e ironía el autor reduce situaciones y personajes a una simpleza aplastante y la trama, de situación extrema, en situación extrema, nos va llevando hasta el desastre final.

Ramón María un fracasado editor, trompetista circunstancial más que vocacional, viudo entrado en años y kilos y hasta un incipiente calvo. Debido a un exceso de alcohol sufre la rebelde traición del pingajo que le cuelga entre los muslos y queda reducido a una bochornosa impotencia ante la vedete exuberante que ha logrado seducir. Un espléndido ejemplar de mujer que cada noche se ofrece a su publico con tan solo unas estrellitas sobre sus pezones y una concha prendida en su monte de venus, y al mundo en general con sus magnificas nalgas dibujadas sobre cartelones que a modo de arco triunfal cuelgan sobre la entrada principal del teatro. Pero, por esas cosas enigmáticas del destino, a la mañana siguiente su humillación es recompensada por una vigorosa y permanente erección; algo envidiado y deseado por los varones de todos los tiempos y edades desde los primeros meses de la pubertad. Y se venga y aprovecha, disfrutando y abusando de la hermosa mujer hasta dejarla rendida en el lecho pidiendo una tregua.

Este es el inicio de tan prodigiosa historia, provocada por un extraño fenómeno físico que al principio es una bendición sin mas molestia que la de tener que acomodar y disimular tan ostentoso bulto, pero que en el transcurso de los días siguientes se transforma en causa de inquietud y preocupación en nuestro protagonista. A resulta de la cual, termina acudiendo a una consulta medica cochambrosa, en donde se le diagnostica una enfermedad grave y terminal. Lógicamente consternado, recaba una segunda opinión, esta vez sí, la de una clínica moderna, con los medios y la solvencia científica sobradamente constatada; y en la que se le determina una anomalía física poco usual, pero sin importación alguna, y que tan súbitamente como apareció, desaparecerá, permitiéndole volver a la total normalidad.

Ramón María, lejos de alegrarse por tan excelente noticia, se enfurece, grita, trata de incompetentes al equipo médico (quizás porque la vuelta a la normalidad, en su caso, significa el retorno a una existencia vulgar y sin sentido). Y el equipo médico, fiel al principio mercantilista de que el «cliente siempre tiene la razón», se desdice de su diagnóstico y certifica lo que el protagonista desea. Ramón María sale ufano de la clínica con su certificación de enfermo terminal y apesadumbrado por haber realizado el primer pago de aquella consulta tan cara, que sin duda se podía haber evitado, tras mostrar su enérgica disconformidad con el resultado (la imbécil catadura moral del personaje queda en evidencia).

La necesidad de encarar la dramática inevitabilidad de la cercanía de su muerte, le sirve de justificación para renegar de su marginal existencia y dejarse arrastrar por el dislate total de sus fantasías. Solo al final, y levemente, siente escrúpulos por el engaño, y los perjuicios que pueda ocasionar a su hijastra e intenta paliar las consecuencias de sus desvaríos.

En ningún momento deja de aprovecharse de su priapismo indoloro que le otorga una confianza, valor, y descaro inusitado para tratar de beneficiase a toda mujer que se cruza en su anárquico deambular. Y sorprendentemente triunfa a pesar de carecer de los atributos físicos de belleza y presencia esperable de cualquier mujeriego que se precie de tal. Es como si las contrapartes intuyeran el poderoso secreto que esconde un ser dotado de tan escuetos recursos para la seducción

Paralelamente vamos conociendo las andanzas y el odio visceral que le profesa su hijastra Ana Francisca; una inmadura adolescente de quince años que fantasea con ser medico o cantante (lo mismo da), pero sin pasar por el duro esfuerzo y sacrificio que tan altas pretensiones exigen. Una niña que despierta ternura cuando sueña con ofrecer su virginidad al adecuado hombre de su vida que la quiera. Entretanto es una avezada felatriz (termino no aceptado por nuestro diccionario, pero que debería serlo para recoger las habilidades y hasta el estado anímico y extrasensorial con que se aplica la joven).

Ana Francisca es una joven inconsciente y amoral, tan amoral como lo es su ultimo amante, un pederasta de cuarenta y cinco años que juega con la morbosa posibilidad de ser el padre de la niña y que, para más inri, infringe el deber de guía, cuidado y protección que todo profesor debe tener con respecto a cualquiera de sus alumnos. La joven no tiene otra prioridad que la de cumplir sus deseos mas inmediatos y al momento. Ello explica su indecisión, el vagar fluctuante de uno a otro de sus novios/amantes y la detallada imaginación, planificación y posterior ejecución de la muerte de su padrastro.

La soledad, el odio, el paso inapelable del tiempo, la incógnita de la muerte, las frustraciones de nuestras esperanzas, de los deseos de felicidad y hasta la búsqueda del amor, son permanentes inquietudes consustanciales al género humano y presentes en casi todas las novelas y también en esta. Pero el autor solo las expone, las muestra, flota sobre ellas sin profundizar, hurtándonos la posibilidad de padecer y solidarizarnos con los personajes. Todos los personajes de la novela son individualidades sin un proyecto vital que vaya más allá de sus frívolos intereses inmediatos. Personajes deshumanizados que, en el ejercicio caprichoso de su libertad individual, conforman su existencia a sus fantasías, hasta que la terca realidad con sus duras condiciones los alcanza y se impone.

El gato lustroso, seguro y desafiante cruza la calle sin temor a nada hasta que le sale al paso el mastín que lo acorrala, y aunque se defiende con bravura, termina siendo víctima de las fauces de la bestia. He aquí la moraleja final de toda esta grotesca historia.

Ramón María termina asesinado y Ana Francisca perderá la casa de su madre por la exorbitante hipoteca concertada por su padrastro y posiblemente también todo el dinero recibido en préstamo por la constitución de la misma, al ser invertido en un mal momento bursátil.

En definitiva, y en mi opinión: otra novela con un prometedor y engañoso título. Una historia que debe ser leída sin prejuicios para no sonrojase por las descriptivas escenas, casi pornográficas, disfrutando de la comicidad de muchas de las situaciones, de la cascada hilarante de los nombres compuestos de todos sus personajes menos uno, y después olvidar sin ningún remordimiento.

Francisco Garrido Jiménez

Club de Lectura de El Rompido. 9 de febrero de 2024


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LA QUINTA MUJER /  HENNING MANKELL
Tusquets

En 1983 los componentes de un mando integrista islámico asesinan a cuatro monjas en un convento de Argel. También mataron a una quinta mujer, una turista sueca que estaba allí alojada por casualidad. Es un prólogo, una acción que parece no tener relación con el resto de la historia.

Es una novela de suspense, de investigación, de tensión narrativa. Kurt Wallander el jefe de la policía de Escania en el sur de Suecia con su equipo, una galería de personajes peculiares y eficaces, se va a poner al frente de una sucesión de crímenes destacados por la violencia de los asesinatos. ¿Qué está ocurriendo en nuestro País? ¿De dónde procede toda esa violencia irracional? ¿Son asesinatos sádicos? ¿Habrá un solo asesino? Se pregunta Kurt en los que cada vez más sus problemas personales, la muerte del padre, sin tiempo para elaborar el luto, se entrecruzan con los profesionales.

Y para colmo le llega la noticia de que una organización recién creada “ amigos del Hacha” se impone y pretende ejercer como policías en los barrios. Más bien una para-policía de ademanes nazis. La sociedad se había endurecido. Kurt está muy preocupado. Es un hombre involucrado en los problemas sociales y políticos de su país. ¿De dónde sale tanta violencia? Apenas hay malas personas. Lo que sí hay, son malas condiciones. Y son las que desencadenan tanta violencia. Wallander recordaba las palabras de su novia Baiba natural de Riga: “el colapso sufrido por los antiguos países del Este le había abierto los ojos. En la pobre Letonia había islas de riqueza, de sencilla alegría. Había descubierto que la pobreza era también muy grande en los países ricos que ahora podía visitar. Todo un mar de insatisfacción y vacío”. Y también recordaba la respuesta que le dio a su hija Linda cuando le preguntó sobre la dificultad de vivir en Suecia. “A veces he pensado que es debido a que hemos dejado de zurcir los calcetines…cuando yo era pequeño, Suecia era un país en el que uno zurcía sus calcetines. De repente los calcetines rotos se tiraban…mientras este cambio se limitó solo a los calcetines quizá no tuviera mucha importancia al final se convirtió en una moral invisible pero siempre presente…creo que eso cambió el concepto de lo bueno y lo malo, de lo que se podía y no se podía hacer a otras personas. Todo se ha vuelto más duro. Hay cada vez más personas, jóvenes como tú que se sienten innecesarias incluso indeseadas en su propio país … está creciendo una generación que van a reaccionar con más violencia aún… ”

“Contempló una vez más el poema casi finalizado, la elegía al pico mediano. “No me arrepiento de nada pues carece de sentido arrepentirse” Y se encaminó al sendero en la estrellada moche.

Unos días después se conoció la desaparición de Holger Erikson, enriquecido con la venta de coches, ornitólogo; dejó inconclusa su elegía al pico mediano. Su cadáver colgaba sobre un foso atravesado por nueve estacas de bambú. Era un asesinato, una ostentación de atrocidad. En su caja fuerte se encontró una cabeza humana reducida, una fotografía y un diario fechado un 20 de noviembre de 1960. El diario estaba escrito por un posible mercenario de la guerra del Congo Belga. Los mercenarios cobran por matar en nombre de la libertad y contra los comunistas. ¿Quién paga? Despreciaban a los negros. Se convirtieron en sádicos y psicópatas. Holger Erikson era conservador. Partidario de reimplantar torturas. Lloraba la desaparición de un pájaro y defendía la horca para los humanos. En su testamento dejó mil coronas a una iglesia del norte de Suecia. Más tarde se descubrió el cadáver de Krista Haberman “la bella polaca” destacada ornitóloga enterrada veintisiete años antes en el mismo foso de su posible amante. La donación a la iglesia ¿era una bula de indulgencia? ¿Era un mercenario el asesino?

A los pocos días se encontró colgado de un árbol el cadáver de Gösta Runfeld, desaparecido, dueño de una floristería, amante de las orquídeas. Su viaje a Nairobi quedó truncado. Wallander tenía claro la existencia de una relación entre éste y Holger Erikson . “El lenguaje del asesino era el mismo. Aunque la elección de palabras era diferente. Un foso con estacas y un árbol. No podía ser una casualidad”. Asesinato tan ostentoso como el primero.

El hijo de Gösta declaró que su madre se había ahogado en el hundimiento de hielo de un lago seguramente preparado previamente por su padre. Su padre de siempre había sido un maltratador.

Otro cadáver se encontró dentro de un saco. Estaba vivo cuando lo tiraron. Wallander pensó en el foso de estacas, en el árbol donde había sido estrangulado Gösta Runfeld y en la última víctima encerrada en un saco. El motivo era la venganza. Eugen Bomberg 51 años estaba dedicado al campo científico sobre la alergia a la leche. La violencia cada vez más brutal.

Tras el interrogatorio a su viuda, respondió: “Yo podía haberle matado pero no lo hice”. Se incorporó, se quitó la blusa. Estaba cubierta de cicatrices.

Ahora sabía que era a una mujer a quien buscaban. “Hemos encontrado un elemento casi exhibicionista en la forma en que las víctimas han sido asesinadas, pero no hemos logrado leer el lenguaje del asesino” “Tenemos que hacer hablar al silencio y que las palabras cuenten cosas con significados ocultos…

“Vio la asesina que ya estaba Gösta Runfeldt muy débil en su interior se iba destruyendo a sí mismo“ el gusano oculto en la flor presagia la muerte de la flor…” “Entonces quería que la viera bien como las fotografías que iba a enseñarle…”Mi madre me hubiese comprendido, pensó . El mal tiene que combatirse con el mal. Donde no hay justicia hay que crearla. Y recordaba el aborto que su padre había provocado a su madre. Y la sangre. La misma vida tenía su origen en la sangre. “Hacía más de cuarenta años el tiempo cabalgando sobre ella le daba alcance”. Yvonne Ander se proclamó diosa justiciera inexorable contra el maltratador de la mujer, quienquiera que fuera. La sangre se paga con la sangre. Su última misiva antes de morir fue: “ en algún lugar de Argelia hay un hombre desconocido que ha matado a mi madre. Quién le busca?

Henning Mankell nació en Estocolmo en 1948. Uno de los escritores suecos de novela negra más leído en toda Europa.

Club de lectura de El Rompido.- 3 febrero de 2024



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AMANECER EN EL DESIERTO / Waris Dirie y Jeanne d'Haem
2002 Maeva ed.


“En Somalia los demonios son blancos. Se los llama djinn y están por todas partes…El sol es nuestro único reloj, el tiempo se rige por las cinco oraciones diarias: no hay más que un Dios, Alá y Mahoma es su profeta…”

“Deseaba volver a ver el lugar en que nací y verlo con nuevos ojos. No tenía ni idea de en qué parte de Somalia estaba mi familia. En un principio parecía una tarea tan imposible como que una niña que cuidaba camellos llegara a ser modelo…” Nací en un desierto somalí no sé cuántos hijos tuvo mi madre y muchos nacieron para ser enterrados…

Es un libro testimonial de la odisea de la propia protagonista escrito en una prosa sencilla, intimista, las descripciones del paisaje son tan plásticas que el lector termina por integrarse en él. Nos cuenta la huida de su patria cuando a los trece años su padre el león impertérrito que en un ataque de ira le arrancó a la madre un incisivo, la quiso casar con un viejo rico a cambio de unos cuantos camellos, y el reencuentro con los suyos tras veinte años de ausencia. Es el regreso a sus raíces, es el regreso al interior de sí misma, el “conócete a ti mismo” como fue el regreso de Odiseo a Ítaca.

“Amanecer en el desierto” es el testimonio de una verdad inquebrantable: se puede amar algo profundamente y sin embargo no todo lo que representa. Nunca se olvidó de la tierra y de la cultura que la formaron. El mundo de la hambruna y violencia donde las mujeres no tienen ni voz ni voto. Han de casarse. No hay otra forma de vivir en el desierto a parte de la prostitución y la mendicidad. El mismo mundo que casi la destruye también le dio armas para sobrevivir. Su nombre Waris significa la flor del desierto que sobrevive a las lluvias y sequías. Las raíces de su valor, su resistencia y su humor están en Somalia y más concretamente en su madre. “Mi madre representa los cimientos inamovibles de la familia, es el árbol cuyas raíces llegan hasta el cielo. La madre también significaba la paz, se la quería llevar a su regreso a Nueva York con su vida y su hijo. Pero la madre siempre había aceptado el lugar en que nació, en donde Alá la ha colocado en la tierra. “En cuanto a mí no pude aceptarlo, me fui y conocí la confusión”

“Olvídate de Somalia, ya no existe” le respondió en Los Ángeles un somalí cuando Waris estaba a punto de dar una conferencia contra “la mutilación genital femenina”. Se había convertido en la portavoz para este asunto en Naciones Unidas a pesar de lo doloroso que le resultaba; infringía un secreto de su pueblo que directamente le había afectado a ella. Aunque de niña le suplicaba a su madre la infibulación pues había oído decir que la haría limpia y pura. Una mujer que sería una buena esposa y madre de sus hijos y un honor para la familia. Pero el sexo era muy secreto.

“Dana era amable y refrescante como la lluvia de la mañana. Me rozaba la mano y yo me excitaba. No creo que la infibulación mate el deseo sexual pero sí me ha hecho muy cautelosa y reticente. Para mí el sexo tiene que ver con lo que siento con mi pareja. El orgasmo empieza en la cabeza y termina en el corazón”. Dana era miembro de un grupo musical. Es afroamericano y fue su abuela quien crió a Aleeke. “Era una típica abuela norteamericana, independiente. Mi abuela de Mogadiscio era una dama somalí muy correcta. Nunca salía de casa sin cubrirse el rostro”.

Somalia ya casi no existía. La hambruna había matado a más de cien mil personas. No se debía a una sequía sino a la guerra civil que estalló cuando el régimen de Stad Barre fue derrotado. Quien más sufrieron fueron las mujeres y los niños. Era una cruenta guerra tribal a pesar de que el dictador prometió erradicar el tribalismo. Había una demanda de Khat para el ejército; una droga con la que los soldados se volvían inquietos e insensatos. Waris a través de su hermano Mohammed refugiado en Holanda logró contactar con la familia.

Tras un largo viaje aterrizaron. En coche traspasaron la frontera de Somalia. “Busqué las hileras de camellos, hermosos camellos de un marrón dorado, los navíos del desierto. Pero solo pasamos gente andrajosa sin animales…”En el mismo viaje surgieron infinitos problemas, pero acostumbrados los indígenas a la cultura de la improvisación se iban con paciencia solucionando.

La llegada fue emocionante. Le salió al encuentro Nhur la tercera mujer de su hermano Barhi, no la conocía. Supo que era víctima de un conflicto tribal pues su suegro, el padre de Waris todavía adeudaba a su familia unos camellos.

“Tenía a mi padre con el que me había reconciliado, a mi tío, a mis hermanos y estaba en mi hogar. No podía dejar de pensar en lo diferente que era mi vida de confort en Nueva York, y la de mi familia aquí. Allí sobra espacio y habitaciones. Aquí nos teníamos que apretujar en la estera…dábamos gracias a Alá por estar juntos. En Somalia no hay un lugar especial para rezar. Saludamos rezando: “Que Alá sea contigo. En Nueva York la gente dice “Hola” pero no significa nada. “Si Dios quiere te veré más tarde” decimos en somalí. Dios lo había querido y mi primer día con mi familia fue un buen Día”

El pueblo Somalí habla con Dios cinco veces al día. Pero los hombres de Somalia no escuchan a las mujeres. No había diálogo entre Waris y sus hermanos y hermanastros. En África te adaptas a la vida, no la cambias. “Mi visita me demostró lo difícil que le resulta a la gente cambiar, pero estoy muy esperanzada …Hola África ¿cómo estás? Me siento bien y espero que tú también”


Club de lectura de El Rompido. 20 enero 2024

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LA MENNULARA / Simonetta Agnello Hornby.
Tusquets

Así como las avispas saltan del avispero al olfatear un olor extraño, así los habitantes de Roccacolomba en Sicilia acudieron con expectación al escuchar la noticia de la muerte de “María Rosalía Inzerillo conocida como la Mennulara, que entró a los trece años en casa Alfallipe y la sirvió y protegió como honesta persona de casa hasta su muerte” .Tal era la esquela redactada por la difunta que tenían que exponer en las calles. ¿Cómo se explica que con el tiempo “la criata” se convirtiera en la administradora de los bienes de sus amos? ¿Y por qué éstos se resisten en un principio en cumplir sus últimas voluntades?

La noticia se extiende por todos los estratos de la sociedad desde una aristocracia decadente, una pujante burguesía, instituciones, campesinos, indigentes y el manto protector de la mafia. Una novela del más puro estilo neorrealista en una estructura inesperada y original. Son los testimonios de todos los espectadores quienes van moldeando la personalidad compleja de la Mennulara que se convierte en una mujer inolvidable. Y mientras va desvelándose el misterio que la envuelve su figura emerge poderosa en un universo rural y opresivo, inmóvil en apariencia entre un pasado que se resiste a morir y una modernidad que no acaba de llegar. Es el retrato social de una época y al mismo tiempo una novela de suspense, se maneja el misterio, el secreto y la convivencia en una Sicilia que murmura con respeto y miedo a la mafia. La autora no pretende imponer dogmas. La novela se desarrolla a la manera pirandellina; “así es si así os parece”.

La pronta muerte impacta a los hijos del difunto Alfallipe. Es la criata, hay tensión y desconfianza. La esquela escrita por la propia Mennulara es una humilante provocación.

En el pueblo no tardan en desatarse los chismorreos, unos la bendicen, otros la maldicen: “Allá arriba, le increpa Nuruza, está la casa de la puta de tu prima”. “Recuerda que yo, tu padre Salvato Vanni la maldigo incluso muerta”

El señor Giovannino Pinzimonio, de ochenta y tres años, socio del “Circulo de la conversación” recordaba con ternura: ”Se subía a los árboles como una mona…Trepaba descalza, no sentía la aspereza de la corteza del tronco… en sesenta años de trabajo nunca he visto a nadie como ella. Las aceitunas caían como granizadas, y los críos en el suelo la miraban con la boca abierta e intentaban acercarse hasta debajo del árbol… querían verle los muslos, exclamo Mario Lo Garbo, con los ojos brillantes ante el recuerdo de placeres ya olvidados…” Los demás se reían. Y ninguno faltó al funeral de la Mennulara.

Y al funeral acudió el doctor Mendicó del brazo de su hermana. Se sentó en la primera fila. Y mientras admiraba los angelotes que cubrían el ábside de la Iglesia de “La Dolorosa” obsequio del príncipe Di Brogli tal vez para congraciarse con su conciencia porque por motivos dinásticos había obligado a su hija a hacerse monja, posó la mirada en el ataúd y observó que quizás la Mennulara había elegido inconscientemente esta iglesia , pues ambas habían sido sacrificadas por sus familias; la abadesa por prestigio y la otra por supervivencia: “la nobleza y los pobres tienen muchas cosas en común aunque ellos no lo sepan” pensaba.

Y el padre Arena, gran amigo de la Mennulara ofició el funeral. Era hijo de un aparcero del príncipe Di Brogli, elegido y destinado por sus padres a una vida distinta y mejor que la de los campos. Era alto, distinguido, no se parecía a sus hermanos bajos y achaparrados. A veces se preguntaba si la benevolencia del príncipe Di Brogli no había tenido que ver con su madre, muy bella de joven.

El padre Arena había pensado mucho en la homilía. Le sorprendió ver tanta gente: en primera fila estaban los Alfapille, detrás los notables, pero abundaban los habitantes del pueblo, gente pobre, fruteros, comerciantes, conocidos de la Mennulara.

“Mennu trabajó durante toda su vida como un animal…criatura inquieta en el cuerpo y en el alma…dedicó su vida a los Alfallipe e hizo por ellos cuanto consideraba justo… El padre Arena se sintió traspasado por un rayo al vislumbrar en la entrada a Vincenzo Ancona, que al momento desapareció junto a sus hombres.

Sintió miedo. Ya el sobrino de la Mennulara había dicho que su inteligencia si hubiera nacido varón sería la de un jefe mafioso, y la llamó “Fimmina di Panza”, mujer de honor. Se decía que tenía la inteligencia y voluntad de Vincenzo Ancona, y su código de honor. Su madre de joven había sido muy bella. Otros decían que tenía los dientes para afuera como los de su padre convencional. ¡Pobre del que se atreviera a hablar mal de la difunta. Buen escarmiento sufrió el deslenguado notario Vazano. Su jardín apareció al día siguiente con las plantas arrancadas de raíz. “ La Inzarillo es un ejemplo inmundo del proletariado que se deja dominar por los capitalistas”. Y al día siguiente apareció destrozado el coche del empleado de correos.

“La Mennulara acumulaba mucha rabia dentro, antes que nada contra Dios, le comentó el padre Arena al doctor Mendicó, uno conocía los tumultos del alma, el otro los del cuerpo.

“Mi madre decía que todos somos iguales: la reina, usted y yo, sólo que usted es cura, la reina vive como una reina, y yo soy una criata en casa de Alfapille…Dios no ha sido justo conmigo y las injusticias se pagan…” De ahí su aversión al orden social y económico.

De joven era revolucionaria pero aceptaba el destino, su madre había dispuesto que fuera la criata al servicio de la familia Alfapille.

Orazio, el heredero, la llamaba “mi lar familiar”. Aceptó sus atenciones o lo sedujo. Entre ambos se creó una especie de simbiosis: él la ofrecía una oportunidad única para aprender, la libertad de pensamiento. Le entusiasmó la cerámica griega. Carecía de rémoras religiosas y además para Doña Lilla tenía un papel profiláctico, obsesionada por la salud de su hijo.

“Éramos distintos, los amos ven la vida de una forma, los criados de otra”.

La carta póstuma que Orazio escribió a su amigo Pietro Fatta desvela el último misterio de amor que les envuelve. “Muero con el inmenso remordimiento de que la gente no conozca las extraordinarias dotes de esta mujer ni mi amor por ella.

Don Vincenzo Ancona le comunicó a su hijo, el violador de la Mennu cuando tenía trece años, que siendo inmensamente rico tenía una deuda moral con su víctima. Y cumplió como “varón di panza” Y María Rosalía Inzerillo , conocida como la Mannulara “fimmina de Panza” “administró y aumentó el capital de los Amfapille un final de raza codiciosos, torpes y desconfiados.


Simonetta Agnello Hornby nació en Palermo (Sicilia), en el seno de una familia aristocracia. Ha convertido esta novela en un acontecimiento literario en Italia. 

 Club de lectura de El Rompido 23. Diciembre de 2023

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LOS ATORMENTADOS / John Connolly. 
Tusquets

“Yo estoy roto, y en represalia he roto a otros…Un daño invita a otro, y así sucesivamente hasta que el agravio inicial ya casi se ha olvidado en medio del caos que viene después. En otro tiempo busqué venganza. Nunca más lo haré. Pero este mundo está lleno de cosas rotas.” Meditaba el detective Parker.

El Adivinador de Old Orchard Beach (Maine) era listo y perceptivo; confiaba en todos sus sentidos. Su mente era como una radio sintonizada siempre para captar incluso las transmisiones más débiles de los demás. Cuando había recogido todos sus bártulos y se disponía a marchar, un hombre de pelo engominado, vaqueros limpios y planchados, pero con las rodillas sucias, la mancha en la camiseta parecía sangre sucia, el olor…¡Dios santo que olor!, se le acercó, irradiaba amenaza y daño. “quiero que adivine algo sobre mi vida”. “Usted causa dolor, hace daño a la gente, ha matado…” Era Merrick.

Así el autor hace la presentación de los dos protagonistas de la obra. La relación entre los dos es peculiar: Merrick asesino ex convicto busca la verdad por medio de la violencia, bucea contento en la maldad. Parker cínico irónico y con gran sentido del humor, ex detective de homicidios, busca la verdad sin violencia, tienen en común el dolor: los dos han perdido una hija. Se compadece de Merrick pero no lo respeta. Hay una trama compleja, multitud de personaje, seres sin rostros, pecadores.

Se investiga la desaparición de Daniel Clay. El respetado psiquiatra infantil desapareció al salir a la luz los abusos sufridos por varios niños que él atendía. Parker está atrapado entre los que quieren conocer la verdad y los que quieren permanecer ocultos. Las acciones de Merrick han inducido a otros a salir de las sombras: pálidos espectros que vagan sin descanso, semejantes a las almas inanes que salen al encuentro de Odiseo en su descenso al brumoso Hades con el fin de visitarlos, también ellos reclaman venganza y justicia.

Lo más interesante de la obra, perfectamente traducida y en una prosa ágil es su enmarque. Hay una variedad de temas que destapan el lado oscuro del ser humano y una aguda crítica social. Ciudades vacías, pobreza, comedores sociales, maltrato, el hampa, grupos mafiosos, tortura, y en armonía o disarmonía, descripciones de paisajes áridos o idílicos. Es la antítesis del “sueño americano”.

Y como tema medular la entrevista en la horripilante y cruel cárcel de máxima seguridad del detective Parker con Andy Kellog, víctima de abusos y paciente del doctor Clay.

“Al otro lado del cristal un preso llevaba un mono naranja y las manos y los pies inmovilizados con grilletes sujetos al cuello, ojos hundidos en el cráneo, le faltaba un incisivo, los otros dos los tenía grises por el sarro”.

Cuando Parker le preguntó por los abusos que sufrió en la infancia, aparentó aún menor edad. El adulto atormentado se desvaneció y dejo allí al fantasma de un niño. “Estaba a oscuras. Me metían en el maletero de un coche, después de la tercera vez dejé de contar”. Le amenazaban con matarlo. Luego le llevaron al médico y lo internaron en el Castillo un reformatorio de Maine a la vieja usanza. En un portafolios habían recogido sus dibujos. Los primeros oscuros de color gris negro y rojo, otros eran paisajes y un gran campanario porque fue allí donde ocurrió.

¿Los buscarán para matarlos? Andy Kellog se puso de pie y se abalanzó de cara contra la barrera de plexiglás. Se abrió una herida en la frente. Vociferaba, “invitando a un nuevo dolor que ahogase el recuerdo del antiguo”.

Este no era un sitio para él. El chico seguramente nunca tuvo muchas esperanzas de salvación, pero lo que le hicieron esos hombres eliminó las pocas que le quedaban. Afirmó Parker.

Este ejemplo era el más cruel exponente de lo que suponía la devastación de la pederastia en el individuo en Maine donde los pueblos y las escuelas menguaban, la violencia doméstica y la indigencia aumentaba.

Y Parker el ya redimido príncipe de la luz no cejó hasta descubrir a los causantes del mal.

“Tuve una visión de figuras retorciéndose en su tormento, de otras solas en lugares desiertos llorando por aquello que las había abandonado. Y vi a los Hombre Huecos, y en ese instante supe qué eran realmente” …¿Almas inanes que salían de la bruma pidiendo venganza o justicia?

Con coraje trataba de convertir el mundo caótico lleno de cosas rotas en un cosmos armónico ordenado.


John Connolly nació en Dublin en 1968. Su serie de novelas, protagonizadas por el detective Charlie Parker tiene un gran éxito en la crítica.

Club de lectura de El Rompido. 9 de diciembre 2023

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MUJER BAJANDO UNA ESCALERA / Bernhard Schlink
Anagrama


“Una mujer baja una escalera. El pie derecho se apoya en el último escalón, el izquierdo aún toca el escalón superior, pero ya se prepara a dar el siguiente paso. La mujer está desnuda, su cuerpo es pálido, el vello del pubis y el cabello son rubios y el cabello brilla al resplandor de una luz. Desnuda, pálida, rubia…” Su rostro reflejaba; resignación, suavidad, entrega, también violación, resistencia, rebeldía… Flota en una levedad en suspenso.

El narrador explica: “habían pasado cuarenta años y no me había desprendido del pasado…” Vuela a Australia y en el Art Gallery de Nueva Gales del Sur ante la contemplación del magnífico cuadro rememora su vida. Se da cuenta que lo único que sentía insustituible era lo que quedaba atrás. Este cuadro le conecta el presente con el pasado. En una narración constante de ida y vuelta, revive su existencia y encuentra las emociones que permanecieron invisibles en el túnel del tiempo.

En torno a Irene, la modelo del cuadro, hay otros dos personajes, su marido Peter Gundlach y su amante el pintor Karl Schwind. En torno a ellos se inicia un litigio; Karl quiere recuperar su cuadro y Peter a Irene, su mujer. El intermediario es un joven abogado. Irene le propone el robo del cuadro. Después lo engaña y lo abandona. “Para Gundland yo era un trofeo joven, rubio y bonito, del que solo contaba el envoltorio. Para Schwind fui la inspiración, y para eso también bastaba con el envoltorio. Entonces apareciste tú…tras el de mujercita y el de musa, el de princesa rescatada por el príncipe”, le diría cuarenta años más tarde.

Pero todo esto es una excusa para contar todo lo demás. Una historia de intensa profundidad en sus relaciones de pareja, relaciones humanas, el valor de la vida, la actitud ante la muerte. En el fondo es una historia maravillosa de amor.

El narrador recuerda su primer diálogo íntimo con Irene en su bufete: “para ser joven hay que tener la sensación de que todo puede arreglarse, todo lo que ha salido mal…Usted no ha estado enamorado nunca ¿verdad? Puede que tenga que hacerse mayor para ser joven, para encontrarlo todo en una mujer… a la madre que perdió, a la hermana que echa en falta, a la hija con la que sueña -sonrió - , porque todo eso somos cuando nos quieren de verdad… ” “Supe que me había enamorado de verdad”.

Y se propone emprender la búsqueda de Irene. La encuentra. ¿Pensaba decirle lo que había tejido y roído en el pensamiento: “que no se utiliza a las personas y luego se las abandona?

La razón de su cercanía con Irene ¿era la fantasía por haber entrado en su vida a través de un cuadro?

Irene vivía en una pequeña isla frente a Rock Harbour, en un lugar paradisiaco sereno, aislado donde durante catorce días pudieron entablar conversaciones íntimas de amor, muerte y vida. No quedaba tiempo para reclamar responsabilidades del pasado. “La luz de la luna iluminaba la cara de Irene marcándole todas las arrugas y todos los rasgos cansados de una forma tan despiadada, que sentí piedad por ella y por mí. Éramos viejos ¿para qué atormentarla y atormentarme?” “Yo buscaba un hombre que se arriesgara y yo con él” “Nunca has soñado con algo más? ¿con la justicia para los explotados y los humillados? Díme que no siempre fuiste así”. Irene, antiguo miembro de la banda terrorista alemana de los años setenta, seguía esperanzada en una sociedad más justa.

Y empezaron a fantasear sobre una irrealidad del pasado. Imaginar como hubiera podido ser sus vidas si ella no le hubiera abandonado. Ella le pide que deje volar su imaginación: “¿me cuentas cómo habría sido si nos hubiéramos conocido cuando éramos estudiantes? Un entorno paradisiaco para entablar una relación muy personal agridulce.

Recorrían la isla en un Jeep e Irene llevaba el cansancio como fiel acompañante y su respiración cada vez más fatigada. Ejercía Irene de enfermera, curaba niños y viejos e incluso en un tiempo, había adoptado criaturas abandonadas: “aprendieron a que hay que repartir y que no podían robar sólo para sí mismos, sólo para el grupo…”

Y tuvo lugar un reencuentro de los cuatro, e Irene reinaba sobre ellos, “nunca desde que llegué allí la había visto tan animada, tan radiante, tan bella ¿Cuánto tiempo duraría un subidón de cocaína?”

Gundlach se sentía inferior a Irene desde que ella lo abandonó. Ella nunca había depuesto su resistencia, rebeldía y su rechazo. ¿Era también para Schwid igual que para Gudlach el fracaso de su vida? “En lo que he caído para mis dos hombres; uno quiere venderme, otro secuestrarme, ¿Qué quiere usted? Le había preguntado al abogado cuarenta años atrás.

Se despidieron y quedaron solos Irene y su amante. Irene lo llamó tras un día de fatiga y cuando acudió a su llamada: “Estaba bajando la escalera. Con la mano derecha tanteaba la pared para poder apoyarse en caso necesario, pero se mantenía erguida y ponía un pie tras otro con seguridad. Me miraba con la cabeza ligeramente inclinada. Estaba desnuda. Luego llegó abajo y me abrazó con todo su cuerpo, su pecho contra el mío, su vientre contra el mío, sus muslos contra los míos…”

Le asistirá con profundo amor en su agonía. Se ha conciliado con el pasado y el pasado es el sentido de su vida porque la mujer “sigue bajando la escalera”


Bernhard Schlink. Escritor y jurista alemán. “El nudo gordiano , ganó el premio Glauser en 1989 “El lector” le catapultó, un éxito de ventas en 1995.

Club de lectura de El Rompido, 1 de diciembre 2023.
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LOS OJOS CERRADOS / Edurne Portela

Pueblo Chico, Pueblo Grande, Pueblo Vecino, son los lugares que, sin nombre propio significativo, tienen la virtud de poder ser cualquier lugar de nuestra geografía rural que aún, pese al tiempo transcurrido, viven sufriendo las consecuencias de los recuerdos «acallados, no olvidados» de nuestra lejana guerra civil; sin poder perdonarlos y olvidarlos por el mero hecho de que «nadie ha pedido perdón».

Un lugar a la sombra de la presencia ineludible de una sierra de picos nevados, de bosques, de arroyos serpenteantes, de caminos estrechos, de cañadas y veredas recónditas, en la que todo puedes suceder, desde: sufrir la vengativa furia del lobo por la muerte injusta de su humano bienhechor, ocultar en sus entrañas los crímenes atroces de los hombres, también a sus verdugos, o dar la muerte a la desquiciada Teresa. 

«Cuidado con la sierra, se come a la gente». Advierte Pedro.
Un entorno en el que, junto a la realidad material y física, existe otra realidad impalpable conformada por los hechos crueles del pasado, los sufrimientos padecidos, la sospecha, los recelos, el odio y el deseo de venganza, y cuyos limites imperceptibles no se deben sobrepasar.

«Las lindes del pueblo, donde acababa la vida y empezaba la nada, eran invisibles, no obedecían a las leyes de la naturaleza. Algunos pensaban, incautamente, que el rio y las montañas marcaban el territorio, pero la realidad era otra muy diferente. La frontera entre estar y no estar, entre vivir y desaparecer no siempre se situaba en el mismo lugar y por eso los habitantes del pueblo tenían que estar siempre atentos. Si uno se equivocaba y traspasaba la linde, no había vuelta atrás; si daba el paso equivocado, simplemente desaparecía. Nadie volvía a saber de él…» 

El nonagenario Pedro es la memoria del pasado y por él conocemos los trágicos sucesos que siguen enturbiando una aparente convivencia pacífica.

Ariadna, por el contrario, representa el futuro. Es la mujer valiente que siguiendo el hilo de su intuición descubre sus orígenes, escapa de su propio laberinto y encara el porvenir con esperanza.

Club de lectura de El Rompido, 20 de noviembre de 2023.

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NO TE VERÉ MORIR / Antonio Muñoz Molina

Seix Barral





“Si estoy aquí y estoy viéndote y hablando contigo, esto ha de ser un sueño, dijo Aristu con el miedo a que en cualquier momento se disipara todo”.

Un memorándum, una divina pesadilla de cristal en una única oración, una prosa sin pausas, emociones que surgen a borbotones en un marasmo de sentimientos contradictorios que se debaten entre la memoria, la historia, el ensueño, la realidad y el deseo justo cuando ya no hay tiempo.

Adriana y Gabriel protagonizaron una apasionante historia de amor destinada a durar para siempre. El futuro tenía otros planes. Vivieron la frustración de un amor detenido en el tiempo.

Se habían descubierto el uno al otro antes que se conocieran como en ese ensayo de Montagne que les gustaba leerse en voz alta: ”antes de conocernos ya nos abrazábamos en nuestros nombres” . Amaban la música, la literatura. Juntos iban al conservatorio, al instituto británico. Luego se separaron durante 47 años por un océano de incomunicación. Ella en la España de la dictadura, él por culpa de su debilidad de carácter y el sentido asfixiante del deber. Ante la insistencia y sacrificios económicos del padre se va a EEUU a realizar el sueño americano y obtener grandes y estériles éxitos profesionales. Intoxicado por el dinero, el poder rememorará en vano ya lo que no fue. “Yo soy una invención dócil de mi padre” Diría en una ocasión a su amigo Máiquez, su ocasional confidente. Era una manera de confesar uno de los grandes errores de su vida. Su vocación hubiera sido la de llegar a ser músico. También se truncó su historia de amor. Y en EEUU solo había aprendido a ser extranjero, como También extranjero cuando regresó a Madrid.

A los 47 años se vuelven a encontrar, pero la situación es muy distinta; el tiempo ha hecho mella en ambos; él casado con Constance y ella en el punto final de su vida en una enfermedad terminal. Sólo en sus sueños persistentes, pues el sueño forma parte de la realidad, Gabriel podía mantener una ficticia unión brumosamente deseada.

Gracias al descubrimiento casual de la hija de Adriana tiene lugar este reencuentro. Máiquez pronunció su nombre.

Adriana Zuber lo recibe en su casa de Madrid, hierática. Lo contempla con el brillo gélido de su mirada.

Porque cuando se produce una separación el que se va olvida más rápido, pero el que se queda sufre. Y al alejarse de Adriana se apartó de sí mismo. Había abolido su identidad que solo se cristaliza compartiendo la vida con ella. No se trataba de una traición u olvido. “El brillo que tenías lo perdiste porque lo tenías conmigo” le reprochó Adriana.

“Dijiste que volverías pronto y has tardado 50 años”

Tras una larga y monótona verborrea en la que Gabriel Aristu trataba de justificar su larga ausencia, se produjo un silencio tupido y prolongado. Fanny la cuidadora emigrante de Adriana sintió el dolor que le transmitía con la mirada la enferma y ese dolor se redobló en sus entrañas al recordar la larga ausencia de los suyos en países lejanos de Perú o Ecuador

“Yo en mis viajes soñaba contigo y temía despertar”

Dos súplicas desgarradas había implorado Adriana Zuber a su amante, la primera tuvo lugar en 1967: “llévame contigo, pídeme que me vaya mañana contigo…” y la última 47 años más tarde:” ayúdame a morir. No puede ayudarme nadie más que tú…”

Súplicas que desatiende siempre con la huida. Huye y vuelve a su centenaria casa a orillas a

del Hudson, a la solidez de su estatus social, a la seguridad de la pragmática Constance y de su familia.

“Welcomen back home, sir”

Al igual que en el drama hay personajes secundarios como Máiquez de alguna manera el alter ego de Aristu. Gabriel Aristu hablaba de él con una piedad incómoda porque era su propia historia.

Pero la auténtica heroína de la tragedia es Adriana Zuber: sufre el abandono de su amante, el acoso y violación de su marido. “Nunca quise que naciera mi hija el fruto de una tortuosa noche”.

Club de lectura de El Rompido. 12 noviembre de  2023